El clima de época se puede percibir en un programa de tevé, en un acto escolar, también en la entrega de unos prestigiosos galardones. Los Premios Konex distinguen a personas y entidades de la última década en diferentes categorías, y este año se centran en los rubros «instituciones/comunidad/empresa», con una particularidad: la fuerte presencia entre los nominados del «círculo rojo» que hoy maneja el poder político y económico de la Argentina, desde el «convenio de productividad de Vaca Muerta» hasta la gobernadora María Eugenia Vidal.

La categoría más explícita es la de «legisladores». Los cinco elegidos son Graciela Camaño, Elisa Carrió, Miguel Ángel Pichetto, Ernesto Sanz y Margarita Stolbizer. Ningún representante del FpV ni de la izquierda. «Si miran la lista, hay de todos los sectores y colores políticos», expresó Luis Ovsejevich, creador de los Konex (allá por 1980), durante el brindis organizado en la Embajada del Reino Unido, y deseó que «ojalá la Argentina se pueda unir».

En la categoría “Administradores Públicos”, los seleccionados son el titular de la AFIP, Alberto Abad; el gobernador radical de Mendoza, Alfredo Cornejo; el director del SAME porteño, Alberto Crescenti; el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta; y Vidal. Todo teñido de amarillo.

En «Entidades de Investigación Científica y Tecnológica» aparecen el Conicet e INVAP, dos organismos que vienen sufriendo un severo ajuste bajo la gestión macrista, cuyos funcionarios, claro, no dejan de ser nominados por ello.

La socióloga e historiadora Dora Barrancos, directora del área de Ciencias Sociales y Humanidades del Conicet y ella misma ganadora del Konex, apunta: «Es una diástole y sístole permanente, pero predomina un pensamiento, un acuerdo, una apuesta a premiar figuras y empresas con una línea muy conservadora». Respecto del Conicet, agrega: «Es muy doloroso y angustiante. La propuesta presupuestaria para el año que viene va a ser la misma que este, sin aumento. La única expectativa es que haya un cambio político».

Volviendo a los seleccionados, entre las «Entidades Educacionales y de Formación Docente» está la Fundación Cimientos, que otorga becas a alumnos de bajos recursos en asociación con el Estado porteño y con bancos (HSBC y Galicia), financieras (JP Morgan) y multinacionales comerciales (Exxon y Coca-Cola). Su presidente es Miguel Blaquier, exabogado de la empresa Ledesma.

En «Entidades de Salud», el Hospital Garrahan y la Fundación Huésped comparten lugar con INECO (del neurocientífico Facundo Manes, que coqueteó con el oficialismo) y la Fundación Conin, la posición de cuyo presidente, Abel Albino, generó una fuerte polémica durante el debate por el aborto. A raíz de un convenio firmado con el exministro de Educación, Esteban Bullrich, Conin habrá recibido en tres años de Cambiemos un total de $ 183 millones, por trabajos en nutrición y desarrollo infantil con 2100 niños y niñas.

Entre las «Entidades de la Sociedad Civil» nominadas está el Equipo Argentino de Antropología Forense, al lado de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), pool empresarial del emporio agrosojero,. No extraña pues Gustavo Grobocopatel, el «rey de la soja», es miembro del jurado.

El rubro «Dirigentes, Organizaciones e Iniciativas Sindicales» presenta una de las mayores curiosidades: lo encabeza el convenio de productividad de Vaca Muerta, que abrió las puertas a la flexibilización laboral en diferentes sectores productivos.

Como «Dirigentes sociales», aparecen Margarita Barrientos, Graciela Fernández Meijide y Héctor «Toty» Flores. Y entre los «Empresarios del Comercio, la Banca y los Servicios» sobresalen Federico Braun, dueño de La Anónima, familiar del jefe de gabinete Marcos Peña Braun;  y el creador de Mercado Libre, Marcos Galperín, el empresario favorito del presidente, con su modelo de emprendedurismo intermediario.

El premio máximo es el Konex de Brillante, que repite esta categoría cada diez años. En 2008, lo obtuvo el juez Carlos Fayt (en plena pelea con el gobierno kirchnerista); en 1998, Roberto Rocca, presidente de Techint; y en 1988, Amalia Lacroze de Fortabat. «

La deserción de Paenza y «el tema ideológico»

La dudosa imparcialidad de los Konex tuvo un primer capítulo el año pasado, en el rubro “Comunicación-Periodismo”, que contó con la deserción de uno de los premiados, Adrián Paenza, ante la no inclusión de su colega y amigo, Víctor Hugo Morales. En abril de 2017, el matemático y divulgador le escribió una carta pública al presidente de la Fundación Konex, Luis Ovsejevich: «Como es de público conocimiento, entre los miembros hay varios que tienen una situación personal de enemistad directa y manifiesta con Víctor Hugo. Entre las 20 categorías, hay por lo menos cinco en las que se me hace difícil soslayar su nombre. Cualquier análisis de la última década que pretenda ignorar su relevancia en los medios de comunicación, está negando esa parte de la historia. Más allá de las diferencias ideológicas, escribiría lo mismo si el excluido fuera Jorge Lanata, por poner solamente un ejemplo».

En ese momento, Ovsejevich señaló lo mismo que este año: «Desde que creé los premios, hace 38 años, siempre me preocupé de que no influya el tema ideológico. Si uno ve la lista, hay de todo».