A pesar de los esfuerzos invertidos por Cambiemos para transformar el quinto aniversario de la muerte del fiscal federal Alberto Nisman en una gran movilización opositora al gobierno, la convocatoria no colmó las expectativas. El acto promovido por los principales dirigentes del PRO, la Coalición Cívica y la UCR, sólo alcanzó a cubrir la explanada contigua al Teatro Colón, conocida como Plaza Vaticano. Los organizadores apostaban a una demostración de fuerza contundente, pero la escena devolvió una imagen totalmente distinta luego de las 18.40, cuando la ex ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, llegó al lugar junto a Sara Garfunkel, la madre del fiscal, cuyo cuerpo apareció sin vida el 18 de enero de 2015 en su departamento de Puerto Madero.

“Justicia Perseguirás. No fue suicidio, fue un magnicidio”, repitieron los oradores que rodearon a Garfunkel en un escenario improvisado. Fueron elegidos mediante las redes sociales por los impulsores virtuales de la movilización, identificados como Equipo Republicano y Equipo Banquemos. Sin embargo, fuentes del Cambiemos confiaron a Tiempo que la coordinación de la convocatoria corrió por cuenta de Bullrich, que será ungida presidenta del PRO a partir de marzo, aunque ya trabaja desde diciembre para afianzar ese rol. Por esa razón, confiaron en el partido amarillo a este medio, también supervisó la redacción del discurso que fue leído en la plaza con un cargado contenido opositor.

El tramo más importante del documento apuntó directamente al Gobierno: “Así como Cristina Kirchner hizo un pacto de impunidad con Irán, el actual presidente (Alberto Fernández) hizo lo mismo con ella: pactaron una candidatura a cambio de impunidad”, sostiene el texto y agrega: “Vemos claramente y sin sorpresa como muy pronto ha comenzado la devolución de favores porque para ellos la lealtad, que puede ser transitoria o relativa en el llano, se transforma en omertá cuando ocupan el poder. Ambos quieren desmontar la causa de mayor envergadura política que pesa sobre la vicepresidenta: la del magnicidio que hoy cumple 5 años impune”.

La declaración también incluyó advertencias para la Casa Rosada. “Nadie en la Argentina puede darse el lujo de interpretar la muerte del fiscal Nisman según su ocasional conveniencia política o el cargo que circunstancialmente ocupe. Quien piense que el sillón de Rivadavia tiene el poder de hacer cambiar la verdad, quien crea que la verdad puede escribirse y cambiarse a conveniencia no es más que un aliado de la mentira y cómplice de los culpables”, acusó el texto, en referencia a los anuncios del Gobierno para revisar la pericia realizada por Gendarmería Nacional, la única de todas las realizadas en la investigación que sostiene que el fiscal fue asesinado.

En la primera fila estaban los diputados Fernando Iglesias y Waldo Wolff (PRO), Elisa Carrió y Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica), Mario Negri (UCR), el actor Luis Brandoni, el ex secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj, y el ex titular del Sistema Nacional de Medios Públicos, Hernán Lombardi. Tan estrecha es la cercanía de los organizadores con Cambiemos que algunas de las personalidades invitadas se resguardaron dentro del Teatro Colón para preservar su seguridad cuando terminó la lectura pública del documento.

Cada una de las frases fue leída por una parte de los presentes, aunque fue notable la ausencia de representantes de la comunidad judía en el evento. Fuentes de la DAIA habían anticipado el faltazo porque se realizaba en pleno shabat, día ritual de descanso obligatorio semanal para el credo judío. En su lugar concretarán la conmemoración de la muerte este domingo a las 10 en el cementerio de La Tablada. Pero detrás de las argumentaciones oficiales de la dirigencia comunitaria para no mostrarse junto a Bullrich y Carrió existen otras razones.

Una de ellas tiene que ver con el malestar que dejaron trascender las principales entidades sobre un “desmedido uso político de la conmemoración para confrontar con el Gobierno”. La frase retumbó en distintos despachos oficiales por parte de representantes de DAIA y AMIA, que esta semana se comunicaron personalmente con distintos funcionarios para transmitirles su satisfacción por el viaje que realizará el Presidente el próximo jueves a Israel para homenajear a las víctimas del holocausto. Será la primera salida al exterior de Fernández como jefe del Estado. Se concretará un día antes de la audiencia protocolar que tendrá en el Vaticano con el papa Jorge Mario Bergoglio, pero fue anunciado en vísperas del acto que encabezó Bullrich, poseedora de una relación política de larga data con el Estado de Israel, que se estrechó durante su gestión al frente del ministerio de Seguridad, especialmente en la compra de armamento y tecnología israelí.

“Estamos en un momento donde la comunidad se está acercando a la nueva administración y es muy trascendentes que el Presidente haya decidido viajar a la ceremonia que conmemorará el holocausto. Con esto quedaron fuera de escuadra los organizadores del acto de Nisman y sólo quedó el sector más duro de Cambiemos. Esto revela nuevas diferencias que dividen a la comunidad judía”, confió a este diario una fuente de vínculo cotidiano con los representantes comunitarios.

El malestar dentro de comunidad impactó en Cambiemos. Tanto que Carrió utilizó su cuenta personal de twitter para expresar su repudio a los sectores que se resistieron a participar este sábado. “No me extraña que instituciones judías no asistan el sábado ya que los que planteamos la nulidad por inconstitucionalidad del pacto fuimos nosotros en nuestro dictamen en la comisión de asuntos constitucionales. Y fueron jóvenes de DAIA y la propia comunidad la que obligó a las instituciones a tomar una postura coherente”, disparó la diputada que dejará su banca a partir del 1 de marzo.

Es la primera vez en el año que Cambiemos organiza una marcha opositora al Gobierno. La última vez que la alianza opositora sacó a sus votantes a la calle fue para despedir al entonces presidente Mauricio Macri, el sábado 7 de diciembre, tres días antes del traspaso presidencial. Sus voceros sostuvieron durante toda la semana que la movilización era impulsada por “autoconvocados”, aunque los lazos con el PRO resultaron inocultables desde que la convocatoria comenzó a circular por las redes. El dato no pasó inadvertido para la dirigencia comunitaria y tampoco para el Gobierno que eligió anunciar el viaje presidencial a Jerusalén cuando el evento ya había sido confirmado. «