El regreso de los muertos vivientes. Así se podría denominar la constelación de coincidencias entre ciertos hechos, apellidos y domicilios ocurridos durante las últimas semanas. Como la asombrosa fotografía (¿acaso tomada realmente a hurtadillas?) del ex director de Operaciones de la SIDE, Horacio Stiuso, y el empresario Sergio Szpolski en un hotel del barrio de Recoleta, que publicó el bisemanario Perfil en su edición del 27 de enero. Y la denuncia por extorsión, en nombre del fiscal federal Carlos Stornelli, efectuada por Sebastián, Pablo y Ricardo Barreiro (una familia allegada a la ex presidenta) contra los abogados Luis Vila y Fernando Archimbal.

Stiuso fue el agente secreto más famoso del país. Szpolski, nada menos que el vaciador del Grupo 23. Una hazaña que supo compartir con su socio, Matías Garfunkel, su CEO, Juan José Gallea (ex jefe de Finanzas de la SIDE, actualmente retornado a la AFI con tal cargo), y el abogado corporativo Darío Richarte (segundo jefe de la SIDE durante el gobierno de la Alianza y actual vicepresidente de Boca). A su vez, el doctor Archimbal es un ex juez federal asimilado por el menemismo a la SIDE para operar en el edificio de Comodoro Py, función que aún cumpliría para la AFI. Todos estos personajes están enlazados por las siguientes circunstancias: su pertenencia orgánica (o no) a ese servicio de inteligencia, los negocios viscosos y una misma dirección: Reconquista 672.

Esta historia arrancó a principios de 2000, cuando el jefe de Compras de la SIDE, Daniel Salinardi, fue notificado de su despido. Recibido por Gallea para tratar su indemnización, extendió una montaña de comprobantes, recibos y títulos de propiedad, y dijo: «Todo esto es mío».

El tipo era el testaferro de la SIDE. Y figuraba como titular de Osgra, la sociedad propietaria de todos los bienes del organismo: unos 25 inmuebles y otras tantas empresas. El asunto se complicó cuando su ex esposa, en trámite de divorcio, empezó a reclamarle lo que consideraba su parte del patrimonio conyugal. O sea, la mitad del tesoro edilicio y financiero de la SIDE. Al final, de mala gana, el entonces Señor 5, Fernando de Santibañes, ordenó compensar a Salinardi con una más que jugosa suma de billetes.

En medio de este temita, a Archimbal –quien por razones desconocidas pasó a ser hombre de confianza del banquero Santibañes– le fue confiado el manejo de los recursos clandestinos de la SIDE.

Osgra había quedado encandilada por la luz pública, una fatalidad poco conveniente para el holding-pantalla de una central de espías. Por lo tanto fue necesaria la creación de una nueva Sociedad Anónima. Así nació Tiumayum SA, figurando como titulares Gallea y Carlos Presa, otro agente designado por Santibañes. Su acta fundacional (firmada por el escribano Christian Alvariñas Cantón) da como domicilio el Estudio Archimbal, Bissoni, Vila, Carcavallo & Asociados (en Reconquista 672).

Esta verdadera asociación de socorros mutuos daría pingües beneficios con el correr del tiempo. Porque si bien Tiumayum era la tapadera de la SIDE, tras la caída del gobierno de la Alianza, Gallea –un individuo sin antecedentes empresariales– dejó de ser funcionario, pero junto a los doctores Richarte y Mario Guido Bissoni constituyó allí (en Reconquista 672) la empresa Venture Capital Investments SA, en sociedad con dos compañías uruguayas: Doralinfo SA y Helkia SA (con sede porteña en Reconquista 672), cuya representante en Buenos Aires era Susana Guillermina Galluzi. Y de su acta fundacional dio fe el escribano Alvariñas Cantón.

Bissoni, socio de Archimbal, era un íntimo amigo de Santibañes, asesor suyo en el Banco de Crédito Argentino y en la SIDE. La señora Galluzi es una prestanombres de 74 años que figura reiteradamente en las empresas de este grupo de amigos. Y Alvariñas Cantón es su notario de cabecera.

Lo cierto es que a partir de entonces las SA constituidas por esta gente florecieron como hongos bajo la lluvia. Richarte también aparece con Gallea en la titularidad de Magnum Records, con la que adquirieron en 2010 el 51% de la Panificadora Balcarce SA (cuya empleada estrella fue nada menos que María Cecilia Rossero, la esposa de Stiuso). Gallea también alumbró (en 2014) la financiera Murimendi Inversora SA, junto a su esposa María Victoria Rodríguez Castelli, quien a la vez fue puesta al frente de Magnum Sabores SA y Mass & Social Advertsing, junto a la señora Galluzi, mientras que Gallea no descuidaba el devenir de Ameguj SA, abocada a las inversiones inmobiliarias.

Un capítulo aparte merece Matías Garfunkel. A poco de asociarse con Szpolski en el Grupo 23, donde Gallea fungía de CEO, fundó tres sociedades anónimas: Mis Amores LLC, Neumáticos LLC y Expresso Management Inc.

En definitiva, un tiempo dorado para los grandes negocios.

Al respecto hubo una denuncia realizada hace exactamente tres años por el titular de la Fundación La Alameda, Gustavo Vera, ante el juez federal Luis Rodríguez (otro prócer del presente). Pero el expediente no prosperó.

Mientras tanto el vasto plan de negocios entre ciertos abogados, agentes de inteligencia y dignatarios del Poder Judicial aún navega viento en popa. «