Tras un año de reclamar que le asignen un equipo de trabajo para ejercer su función de síndico en YPF, Gustavo Gutiérrez renunció esta semana sin haber logrado que el presidente de la petrolera, Miguel Ángel Gutiérrez, atendiera sus reclamos. El puesto es clave para controlar la nueva gestión que no dio muestras de querer ser puesta bajo la lupa. Lo reemplazaría Silvana Lagrosa, la extitular de la SIGEN durante el gobierno de Cristina Fernández y actual síndico suplente en la compañía.

“He hecho público desde el comienzo que requerí al directorio y al gerente general y CEO de la empresa un equipo de trabajo que me permitiera trabajar, más allá de mi propio desempeño profesional como contador público. He hecho de la auditoría y la sindicatura una parte importante de mi ejercicio profesional, pero era necesario tener un equipo de trabajo que la empresa no brindó y eso determinó que, por lo menos desde mi trabajo profesional, no se estuviera en condiciones de hacer las cosas como creo que corresponde a una tarea tan delicada como la sindicatura, que es la de representar a los accionistas ante el directorio de la empresa”, reconoció el exsíndico en diálogo con Tiempo. Sin embargo, aseguró que no puede ampliar los motivos de su renuncia ya que en el contrato que firmó al asumir y según está establecido en el reglamento interno del directorio, existe una cláusula de confidencialidad que tiene un año de duración.
En lugar de Gutiérrez asumiría Silvana Lagrosa, quien ocupó la titularidad de la SIGEN (Sindicatura General de la Nación) a pedido de la expresidenta Cristina Fernández. Ahora era síndico suplente y, según fuentes del sector, quedaría como titular, si es que se confirma su designación que, por lo pronto, no tiene fecha.

Gutiérrez –exdiputado nacional y excompañero de fórmula presidencial de Elisa Carrió en 2003– es un aliado clave de la legisladora chaqueña quien, hace dos semanas, embistió contra el ministro de Energía, Juan José Aranguren, al denunciar a tres de sus secretarios por “negociaciones incompatibles con la función pública” a fines de noviembre.

El contador, ahora ya fuera del cargo, reconoció que conversó con Carrió antes de renunciar. “Estas decisiones se toman orgánicamente, este cargo no me fue dado a mí como profesional en forma particular sino ofrecido a una fuerza que forma parte del frente Cambiemos en donde la Coalición Cívica solo asumió lugares de contralor”, explicó a este diario.

El dirigente de la Coalición Cívica, que proviene del Partido Demócrata de Mendoza, había sido nombrado síndico en la asamblea del 29 de abril junto con la designación del nuevo directorio, pero nunca pudo desarrollar su trabajo. Las amenazas de renuncia habían comenzado a finales de septiembre. Insistió en varias oportunidades con el pedido de la conformación de un equipo, que nunca le asignaron. Carrió soñaba con que su hombre en YPF pudiera investigar el acuerdo secreto entre la petrolera argentina y Chevron, empresa denunciada por tener sucursales en paraísos offshore, donde no existen los controles fiscales.

Por lo pronto, Gutiérrez no descarta volver a la función pública, pero asegura no que está dispuesto a asumir cualquier puesto, ya que en la Coalición Cívica solo pretenden cargos de contralor. “Solo volvería si surge algún trabajo en el que se den las condiciones que nosotros consideremos y nos permitan desarrollar tareas de control con un equipo de trabajo específico”, insistió en diálogo con Tiempo. Lo cierto es que, con la ida de Gutiérrez, Carrió acaba de perder el único puesto político propiciado por ella dentro de Cambiemos. «