El balance político de la gira que hizo el presidente lo hizo el propio presidente: la política exterior argentina es multilateralista en los dichos y en los hechos. Más allá de las llamativas declaraciones de Alberto Fernández sobre Estados Unidos frente a Vladimir Putin en pleno cierre del acuerdo con el FMI, la gira se cierra con promesas de financiamiento. En medio sucedió la crisis del oficialismo, que todavía no cierra sus heridas. Por lo pronto se espera que el presidente y la vicepresidenta, Cristina Fernández, se reúnan o vuelvan a hablar esta semana, según lo anunció el mandatario.

Según cuentan en el entorno presidencial, esa mesa chica, de sólo dos integrantes, funciona con mayor frecuencia de la admitida por ambos dirigentes. Sin embargo, el funcionamiento de la dupla tampoco es garantía de síntesis política.

Respecto al sacudón que implicó la decisión Máximo Kirchner, la renuncia a la jefatura del bloque de Diputados, en la Rosada sostienen que lastimó a la coalición, pero no de muerte. Cuestionan que «las decisiones personales excluyen el carácter colectivo de la política», de una coalición de gobierno, formada por dos grandes actores que caminan juntos, pero no a la par.

Respecto al acuerdo con el FMI, destacan que “el crecimiento y el déficit ya están definido”. Y dan cuenta de que todo el llamado “gasto Covid”, en materia de salud (respiradores, compra de vacunas, armado de hospitales móviles), pero también en materia de asistencia económica a las empresas, ya quedó atrás. Según las mismas fuenets, esto le dará nuevos aires a la tan recuperación económica.

Balance de la gira en números

En Rusia, la primera escala de la gira presidencial, país con el cual la Argentina mantuvo un intercambio comercial de 1.331 millones de dólares el año pasado, un 71% más que en 2020, Fernández pidió que acuerdo firmado en 2015 «se ponga en marcha con todo vigor» para que «se convierta en una realidad efectiva». Putin, por su parte, se comprometió inversiones rusas en el sector eléctrico, gas, petróleo, industria química y colaboración bancaria. Y destacó la participación de compañías rusas en la modernización de vías ferroviarias en Argentina para el suministro de trenes eléctricos.

Ambos mandatarios evaluaron nuevos proyectos en el área de transporte en la Argentina que podrían incluir inversiones para el tren Vaca Muerta-Bahía Blanca y la posible radicación de la empresa Kamaz, una compañía rusa dedicada a la fabricación de camiones, que Fernández quiere que se instale. «Pero no para ensamblar sino para fabricar», dijo el presidente.

En China, su segunda escala, se cerró un acuerdo de inversión y cooperación económica que ampliará el volumen de intercambio comercial bilateral. Se convirtió en el primero de los tres grandes países de la región en formalizar su ingreso a la denominada «Ruta de la Seda». En ese marco se rubricaron diferentes acuerdos para inversiones y obras por 23.700 millones de dólares.

Según precisaron desde presidencia, este financiamiento se obtendrá en dos tramos. Uno ya aprobado por 14 mil millones de dólares, bajo el mecanismo del Diálogo Estratégico para la Cooperación y Coordinación Económica y otro por 9.700 millones de dólares, que la Argentina presentará en el Grupo creado entre ambos países para iniciar el trabajo, tras la adhesión a la la Ruta de la Seda.

Además de la adhesión, desde presidencia señalaron que se suscribieron trece documentos de cooperación, referidos a desarrollo verde, economía digital, área espacial, tecnología e innovación, educación y cooperación universitaria, agricultura, ciencias de la tierra, medios públicos de comunicación y energía nuclear.