Mientras la contraofensiva ucraniana en el Donbass sigue estancada y sin avances notables –no han logrado atravesar la primera línea de defensa rusa- el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, destituyó a todos los responsables regionales del reclutamiento militar. La explicación oficial es que quiso erradicar un sistema de corrupción que permite, por sumas para nada módicas, que los reclutas evadan ir al frente.

«Enriquecimiento ilegal, legalización de fondos obtenidos ilegalmente, ganancias ilícitas, transporte ilegal de los reclutas a través de la frontera. Nuestra solución: destituimos a todos los comisarios militares», anunció Zelenski en su red de Telegram. «Hay abusos en varias regiones. Donetsk, Poltava, Vinnitsia, Odesa, Kiev», denunció, pidiendo a su comandante en jefe, Valeri Zaluzhi, que sustituya a los destituidos por veteranos de la guerra desencadenada por Rusia.

El Ministerio de Defensa ruso, en tanto, informó que fueron derribados dos misiles lanzados por fuerzas ucranianas contra el puente de Kerch, que une la península de Crimea con el territorio de Rusia. Según esa dependencia, el ataque fue perpetrado con un misil antiaéreo S-200, modificado para destruir blancos terrestres, pero fue «detectado e interceptado en el aire», sin causar víctimas ni daños materiales.

Por otro lado, el departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció la enésima medida de sanciones económicas contra intereses ligados a Rusia. La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) apuntó a los empresarios Petr Aven, Mijail Fridman, Herman Kahn y Oleksii Kuzmichev y la Unión Rusa de Industriales y Empresarios (RSPP). Los cuatro sancionados formaron parte de la junta de supervisión del Consorcio Alfa Group, uno de los conglomerados financieros y de inversión más grandes de Rusia.