Luego de que se cayera por falta de quórum la sesión convocada para pedir el allanamiento de las oficinas de Cristina Fernández en el Senado, puerta de entrada al pedido de desafuero, las versiones sobre el origen del fracaso se multiplicaron. Mala jugada de Cambiemos, la fracción del bloque de Miguel Ángel Pichetto y el enojo de los gobernadores fueron las primeras en su objetivo de dejar a la ex presidenta en la puerta de la cárcel.

La sesión debía comenzar a las 14, pero se estiró media hora para esperar a los ausentes. Pero el tablero nunca pasó los 35 senadores, por lo que después de breves intervenciones de los jefes de bloque presentes, Luis Naidenoff de Cambiemos y Pichetto de Argentina Federal, la presidenta del cuerpo, Gabriela Michetti tuvo que levantar la sesión.

El único senador que habló a la prensa fue Federico Pinedo. Si bien a su bloque le faltaron dos miembros para garantizar el quórum para una iniciativa propia, prefirió culpar a Pichetto. “El peronismo buscó entorpecer la acción de la Justicia. Hubo una lamentable decisión política del peronismo de no dar quórum. Claramente buscan entorpecer la acción de la Justicia y someten al Senado a esta situación”.

Es que de de los 24 senadores de la bancada que conduce Pichetto sólo se hicieron presentes ocho: él mismo, el salteño Rodolfo Urtubey, su primo de Catamarca Dalmacio Mera, Carlos “Camau” Espínola de Corrientes, Carlos Caserio de Córdoba, Omar Perotti de Santa Fe y el chaqueño Eduardo Aguilar y Mario Pais de Chubut.

En tanto, al propio oficialismo le faltaron dos senadores para votar su iniciativa: el bonaerense Esteban Bullrich que fue a Roma a ver al Papa Francisco y la fueguina Miriam Boyadjian, por cuestiones de salud, según dijeron.

Una de las hipótesis es que el peronismo no quiso quedar pegado a la jugada del oficialismo, luego de no haber podido completar su propia bancada. Sin embargo, algunos senadores del bloque de Pichetto que sí bajaron explicaron que era necesario desactivarle al juez Claudio Bonadio la excusa del impedimento institucional. “Qué venga, que mire y que vea que no hay nada”, se quejaba un senador que está de acuerdo con el allanamiento y no con el desafuero, posición mayoritaria del bloque de Pichetto.

La otra hipótesis es que Pichetto tiene cada vez menos poder de conducción dentro de un bloque que representa a muchas provincias con distintas realidades, y en donde el cronograma electoral ya empezó a jugar. De hecho, algunos de los senadores justicialistas que sí estuvieron se enmarcan electoralmente en la candidatura presidencial del gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey. Su hermano y su primo Mera son firmantes del dictamen del allanamiento. En tanto, entre los que no bajaron, la explicación es más política: “prefiero que los tiempos los decida la política y no los medios y los jueces”.

Otra de las explicaciones es que en una semana de corrida bancaria “y de manotazos de ahogado del Gobierno”, los senadores no quisieron quedar pegados a una operación a la que le ven altos componentes de mediatización y poco sustento jurídico.

Cristina Fernández siguió la jornada desde su despacho en el Senado. Desde la mañana temprano el kirchnerismo militó desde las redes y las pintadas callejeras la frase “Fuerza Cristina”. “Algunos senadores también están empezando a jugar. No quieren quedar como los que ayudaron a meterla presa”.