La ex funcionaria macrista sospechada de haber recibido informes de inteligencia ilegal cuyo destinatario final era el ex presidente Mauricio Macri declarará el viernes ante la Comisión Bicameral de Inteligencia, que resolvió citarla para escuchar su versión sobre las denuncias que arrecian desde que el juez federal de Lomas de Zamora Federico Villena secuestró el teléfono de un ex espía con documentación sobre operaciones de espionaje.

Se trata de Susana Martinengo, ex secretaria de Documentación de la Casa Rosada, quien aparece reiteradamente en la documentación secuestrada a los espías Facundo Melo y Leandro Araque, allanados por el juez Villena a raíz de una denuncia sobre un frustrado atentado con trotil contra Luis Vila, un ex funcionario del Ministerio de Defensa durante la gestión de Oscar Aguad.

El martes, durante más de tres horas, Melo declaró ante la Bicameral y reconoció que por orden de su superior en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Alan Ruiz desarrolló tareas de inteligencia que supuso legales pero que luego comprobó que no lo eran. Entre esas operaciones Melo admitió haber espiado -siempre por orden de Ruiz- a Florencia Macri, una de las hermanas del ex presidente, en pareja con el empresario italiano Salvatore Pica.

Según el relato, Melo recibió la indicación (con un grupo de agentes que trabajaban en conjunto y que aparecían en un grupo de Whatsapp llamado «Super Mario Bros») de seguir los movimientos de Pica porque supuestamente estaba involucrado en un caso de contrabando, que nunca existió.

Así, continuó, Alan Ruiz consiguió infiltrar una obra de remodelación de una casa contigua a la que ocupaban Pica y Florencia Macri en la ciudad bonaerense de Pilar y desde allí siguieron los movimientos de la pareja, que reportaban a Ruiz.

Justamente Ruiz también fue citado para el próximo viernes a la Bicameral. Esa Comisión, integrada entre otros por los oficialistas Leopoldo Moreau, Rodolfo Tailhade y Eduardo Valdez, y por los opositores Cristian Ritondo y Juan Carlos Marino, no investiga delitos. La declaración de los sospechados en la causa judicial que lleva adelante el juez Villena se producirá en el marco de un expediente parlamentario y no tiene, en principio, consecuencias penales.

La Bicameral citó para mañana, jueves, al periodista del diario y el canal de TV La Nación Carlos Pagni, uno de los presuntamente espiados de manera ilegal por el grupo que operaba bajo las órdenes de Ruiz. Ese mismo día también está citado otro de los espías que integraban el grupo cuya existencia quedó reflejada en los teléfonos secuestrados a Melo y a Araque: Jorge «El Turco» Saez, el supuesto reclutador de los espías que trabajaban bajo órdenes directas de Ruiz.

En su declaración ante la Bicameral, Melo se despegó de los delitos que se le reprochan y aseguró que se negó a realizar tareas que le parecieron ilegales o comprometedoras para su labor. Entre esos «trabajos» mencionó el espionaje al Instituto Patria y un seguimiento al CEO del diario La Nación, Julio César Saguier.

Sin embargo, en ese contexto reconoció que además de Saguier, fueron «objetivos» del grupo el propio Pagni y el periodista Hugo Alconada Mon, a quien sí le realizó un «seguimiento ambiental», fotografiando incluso su casa en la ciudad de La Plata.

En cuanto a Martinengo, la funcionaria con despacho contiguo al de Macri, a quien -según los registros oficiales de la Casa Rosada- visitó en varias oportunidades junto con Araque y Sáez, le restó trascendencia a su intervención en las operaciones ilegales.

De acuerdo con la versión de Melo, Martinengo parecía una «vendedora de humo», cuyo acceso a Macri puso en duda, aunque reconoció reuniones con ella en Gobierno. Dijo que era una funcionaria que dependía del secretario general de la Presidencia, Fernando De Andreis; que la conocía de sus tempranos tiempos de militancia en la localidad bonaerense de San Martín y que el vínculo más estrecho lo tenía con Sáez.

Melo afirmó también que, a través del abogado Daniel Llermanos, se reunió con el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, para advertirle que estaba siendo espiado por orden de Ruiz. Ello ocurrió, siempre según Melo, cuando las operaciones de seguimiento estaban en pleno desarrollo y el número dos de Horacio Rodríguez Larreta se mostró apesadumbrado aunque no sorprendido por la información.