Hace 80 años Juan José Saer nacía en la ciudad santafesina de Serondino, razón por la que 2017 ha sido instituido como el Año Saer. En su ponencia titulada  La crítica literaria», Kohan pasó revista a las críticas a la obra del escritor santafesino escritas a lo largo de los años por Beatriz Sarlo, a quien atribuye «haber detectado en Saer al escritor más relevante de la literatura argentina después de Borges» y «la pasión vitalicia» de escribir sobre él para evidenciar «su genialidad». 

El escenario de la disertación fue Asociación del Magisterio de Santa Fe donde, a su vez, Analía Gerbaudo, mostró una investigación sobre la enseñanza de la obra de Saer en la universidad pública argentina. Kohan afirmó  que el hecho de que «el reconocimiento de la obra de Saer haya resultado tan laborioso y tan demorado en el sistema literario argentino, echa dudas sobre el sistema literario argentino, y no sobre la obra de Saer». 

Cabe preguntarse, agregó «si ese reconocimiento, tan amplio y tan profundo como ha llegado a ser hoy, no resulta todavía insuficiente en proporción a la significación que la literatura de Saer tiene». Más adelante, sostuvo que «Sarlo lee a Saer, no sólo porque le reconoce un valor, sino también, al mismo tiempo, para dotárselo; para despejarle y asignarle un lugar central (primero un lugar, luego una centralidad) en la literatura argentina contemporánea». 

Sobre el final, postuló que «Sarlo es, con Saer, o mejor dicho, a partir de Saer, lectora de formas» y consideró que «la opción por la alternativa de la inmanencia textual, incluso en la secuencia intertextual a la que denominamos obra, no supone en absoluto la renuncia a la dimensión social y política de la literatura». 

Como prueba de su afirmación argumentó que Sarlo va a señalar el hecho de que Responso fue una novela política no detectada como tal (y por David Viñas, nada menos)» y agregó que «la política en Responso no es argumento ni es trasfondo», sino que, en palabras de Sarlo, es lo que «da una forma a la causalidad narrativa». «Hacia el final de ‘Tiempo pasado’, un ensayo enteramente destinado a dar un debate político, Sarlo va a apelar a la novela Glosa de Saer para aprovechar como argumento ese carácter diferencial asignado a la literatura para decir desde la ficción y desde la política, o para ponerla en discusión desde la crítica», afirmó Kohan.