Sorpresa y molestia eran las dos sensaciones que recorrían este jueves los pasillos de Casa Rosada. El paro patronal de las entidades rurales cayó mal en el gobierno y los funcionarios no lo ocultaban. Por lo pronto, se descartó cualquier modificación de la propuesta de aumento de 3% a la exportación de soja.

Un dato que celebraban cerca de Alberto Fernández es el aumento de la producción alimenticia, que se anunciará la semana próxima. En comparación con el índice de la construcción, que según adelantaron cayó en enero, el rubro alimenticio creció y, esta suba se la adjudican a la implementación de la tarjeta Alimentar.

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“No habrá medidas disciplinarias a través de la AFIP ni mensajes en cadena nacional”, adelantaban este jueves por la tarde en Gobierno. Y destacaron que desde el Ejecutivo se mantuvieron contactos colectivos, como la reunión del ministro de Agricultura Luis Basterra con las cámaras empresarias la semana pasada, a llamados bilaterales con dirigentes ruralistas. Por eso el enojo, y el desconcierto.

Además consideraron que el lockout de cuatro días es «una medida de máxima» que los deja «en off side» en relación al contexto de endeudamiento y parálisis económico. «Ellos saben que tenemos razón, es apenas un 3% más que se le cobra a la soja para redistribuir en el resto de los cultivos, como son el girasol y el arroz», señalaron.

Asimismo, destacaron que se tejerá una estrategia de cercanía y contención con los productores de la economía regional, a quienes ya contactaron para poner a disposición herramientas productivas como el transporte, créditos y mecanismos de acceso de comercialización para que lleguen a las grandes ciudades.