Será en menos de dos semanas. Más precisamente, los días 11 y 12 de enero. En esa fecha continuará el proceso de diálogo entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana en República Dominicana, proceso iniciado en septiembre pasado por iniciativa del presidente dominicano Danilo Medina y el acompañamiento de otros dirigentes internacionales, entre ellos el expresidente español José Rodríguez Zapatero. 

Pero el diálogo no será para nada sencillo. Es más, se espera que el encuentro esté teñido de acusaciones duras, como las que dirigió el presidente Maduro contra Julio Borges, uno de los dirigentes de la Mesa de Unidad Democrática, presidente de la Asamblea Nacional y el designado para sentarse a dialogar junto con Jorge Rodríguez, en representación del gobierno. 

Maduro acusó a Borges de conspirar contra las finanzas del país. El dirigente opositor se encuentra en el exterior y fue señalado por el oficialismo como el mayor responsable de que Colombia retuviera en la frontera un cargamento de 2200 toneladas de pernil de cerdo para repartir en los Centros Locales de Abastecimiento Popular (CLAP). Anteriormente el propio presidente venezolano había acusado al gobierno de Portugal de haber bloqueado el cargamento marítimo. 

«El 11 y el 12 de enero tenemos diálogo pero con quién dialogamos nosotros, con unos terroristas, qué puede hacer nuestra delegación, sentarse con esos políticos, llega Julio Borges que tiene un mes fuera del país conspirando contra las finanzas públicas, contra el comercio exterior y se sienta con su cara bien lavada», enfatizó Maduro en su programa de televisión Con el mazo dando.  Pero no se quedó ahí y luego agregó con igual energía: «Yo creo en el diálogo pero también creo en la justicia, creo que la justicia debe actuar frente a gente como Borges que está en el exterior conspirando para que a Venezuela no llegue nada». 

El presidente venezolano afirmó que a pesar de todo se reunirá con el opositor a quien considera «un terrorista» y que cuando se encuentre con él le dirá «eres un bandido». 

De todas maneras, Julio Borges es uno de los dirigentes históricos de la oposición al chavismo con el que Nicolás Maduro tiene más diálogo. El propio presidente hace conocer que ha tenido numerosas conversaciones en persona y telefónicas y hasta bromeó con ese tema al afirmar que luego de las reuniones el mismo Borges le reclama que no las haga públicas para no contrariar a sus socios políticos de la MUD. «