La dirigente social jujeña Milagro Sala lleva 938 días presa sin ninguna condena. Una de sus abogadas Elizabeth Gómez Alcorta denuncia que “a Milagro la quieren muerta” como explicación al hostigamiento continuo que a la que la someten hace más de dos años y medio.

Este martes 14 de agosto el Comité por la Libertad de Milagro Sala realiza un festival solidario por la libertad no solo de  Milagro Sala sino también de los otros presos políticos Mirta Guerrero, Glays Díaz, Graciela López, Mirta Aizama, Alberto Cardozo y Javier Nieva al que llamó “Libres lxs queremos”.

El festival que conducirán la ex defensora del público Cynthia Ottaviano y el periodista Roberto Caballero se realizará a las 19 hs. en el Teatro Roma de Avellaneda, Sarmiento 109, y contará con las actuaciones de la Orquesta Típica Fernández Fierro, La murga Esa te la debo, Ariel Prat y su Banda Murguera, el Olimareño Braulio López.

En la galería del teatro se expondrá la muestra “Construir un Milagro” de la fotógrafa Silvana Lánchez. Además se presentarán dos performances del Colectivo de artistas Independencia Imaginaria y del grupo MC Teatro. Se venderá un bono solidario de $ 200 como parte de la campaña para recaudar fondos de ayuda a los familiares de los detenidos en Jujuy.

El estado de Milagro en la cárcel de Salta

Raúl Noro, marido de Milagro Sala, a quien acompaña hace más de veinte años, habló con Juan Carlos Molina en Rompiendo Moldes sobre la situación de su esposa: “No estoy bien, todavía sorprendido y muy alarmado por la medida del juez Pullen Llermanos. En esta provincia no existen las garantías constitucionales. Si bien no teníamos prisión domiciliaria, estábamos en El Carmen, en un lugar donde podía convivir con ella, teníamos visitas restringidas, pero visitas al fin. No era la penal de Alto Comedero pero tampoco la domiciliaria que dispusieron la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Suprema de la Nación. Milagro fue la primera presa de este régimen que si bien fue votado no es democrático”.

En la entrevista relató que hace una semana, luego de un desmayo, la llevaron a un hospital al que no lo dejaron entrar ni a él, ni a sus abogados, ni a sus médicos. Y cuando le dieron el alta, “la cargaron y se la llevaron así como estaba, en pijama, a una cárcel de Salta.”

Luego del inicio de la huelga de hambre Milagro Sala está con 15 kilos menos, contó Noro.

“Milagro más que bronca, tiene una profunda tristeza. Porque ella entiende la rivalidad política pero de ahí a convertir a una rival en enemigo que hay que destruir es inentendible. Se ha dado vuelta la carga de la prueba, Milagro tiene que comprobar su inocencia, no como dice la Constitución que tienen que comprobar su culpabilidad”, explicó Noro.

Al ser consultado por cómo se sentía, respondió: “Paradójicamente me siento fortalecido, pero también la angustia de no ver ni un gesto de justicia verdadera.”