A las 6.47 de la mañana del jueves, la Cámara de Diputados de la Nación aprobó en general el Presupuesto 2021. Hubo 139 votos afirmativos, 15 negativos y 90 abstenciones. El debate duró unas 16 horas y si bien tradicionalmente un proyecto de estas características termina con el cierre de los presidentes de bloques esta vez no hubo palabras finales.

La sesión se realizó bajo el protocolo de trabajo remoto, pero con unos 118 diputados de manera presencial. A la hora de la votación en el VPN (la plataforma digital en la que se conectan los legisladores para sesionar) habían 252 conectados. Pero hubo algunos representantes estuvieron ausentes a la hora de la votación, entre ellos Graciela Camaño (Consenso Federal).

Además del rechazo del Frente de Izquierda, como había anticipado Tiempo, en el Interbloque de Juntos por el Cambio hubo desprendimientos y no todos se abstuvieron, que era posición oficial del bloque.  Fueron 8 los legisladores  del PRO que se salieron del reglón y votaron en contra del Presupuesto: Omar Demarchi, Fernando Iglesias, Luis Juez, José Patiño, Francisco Sánchez, David Schelereth y Pablo Torello. En la Coalición Cívica tuvieron la misma postura Mónica Frade, Leonor Martínez Villada, Paula Oliveto, Mariana Stilman, Alicia Tereda y Mariana Zuvic.

Por otro lado sorprendió que 6 representantes de Juntos por el Cambio votaran a favor junto al Frente de Todos y los interbloques provinciales. Los representantes de la provincia de Jujuy que responden Gerardo Morales votarón positivamente: Jorge  Rizotti, Omar Monaldi y Gabriela Burgos. También las correntinas Ingrid Jetter y Sofía Brambilla; y el diputado por la Rioja, Felipe Álvarez.  El proyecto que tuvo varias modificaciones en lo particular giró al Senado para lograr ser convertido en ley.

El tratamiento de la ley de leyes comenzó a las 15:50 del día miércoles con unos 118 legisladores presentes en el recinto de un total de 257. 

También podés leerLos números del Presupuesto 2021: la plataforma del gobierno para el despegue económica

Tras el pedido de presencialidad de la oposición, se reacomodó el hemiciclo. Se subieron las pantallas led unos dos metros para liberar la última hilera del recinto. Esto permitió sumar 80 diputados. También se acondicionaron las tres bandejas de los palcos donde se colocó una silla, mesita, alcohol en gel, computadora, botella de agua mineral y máscara protectora facial.

La distribución quedó con 82 de Juntos por el Cambio presenciales; 25 Frente de Todos; 6 Inter Bloque Federal; 4 del Interbloque Unidad Federal para el Desarrollo y 2 por la Izquierda.

El miembro informante del proyecto, el oficialista Carlos Heller, aseguró al inicio del debate: “El presupuesto tiene como fin duplicar la inversión real en infraestructura productiva social”. Y señaló que “no se pueden hacer proyecciones más entusiastas que las planteadas en este proyecto que son moderadas, prudentes, serias y cumplibles”.

Heller explicó que “los escenarios macroeconómicos proyectados son compatibles con una economía que se recupera gradualmente del impacto generado por la pandemia”.

Afirmó que se apunta a lograr “una sociedad más justa y equilibrada, en la que el crecimiento y la distribución de los beneficios de ese crecimiento vayan de la mano”.

Luego de hacer un pormenorizado repaso de los indicadores económicos que dejó la gestión anterior, el diputado advirtió que la pandemia “está provocando la peor crisis económica desde la Gran Depresión de 1930”. Y a raíz de esta situación “el gobierno tuvo que asumir una cantidad de políticas que no estaban pensadas”, como el Ingreso Familiar de Emergencia y el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción.

Desde Juntos por el Cambio los primeros voceros fueron Luis Pastori y Luciano Laspina.  Adelantaron que el espacio se abstendrá a la hora de votar. Pastori remarcó: “Vemos a la Argentina como si fuera una obra teatral sin guion. La letra se va escribiendo a medida que se va desarrollando la función. Encima venimos a escuchar que la culpa de la mala gestión del actual elenco la tienen los que estuvieron en la temporada anterior”.

Laspina, por su parte, defendió la gestión de Mauricio Macri. “Si criticamos el gradualismo de Cambiemos podríamos criticar el gradualismo que plantea este presupuesto. Guzmán propone un puente que empieza con este presupuesto que nos debería llevar a una economía con mejores fundamentos en donde todos seremos felices”. “Este gradualismo está asediado por una brecha bancaria enorme y parece que afuera habría una realidad virtual donde está todo ordenado y solo esperamos la vacuna para ser felices. Y no es así. Tenemos una brecha cambiaria enorme”, añadió Laspina.

El mendocino José Luis Ramón, de Unidad Federal, aliado del oficialismo en varias ocasiones, sostuvo: “Este presupuesto se da en un momento clave para nuestro país. Estamos ante una situación de pandemia mundial, como no vemos hace 100 años. Puedo entender desde lo humano que muchos de los diputados en este recinto prefieran olvidarse de esto y jueguen con la vida de sus conciudadanos, mientras las balas pasan cerca una y otra vez”.

Ramón apuntó directo a Cambiemos: “Mientras que virtualmente en ningún organismo se amplía la planta de empleados, la Auditoría General de la Nación que conduce el interbloque austero de Juntos por el Cambio aumenta su personal en 292 cargos. Pensé que no querían más gasto público inútil. Se ve que cuando tienen pocos lugares para ese tipo de gasto inútil cambia la tonada. Una rareza de este presupuesto que no acompañarán”.

Desde el FIT, Nicólas del Caño, sostuvo que “este es un presupuesto de ajuste a la medida del FMI. Si comparamos el del 2021 contra 2020 hay una reducción de los gastos primarios del 9,5 % en términos reales. No es un presupuesto para poner a la Argentina de pie. Es una hoja de ruta para profundizar la decadencia y el atraso del país”.

“Cuando Macri acordó con el Fondo denunciamos que era un pacto de coloniaje que iniciaba un nuevo saqueo histórico, el cuarto de la dictadura para acá. Este proyecto  muestra que cambió el gobierno, pero ese pacto continúa. Mientras miles de familias pelean por un pedazo de tierra para vivir en viviendas nuevas, el gobierno gastará 150 millones de dólares y para el pago de deuda 6 mil millones. Están claras las prioridades”, finalizó.

El presupuesto presentado por el gobierno de Alberto Fernández proyecta un crecimiento del 5,5%, un dólar a 102,4 y una inflación del 29% para el año que viene. Y  en infraestructura duplica la inversión respecto de 2019. Llegará en 2021 a 835.000 millones de pesos, equivalente al 2,2% del PBI.

La partida de la salud pública incluye la compra de 22.4 millones de dosis de vacunas contra el Covid-19. Y en esta área se prevé incrementar en un 49% la inversión real, llegando a 199.000 millones de pesos.