El presidente Alberto Fernández pidió este martes «darle una oportunidad al diálogo» para construir una realidad distinta «en un país lleno de urgencias», y consideró que el mayor problema que tiene la Argentina es la inflación que impide que la «distribución sea más justa». Lo hizo al encabezar la presentación de la Agenda Temática Federal y Productiva para este año del Consejo Económico y Social (CES) en el Centro Cultural Kirchner (CCK).

Durante el acto, el jefe de Estado realizó un balance de la situación actual y afirmó que el Gobierno «sabe dónde quiere ir», luego de haber despejado el escenario de la deuda con los acreedores privados y con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Ante un auditorio colmado por dirigentes sociales, políticos y empresarios que componen el CES y acompañado en el estrado por el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, Fernández parafraseó a John Lennon y pidió «darle una oportunidad del diálogo» para ver si juntos se puede «construir algo distinto».

Las palabras del mandatario, calificando a la inflación como el «mayor problema» argentino, llegaron pocas horas después de un primer encuentro mantenido con la dirigencia sindical y empresarial en el marco de las discusiones por los aumentos de precios.

«Vamos en el camino correcto. Tenemos un modelo que no ocultamos, sabemos dónde queremos ir: no esperen de nosotros ajustes ni retracción de la economía», dijo, y estimó que si la reactivación no se traduce en una «distribución más justa» es porque «la inflación mete la cola».

En ese sentido, y luego de criticar al capitalismo especulativo, sostuvo que si bien el «escenario internacional» complica el panorama, de «los 50 puntos de inflación» en Argentina, sólo «10 que tienen que ver con la guerra».

«El capitalismo necesita que la gente consuma. Un capitalismo que prescinde de los consumidores, se suicida», afirmó Fernández.

También dijo que el abordaje de la problemática inflacionaria «no se pudo hacer antes» porque «el escenario no estaba dado» por las negociaciones con los acreedores privados y el FMI.

Además dedicó un párrafo de su discurso a la necesidad de forjar un nuevo mundo que, luego de la pandemia de coronavirus, se aleje de sus antiguos paradigmas de producción y «fundamentalmente de sus lógicas de especulación».

Horas después de que se anunciara un proyecto de la bancada oficialista para penar la fuga de capitales y procurar dinero girado ilegalmente al exterior para integrar un fondo para pagar la deuda, Fernández dijo que la Covid-19 «puso en evidencia la inutilidad de la lógica de la especulación financiera, porque todo desapareció en un minuto, y la inversión productiva quedó en pie».

«Tenemos que construir otra realidad», dijo Alberto y, entre otros puntos pidió poner atención a la «economía popular que incluye a millones de personas y a la hay que darle un marco regulatorio».

Luego estimó que las transformaciones deben tener perspectiva de género y contemplar el drama de un cambio climático que «no es del futuro» sino que complica la «vida del presente».

En ese sentido, dijo que la Argentina es «acreedor ambiental», una pelea a dar en el mundo, tal «como el de las sobretasas en el FMI».