El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires sigue con su estrategia de diferenciarse de la Nación y el resto de las jurisdicciones en sus prioridades para vacunar: primero, otorgándole al sector privado 9.900 dosis (el 15% del total de vacunas aplicadas en CABA) para que las manejen directamente prepagas y obras sociales, lo que derivó en allanamientos en la cartera sanitaria porteña; y ahora negándose a vacunar docentes en esta etapa.

El martes, la flamante ministra de Salud, Carla Vizzotti, había adelantado en la Comisión Nacional de Inmunizaciones que el millón de dosis de Sinopharm que llegará en estas horas al país provenientes de China iba a ser destinada al personal docente, teniendo en cuenta el inicio del ciclo lectivo con la vuelta de los chicos y chicas a las aulas, y que a su vez la Sinopharm aún no está aprobada por ANMAT para mayores de 60 años.

Sin embargo, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, afirmó que no cumplirán esa demanda, a pesar de ser el primer distrito en que se dio el regreso a la presencialidad, y en un contexto de suba de casos de Covid–19; en el parte diario de este miércoles CABA figura con 1003 positivos, mientras que hace una semana eran 794.

La administración de Horacio Rodríguez Larreta sostiene que destinará lo que le llegue de la vacuna china para seguir inmunizando al personal de la salud, para lo cual ya cuenta con 78.300 dosis, para una población de 150.000, aunque con una salvedad: el gobierno porteño le aplica la vacuna a cualquier trabajador o trabajadora del rubro, desde kinesiólogos hasta psicólogos. Todo ese segmento relacionado a la medicina por fuera del “frente de batalla” contra el coronavirus se anota en la web de CABA y recibe la vacuna en River. Además, de las 78.300 dosis del componente 1 de la Sputnik V que recibió la Capital Federal, aún les falta aplicar 16.700 dosis.

«Argentina va a recibir un millón de dosis de la vacuna de Sinopharm para personas de 18 a 59 años. Entonces, dado que no podemos usarlas en mayores de 60, decidimos emplearlas para completar la vacunación de todo el personal de salud que entre en ese rango de edad. Una vez que lo completemos se irá asignando a grupos estratégicos, entre los que están los docentes, personal de desarrollo humano y seguridad», aseguró Quirós este miércoles por la mañana, lo que significa que tampoco tienen asegurada la dosis los docentes cuando les llegue su oportunidad en la Fase 4 de grupos prioritarios (son seis las etapas de prioridades porteñas), ya que compartirán el grupo con otros, como por ejemplo funcionarios.

Esto despertó un nuevo enojo en la comunidad educativa, que no sólo viene reclamando por una falta de cuidados y de envíos de elementos de protección por parte del Ejecutivo porteño en estos días de regreso a las aulas, sino que también en el apuro por la administración de Rodríguez Larreta de exhibir la vuelta de los chicos a los colegios, no priorizó que los docentes y auxiliares estén antes vacunados.

“El Gobierno de la Ciudad le niega las vacunas a la docencia mientras desvía dosis a empresas de medicina privada”, reclamaron hoy desde el gremio de UTE–CTERA, y agregaron: “Una vez más Larreta muestra su desprecio por la educación. Después de habilitar un regreso a la presencialidad lleno de falencias en el que los únicos garantes del respeto a los protocolos somos quienes integramos la comunidad educativa, el ministro de Salud porteño Fernán Quirós anunció que desconocerá el plan del Gobierno nacional de inmunizar a las y los docentes con la partida de vacunas que llegan mañana de China.
La comunidad educativa de todo el país celebró ayer el anuncio de la ministra de Salud de la Nación Carla Vizzotti. Sin embargo, las declaraciones posteriores de Quirós negándose a llevar adelante el plan nacional, constituyen otra provocación y una nueva escalada en el ataque sistemático a la docencia que el funcionario lleva adelante junto a Rodríguez Larreta y la ministra de Educación Soledad Acuña”.

“Es más, Quirós se jacta de negar las vacunas a las y los trabajadores de la educación el mismo día que se da a conocer su imputación junto al Jefe de Gobierno, tras ser denunciados por suscribir convenios con empresas de medicina privada para entregarles vacunas a sus asociados, pasando por encima de la población general.
Es importante destacar que se trata de vacunas compradas por el Estado nacional para ser aplicadas en todos los distritos del país, en este caso con un criterio definido desde la administración central”, agregaron desde UTE en un comunicado. Y concluyeron: “La Unión de Trabajadores de la Educación repudia el manejo discrecional del plan de vacunación en la Ciudad y exige al Gobierno porteño que deje de hacer negocios y respete las decisiones sanitarias del Ministerio de Salud de la Nación”.

En sus redes, el secretario general de UTE, Eduardo López, cuestionó: “Quirós les saca vacunas a las docentes para entregárselas al Hospital Italiano. ¿Adivinen quién trabaja en esa empresa de medicina privada?”. El comentario viene a referencia de la experiencia sanitaria del ministro de salud porteño, con una carrera en el sector privado, en especial el Hospital Italiano (donde ingresó a trabajar como médico de planta en 1999 hasta ocupar cargos de dirección en 2015), uno de los 7 efectores privados que recibieron dosis para arreglar ellos mismos en sus instalaciones cómo y a quién vacunarán, junto al Alemán, el Británico, Sanatorio Güemes, CEMIC, OSECAC y OBSBA.

De acuerdo al Monitor Público de Vacunación que lanzó el Ministerio de Salud nacional durante este miércoles, la Ciudad de Buenos Aires aplicó 75 mil vacunas (de las cuales 53 mil son de la primera dosis). Desde la administración porteña hablaron de 9900 vacunas entregadas al sector privado, aunque no especificaron si es por unidad o se refieren a las dos dosis. Suponiendo que son 9900 unidades, sobre 75 mil dosis, significa que CABA le entregó al sector privado casi un 15% de su stock. La situación, denunciada ante la justicia, derivó hoy en un allanamiento al Ministerio de Salud porteño y a una sede de la UCR local que funciona como vacunatorio.

«Una de las exigencias que pedimos es que seamos capaces de mantener la equidad en la oferta de la vacuna. Cada obra social y prepaga nos entregaron la lista de personas asociadas con más de 80 años. Se tienen que hacer cargo de vacunar a todos ellos y nosotros le daremos la proporción de vacunas de acuerdo a la cantidad de vacunas que recibimos», intentó justificarlo Quirós esta mañana. Y agregó: «Si una obra social determinada tiene el 1% de los mayores de 80 años en su nómina, es responsable de vacunar ese 1% y recibe el 1% de las vacunas que nosotros recibimos. El resto queda para nuestros vacunatorios».