Diego Maradona dice que Dani Alves es un boludo. El lateral derecho brasileño, multicampeón con Barcelona, había dicho días atrás que Lionel Messi es incomparable, que Maradona metió un gol con la mano en un Mundial y que no es “un ejemplo”. “Dani Alves -dice Diego- está en un lugar de la cancha donde no se juega al fútbol: se toca la pelota o sos un escape para el volante”. Es junio de 2017, y Maradona habla de los laterales en el fútbol desde Dubai, donde dirige a Al Fujairah, de la segunda división de Emiratos Árabes Unidos. La posición ya no es lo que era. Los entrenadores le arrogan otra importancia en el juego. Al menos en los mejores equipos del mundo, como Liverpool, campeón de la Champions League, posible rival de River o Flamengo en el Mundial de Clubes. Los finalistas de la Copa Libertadores 2019 tienen también laterales de primer nivel, piezas clave en la estructura colectiva.

En River, los argentinos Gonzalo Montiel y Milton Casco. En Flamengo, los brasileños Rafinha y Filipe Luís. En Liverpool, el inglés Trent Alexander-Arnold y el escocés Andrew Robertson. Todos con pasado o presente (y futuro) en sus selecciones nacionales. Alexander-Arnold -lateral derecho, 21 años- jugó la temporada pasada 29 partidos en la Premier League: sumó 12 asistencias, récord histórico para un defensor en una temporada. Y Robertson -lateral izquierdo, 25 años- terminó segundo con 11 asistencias e igualó la cifra de Andy Hinchcliffe y Leighton Baines en la temporada 1994/95 y en la 2010/11. Alexander-Arnold y Robertson, alas de ese fútbol future, metieron más de un tercio (23) de los pases gol (62) de Liverpool, que tiene hasta un entrenador de saques laterales, incorporado al cuerpo técnico por el alemán Jürgen Klopp. Liverpool terminó segundo en la Premier, detrás de Manchester City, el equipo de Pep Guardiola. En Bayern Múnich, Guardiola dirigió al brasileño Rafinha. Y fue, dice Guardiola en Herr Pep (2015), un libro íntimo del periodista Martí Perarnau que repasa la primera temporada alemana del entrenador, “el jugador más importante”.

Rafinha ocupó el lugar en la defensa de Philipp Lahm, que cedió el lateral y pasó a la mitad de la cancha. Le permitió a Guardiola “revolucionar” el puesto de lateral. “En Bayern Munich, cerró a Lahm y Alaba como volantes centrales para tener superioridad posicional y númerica en el centro y liberarle las bandas a los extremos, a los Ribery, Robben, Douglas Costa”, explica Ignacio Benedetti, editor de la revista digital The Tactical Room. Marcelo Gallardo adoptó la estrategia de Guardiola en el Bayern con el ambidiestro Casco, a veces un volante más. “Antes, con Barcelona en la final del Mundial de Clubes 2011 ante Santos, Guardiola llevó a los laterales a la zona inicial del centro del campo, como a Dani Alves -agrega Benedetti-. Pero la importancia de los laterales no es algo actual. Existe desde que el fútbol se juega con cuatro defensores”. Los laterales clásicos, cuyo antecesores fueron los halfs, nacieron a fines de los 60, con el 4-2-4. Carlos Alberto, lateral derecho, levantó la Copa del Mundo en México 70. En la final ante Italia, Carlos Alberto cerró la goleada 4-1 con un gol emblemático después de un pase gol al vacío de Pelé.

El fútbol de los laterales es brasileño. Son 10 que juegan de laterales. Pero no es exclusivo. “Cafú y Roberto Carlos cambiaron el puesto”, dice Mariano Pernía, ex lateral izquierdo de Independiente, Atlético de Madrid y la selección española, e hijo de Vicente Pernía, histórico lateral derecho de Boca. “Le dieron más importancia al puesto. Antes ningún chico quería jugar de lateral porque no había referentes. Hoy es fundamental, porque te da salida, te libera a los interiores, te da sorpresa, te da gol”. Cafú y Roberto Carlos sacaron del cajón a los laterales, limitados a clausurar la punta con la marca. “En el fútbol de hoy -llegó a decir Diego Simeone, DT de Atlético de Madrid, donde dirigió al brasileño Filipe Luís-, lo más importante son los laterales, te dan la vida. Si tenés laterales buenos, tenés muchas chances de ganar. Si les cuesta, tenés dificultades. Porque hacen un recorrido muy largo, de 80 metros, y le pedís cerrar atrás del central, redoblar profundamente hacia adelante, que tengan precisión en los centros. Y cada vez hay menos. Es la posición más difícil en el fútbol”.

En la Liga 2014 que ganó Atlético de Madrid, única de las últimas 14 que no quedó entre Barcelona y Real Madrid, se lucieron los laterales Juanfran y Filipe Luís. El español Juanfran juega hoy en San Pablo, con Dani Alves. Al Atlético de Simeone llegaron el inglés Kieran Trippier, de Tottenham, y el brasileño Renan Lodi, de Atlético Paranaense. En la actual Champions, el lateral derecho marroquí Achraf Hakimi es la sensación. Con cuatro goles, es el goleador de Borussia Dortmund, el club alemán que suele tener a los protagonistas del futuro. Hakimi, de hecho, ya pertenece a Real Madrid. “Lo más importante de un equipo es la columna vertebral: el arquero, el dos, el cinco y el nueve. Y a los costados, se rellena, poné a tu familia”, decía Ángel Labruna, integrante de La Máquina en los 40 y el técnico que cortó en River los 18 años sin títulos en 1975. En el siglo XXI, un entrenador puede llegar a decir que “la familia”, los laterales, es una cuestión central en el fútbol.