Si se mira de manera somera la jornada política en el Senado es posible creer que el gobierno consiguió dilatar el tratamiento del proyecto que modifica el Impuesto a las Ganancias. Sin embargo, no es tan así.

El bloque del FpV-PJ le ofreció una puerta de salida al intríngulis en que se metió el gobierno al rechazar una negociación en la Cámara Baja. Se trata de una convocatoria a una mesa de diálogo con legisladores, gobernadores y sindicalistas. Pero esa puerta estará abierta solo hasta las once de este miércoles. Si el gobierno rechaza el convite del peronismo la posibilidad de que se firme el dictamen que vino de Diputados crece de manera exponencial y dejarlo listo para que la próxima semana se convierta en ley.

Una vez más, la decisión está en el escritorio del presidente Mauricio Macri.

Por ahora la respuesta oficial a la propuesta peronista no llegó o, en todo caso, lo que trascendió es que se hará sin la presencia de Macri y por sectores.

Esto implica un cónclave de ministros como Rogelio Frigerio (Interior) con gobernadores. Otra reunión la llevará adelante el titular de la cartera de Trabajo, Jorge Triaca, con las centrales obreras. Pero no es lo que piden los senadores. “Esa no es nuestra propuesta. Si no la aceptan militaremos por la sanción del proyecto de Diputados”, aseguró una fuente del bloque del Frente para la Victoria del Senado.

El “puente de plata” para el gobierno fue habilitado por el jefe de los senadores del FPV-PJ, Miguel Ángel Pichetto. Sucedió durante el mediodía del martes 13. A esa hora junto a los senadores Juan Manuel Abal Medina, Rodolfo Urtubey y el santafesino Omar Perotti, se reunieron con Frigerio, el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, los diputados Emilio Monzó (presidente de la Cámara Baja) y el titular de Presupuesto, Luciano Laspina.

Allí Pichetto les dijo que si el gobierno de Macri “quería terminar con la confrontación” que se había generado a partir de la media sanción de Diputados le ofrecía un camino alternativo que incluye la convocatoria de una “mesa nacional” con diputados y senadores, gobernadores y la CGT. El objetivo era acordar un nuevo esquema del Impuesto a las Ganancias.

Frigerio ni siquiera se retiró del despacho donde se realizó la reunión para llamar por teléfono al presidente Macri e incluso le pasó el aparato a Pichetto para que no haya duda sobre los términos de la propuesta. El senador confirmó los dichos del ministro pero le advirtió que la respuesta debía ser urgente. Le dijo que era “la mejor oportunidad para salir de este clima de confrontación”. Eligió bien las palabras para que no sonaran a un ultimátum pero resultó complejo disimularlo porque se habló de un plazo que vence a las once de la mañana de este miércoles.

La hora señalada está relacionada con la reunión de los presidentes de los bloques del Senado para delinear la Labor Parlamentaria. Lo que sí le quedó claro al presidente es que si hasta esa hora no había una respuesta los senadores del FpV-PJ avanzarían con el dictamen que tiene media sanción de Diputados porque tienen un compromiso con la CGT de aprobarlo. Según los colaboradores del propio Pichetto, el senador no escuchó de boca de Macri de un “lo voy a pensar” o el “te llamo más tarde”.

Con esa charla Abal Medina regresó al salón Illia donde lo esperaban los gobernadores que participaron de la comisión de Presupuesto (ver aparte).

Mientras se desarrollaba la reunión la tranquilidad no era moneda común en ninguno de los bloques. El FpV-PJ no era la excepción. Los senadores miraban a su colegas presentes y se daban cuenta de que había ausencias llamativas como la del misionero Juan Manuel Irrazabal, quien si bien estaba en su despacho no se despegó jamás de su poltrona.

El salteño Urtubey y su primo senador por Catamarca, Dalmacio Mera, tampoco aparecían y arreciaban las versiones de que presentarían un dictamen aparte con modificaciones.

“Escribieron un dictamen aparte pero si el gobierno no convoca al diálogo vendrán con nosotros”, aseguró uno de los hombres fuerte del bloque del FPV-PJ confirmando la especie. Así, solo los colaboradores de los senadores y periodistas escuchaban con atención las ponencias de los líderes sindicales que, faltos de tacto político, no evitaron pelearse con sus aliados.

Por caso, el camionero Pablo Moyano que la emprendió contra los gobernadores que se oponen a la reinstalación de impuestos a las mineras. Su vozarrón malevo no amilanó a las senadoras de las provincias mineras de Catamarca y San Juan que reprendieron al sindicalista.

Mientras eso ocurría a pocos metros, en la presidencia del Senado se realizaba la reunión de Labor Parlamentaria. Allí los presidentes de bloques encomendaron al presidente provisional del cuerpo, Pinedo, para que se traslade hasta la Rosada y busque una respuesta del gobierno. El senador y presidente por unas pocas horas salió raudo hasta la casa de gobierno.

Todo ocurría al mismo tiempo. A dos cuadras del Congreso un grupo de gobernadores se reunía en un hotel para conversar sobre lo que estaba sucediendo.

Hasta allí llegaron los que ya habían hablado ante la comisión de Presupuesto del Senado, Juan Manuel Urtubey (Salta), Juan Schiaretti (Córdoba), la fueguina Rosana Bertone, el neuquino Omar Gutiérrez y Alberto Weretilneck (Río Negro). Luego llegaron Sergio Uñac de San Juan, Gustavo Bordet (Entre Ríos), Domingo Peppo (Chaco) y el socialista Miguel Lifschitz (Santa Fe).

El cordobés fungió luego de vocero y señaló la necesidad de que el gobierno “convoque a una mesa donde estén representados los gobernadores, las fuerzas con representación parlamentaria, el gobierno y quien determine el gobierno para, en un lapso prudencial, hacer un nuevo proyecto que permita superar las inequidades de la actual estructura, cuidar el déficit fiscal y que se acabe con la falsa dicotomía del salario de los trabajadores versus los recursos de las provincias”.

El dato de ese encuentro fueron las ausencias. Por caso, no estuvo el chubutense Mario Das Neves que ante los senadores había sido el único que habló a favor de una sanción del proyecto que vino de Diputados. Tampoco estuvo el pampeano Carlos Verna y el tucumano Juan Manzur.

Sobre este último colaboradores suyos reconocieron que el mandatario se inclina más por la sanción de la norma porque beneficia a los trabajadores y que el tan mentado agujero fiscal se puede resolver con el incremento del consumo interno.

El pampeano no estuvo en Buenos Aires pero hizo declaraciones contra el titular de la Afip, Alberto Abad, de quien dijo que “mentía” sobre el desfinanciamiento que produce este proyecto. “Estoy seguro de que el peronismo tiene mayoría para sacar la ley.

Más allá de los números, es una decisión política: si uno vota a favor de las mineras, a favor de los bancos, a favor del juego o vota a favor de los trabajadores”, aseguró.

Mientras se esperaba una respuesta del gobierno, los senadores del FpV-PJ se fueron hasta el despacho presidencial de su bloque a reunirse. Antes de ingresar varios reiteraron lo que había dicho Pichetto: “la oferta de parar la pelota es válida en tanto y en cuanto la Nación convoque a la mesa de diálogo. El tiempo corre y se agota”.

Un senador de extracción peronista que no integra el FPV-PJ fue más lapidario: “El gobierno no conoce al peronismo y, para peor, lo desprecia. Si no reacciona la sanción será un hecho”.