George Floyd tenía 46 años, era amigo muy cercano del ex basquetbolista Stephen Jackson, que brilló en el San Antonio Spurs y el Indiana Pacers entre el 2002 y el 2006. Eran como gemelos, relató en un video dramático que difundió en su red de Instagram. (Ver acá).

La historia de estos amigos, que se criaron juntos en el barrio pobre de Cuney Homes, en Houston, Texas, es la del hermano exitoso que triunfa en el deporte favorito y la del que lo sigue a todos lados, pero luchando contra un destino adverso.

«Cualquiera de allí sabe que eras mi hermano. No muchos salieron, pero mi gemelo estaba feliz por haberlo hecho. Voy a seguir haciéndote sentir orgulloso. Me enoja tanto que después de todas las cosas por las que pasaste cuando llegaste a tu mejor versión te saquen así… Descansa Easy Twin», le dice, entre lágrimas.

Floyd, un hombretón muy parecido físicamente a LeBron James, el ídolo de Los Ángeles Lakers, fue detenido por policías de Minneapolis, en el estado norteño de Minnesotta, bajo cargos de falsificación. Un video que circuló por las redes muestra el momento en que uno de los agentes lo tiene con la rodilla sobre su cuello, contra el piso, junto al patrullero.

Floyd gritaba, desesperado, “no puedo respirar, por favor”, mientras el agente se hacía el distraído al tiempo que se iba juntando gente alrededor. “No está respirando, comprueba el pulso, levanta tu rodilla” se oye gritar a alguien, entre los gemidos de Floyd. “Calma”, le pide el policía agresor, mientras un compañero trata de impedir que los transeúntes se acerquen a la escena.

“Ya no respira, ya no se mueve”, comprueba uno de los testigos, quizás el que filmó todo en un celular y que ahora es una prueba incontrastable le de brutalidad policial contra un ciudadano afrodescendiente.

Floyd murió en el hospital, donde fue traslado por una ambulancia que finalmente llegó al lugar. El primer informe oficial decía que Floyd parecía ebrio o drogado y que se había resistido a la orden de captura tras la denuncia de que había intentado comprar en un supermercado con un billete de 20 dólares falso.

El oficial a cargo del operativo señaló que se había dado cuenta de que el hombre estaba en problemas, que por eso llamó a la ambulancia. Pero en ningún momento se lo ve levantar la rodilla para que Floyd pudiera respirar.

El alcalde de Minneapolis, Jacob Frey, informó que los cuatro uniformados a cargo del operativo habían sido despedidos. “Ser negro en Estados Unidos no debería ser una condena a muerte», declaró en una conferencia de prensa. Pero a esta altura el caso había levantado críticas furiosas de la comunidad negra de Estados Unidos.

La familia de Floyd, asistida por el abogado Benjamin Crump denunció el uso “abusivo, excesivo e inhumano de la fuerza”.  La ACLU, la ONG más conocida de EEUU en defensa de los derechos civiles, coincidió en denunciar la “violencia policial injustificada”.

Los continuos ataques policiales contra ciudadanos negros por fuerzas policiales es una constante en ese país. El abogado Crump, precisamente, también interviene en el caso del asesinato de Ahmaud Arbery, en Georgia, en febrero pasado.

Muchos salieron a cuestionar las actitudes y el discurso racista del presidente Donald Trump como el “huevo de esta serpiente” xenófoba que va creciendo en Estados Unidos. Alguien descubrió la imagen de una persona que se parece mucho al policía en un acto de Trump con un cartelito que decía «Haz que los blancos sean grandes de nuevo»

Es así que LeBron James hizo un paralelo en su red Instagram entre la rodilla en tierra del futbolista Colin Kaepernik, sancionado por “no respetar” el himno nacional, y la del agente de Minneapolis sobre Floyd.(Ver acá)

«Esto (la protesta de Kapernik) es por esto (la dramática foto de Lloyd bajo la bota policial)», escribió James. «¿Entiendes ahora? ¿O todavía te queda borroso? “, agregó la estrella de la NBA.

El mariscal de campo que revive la rebelión negra en el deporte.

Rebelión deportiva en el patio de Trump.

El mismo James posteó una foto suya con una remera que decía “I can´t breathe”, «no puedo respirar». Pero esa hacía alusión a otro caso, de 2014, cuando otro negro, Eric Garner era arrestado en Nueva York. Garner también murió por asfixia en manos de la policía.

Ahora, una multitud salió a las calles en Minneapolis para reclamar justicia, al grito de “No puedo respirar”. La marcha empezó la esquina donde atacaron a Floyd y terminó frente a la comisaría, donde efectivos policiales lanzaron gases y pelotas de goma a los manifestantes.

Este choque también sirvió para puntualizar el doble estándar en las fuerzas policiales estadounidenses. Unos días antes, otra multitud, pero armada, se plantó frente al edificio de la gobernación de Michigan para protestar contra la cuarentena decretada por la gobernadora Gretchen Whitmer. No hubo ningún tipo de represalia, y eso que estaban claramente violando una medida decretada por las autoridades.