El presidente Alberto Fernández sostuvo hoy que «las visitas de los jueces a Olivos» durante el gobierno de Mauricio Macri son de una «gravedad inusual» y consideró que en la Argentina se está viviendo «un proceso parecido al de (elexpresidente de Brasil Luiz Inácio) Lula da Silva y los Telegram entre (el exjuez Sergio) Moro y la fiscalía».

El Presidente sostuvo que los responsables de estos episodios en el país «primero deberían pedir perdón», e insistió en la necesidad de reformar la justicia para que «estas cosas no pasen nunca más en la Argentina». Fernández se refirió así a la media docena de visitas que realizó al entonces presidente Mauricio Macri el presidente de la Cámara Federal de Casación, Gustavo Hornos; a las quince visitas del también camarista de Casación, Mariano Borinsky, y a las reuniones en Olivos y Casa Rosada del fiscal federal Raúl Pleé, todas ellas efectuadas en circunstancias de tener que definir expedientes que involucraban a funcionarios y dirigentes de la oposición.

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El mandatario puntualizó que pretende que «jurídicamente se revise todo esto que pasó porque es siniestro en términos institucionales». «A mí todo esto me parece de una gravedad inusual; voy a empezar por lo menos por lo grave que es haber alterado el registro de los ingresos. Alguien alteró y ocultó nombres y, si lo hizo, es porque esa persona sabía que eso estaba mal. Eso, es además, una falsedad ideológica», explicó el Presidente en declaraciones a El Destape Radio.

Las revelaciones se originaron a partir de un pedido de acceso a la información pública de la asociación civil «Poder Ciudadano», que fueron reproducidas por el portal «El Destape», que luego descubrió que en los documentos entregados a la ONG estaban adulterados y faltaban visitas. En ese marco, agregó que se trata de «información clasificada donde no está diciendo la verdad», algo que «por sí solo es un delito», y añadió que «lo más grave es que, por primera vez, se vio en la Argentina que se utilizó a la Justicia para perseguir a opositores». «Eso es algo que nunca se había visto en la historia desde la recuperación de la democracia», dijo el jefe de Estado y puntualizó que «nunca se vio escribir lo que escribió la justicia para justificar lo que hizo», algo que consideró «definitivamente llamativo».

Por eso, el mandatario consideró que «son de un valor incalculable» los datos sobre las visitas de jueces y fiscales a Olivos y a Casa Rosada y en este punto, dijo que «hay que analizarlo con mucha seriedad técnica». «Estoy hablando de derecho, no de política», aseveró. «Yo pretendo que jurídicamente se revise todo esto que pasó porque es realmente siniestro en términos institucionales», sostuvo, al tiempo que pidió que esta investigación se haga «para que esto no vuelva a pasar nunca más en la Argentina».

«Si nosotros no reaccionamos ante la gravedad que ha pasado, como sociedad estamos condenados a repetir esto y una vez», consideró el Presidente, y confesó que la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner «a veces» le dice que es «‘naif’ por creer en el derecho del país». «Y, sí, yo soy un ‘naif’ por seguir creyendo en el Estado de Derecho y en que la justicia debe ser una institución digna», indicó el mandatario.

Para Fernández, «si esa justicia se pone al servicio de los abusadores, estamos en serios problemas». En esta línea, en el jefe de Estado evaluó que los magistrados judiciales «primero tendrían que pedir perdón por lo que hicieron» e insistió en la necesidad de reformar la justicia. «Necesitamos jueces que no se presten a esto y, para eso, hay que cambiar las estructuras judiciales, en el caso de la justicia federal ampliando el número para que no sea eso un coto cerrado de 12 personas que puedan hacer lo que quieran», planteó.

El Presidente amplió con que, después, «hay que avanzar hacia una reforma más amplia vinculada a lo que le pasa cotidianamente a la gente», y ejemplificó con las justicias provinciales que atienden casos de violencia de género. También, mencionó el hecho de que «adoptar un chico es un problema en la Argentina». «Si no cambiamos las estructuras, vamos a repetir una y mil veces», insistió el mandatario.

Hornos fue cuestionado por sus colegas de la Cámara Federal, en particular el menoscabo que la revelación implica para su rol como presidente de ese cuerpo, y también por amplios sectores de la justicia como jueces de todos los fueron y abogados. Los camaristas Ángela Ledesma y Alejandro Slokar pidieron su remoción pero el mismo Hornos dilata la convocatoria a plenario pedida para discutir precisamente su continuidad. En paralelo, el Consejo de la Magistratura instruye la investigación para determinar las condiciones en que se dieron esos contactos entre el entonces presidente Mauricio Macri y estos jueces del mayor tribunal penal del sistema legal argentino.