El ex canciller de los presidentes de Brasil Itamar Franco y Luiz Inácio Lula da Silva y ministro de Defensa de Dilma Rousseff, Celso Amorim, consideró «muy malo para el Mercosur y para América del Sur que se trate el problema» de Venezuela «como si fuera una punición por mal comportamiento», cuando le corresponde a ese país la presidencia pro témpore del bloque.

«Creo que condenas de ese tipo no llevan a nada. Hay una situación muy difícil, no voy a decir que no, creo que hay errores cometidos por todas las partes en Venezuela (en la oposición y el gobierno)», señaló Amorim en declaraciones a Télam antes de su conferencia en el CARI (Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales). Agregó que «no es la primera vez» que se da una situación tan grave.

«Cuando nosotros llegamos al gobierno con Lula había una resistencia muy seria al presidente (Hugo) Chávez; creamos el grupo de amigos de Venezuela, coordinado por Brasil», que incluía países personas cercanas al gobierno chavista y otros de la oposición, «y logramos que se concretara el referendo revocatorio (2004) que contó incluso con la observación internacional de la OEA (Organización de Estados Americanos)», recordó.

«Pero todo eso con la persuasión, no con condenas, no con actitudes que predisponen al otro país a tener una posición contraria», enfatizó, por contraposición a lo que, a su juicio, está sucediendo ahora en el Mercosur cuando la rotación de la presidencia pro témpore debió pasar de Uruguay a Venezuela.

A juicio de Amorim, estas «acciones de condena» contra Venezuela puede llevar a que sucedan dos cosas: «una de ellas, no sé si la más probable, es la radicalización, que es muy peligrosa, porque allí hay muchas armas. La otra es que haya una solución, pero que Sudamérica esté marginada de esa solución porque no tiene capacidad de diálogo con las partes».

Por contraposición a eso, según dijo, «vivimos en estos momentos una de las cosas más importantes de América del Sur, que ha sido la paz que aún tenemos que conseguir en Colombia».

«Las FARC y el gobierno de Colombia, además comandado por el ex ministro de Defensa que combatió a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) (el presidente Juan Manuel Santos), pueden llegar a un acuerdo, yo no creo que el gobierno de Venezuela y la oposición no lo puedan hacer», señaló.

Pero aún fue más lejos, recordó también que «Estados Unidos llegó a un entendimiento con Cuba, con la mediación de España, del papa (Francisco)», por lo que insistió que, frente a esos acontecimientos de superación de conflictos históricos, no cree que en Venezuela no se puedan alcanzar acuerdos internos y en el Mercosur. «Se acusa a Venezuela de no cumplir con todos los aranceles externos comunes del Mercosur», como uno de los fundamentos para que no asuma la presidencia pro témpore, pero preguntó: «¿cuál es el país del bloque que no está en igual situación?¿Cuál país aplicó íntegramente la tarifa externa común?».

En cambio, no quiso comentar nada sobre la situación en su país, de la que sólo dijo, en broma, que los juegos olímpicos son muy importantes. No obstante, resulta obvio que el actual gobierno interino de su país, encabezado por Michel Temer, forma parte de los que, a su juicio, «condenan» a Venezuela sin buscar el diálogo que tácitamente propone, y explícitamente mencionó como impulsado por el gobierno de Lula en el caso del referendo revocatorio contra el ex presidente Hugo Chávez.

Durante su conferencia académica posterior, Celso Amorim sostuvo que «mantener el Mercosur vivo, es algo sobre lo que es muy importante reflexionar». «Busco llamar la atención sobre la importancia política de la integración.

Si se piensa que es sólo económica no se sabe lo que es la integración», explicó. En ese sentido, dijo que «sólo hace falta mencionar el Brexit en la Unión Europea, y el número de arrepentidos que había (en el Reino Unido) después de la votación, para tener conciencia de la importancia que es mantener el Mercosur unido».

«No podemos dejar que haya un retroceso. El Brexit es el primer retroceso en 50 años de la Unión Europea, y eliminar a alguno de los países del Mercosur», sería equivalente. Subrayó que tiene muy claro que «no es tan obvio, y sobre todo tras haber sufrido gobiernos militares, que la integración, la prosperidad, la paz y la democracia van juntos».

«El diálogo es lo más importante. No se puede llegar al aislamiento de alguno de los países (del bloque). Sería particularmente preocupante para Brasil, porque tiene fronteras con el resto. Pero además, un retroceso en el Mercosur sería darle la razón a todos los que hace 30 años decían ¿para qué el Mercosur?», insistió.

Recordó que la democracia política es importante frente a la dictadura, pero citó a Lula como el que tenía la determinación de hacerla también social, con la inclusión de millones de personas, para combatir la desigualdad, uno de los grandes males de su país, dijo. Como el de la dependencia, que a su juicio como ex canciller, y al del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, a quien citó, se tiende a superar con la integración sudamericana y la multipolaridad, que «no es contra nadie, sino contra cualquiera».