«El macrismo es un Estado a disposición del sector privado», reflexiona Juan Cabandié desde su despacho a pocos metros del Congreso. El diputado conoce bien al PRO de sus seis años como legislador y postulante del kirchnerismo en la Ciudad. Sin lanzarse como candidato pide una campaña «muy ideológica que ponga en evidencia las antinomias» y critica al massismo por sus posturas políticas.

–¿Fondos o formas?

–Nuestro objetivo para este año tiene que ser plantear una campaña bien ideológica. Y más en la Ciudad de Buenos Aires que es vidriera para todo el país. Tenemos que poner en evidencia las antinomias patria -antipatria, pueblo- antipueblo, discutir con los candidatos de Cambiemos el rumbo del país, la baja en los salarios, los despidos masivos. De esta forma lo que hacemos es colaborar con la elección nacional. No son las formas, ese es el error político que caracterizó al massismo.

–¿El kirchnerismo no podría haber hecho lo mismo con mejores formas?

–Para nosotros es natural pensar la gobernabilidad con un andamiaje de discusión política, con construcción política, construcción ideológica. Si no hubiésemos tenido eso no creo hubiéramos durado mucho. Viríamos en un permanente derrotero de la política a partir de denostar a la política.

–¿Qué es hoy el kirchnerismo?

–Sigue siendo lo que siempre fue. Somos un proyecto político que gobernó durante doce años, que sigue vigente y hoy nos toca el rol de oposición. Está bueno clarificar qué somos y a dónde vamos, y eso Cristina lo hizo permanentemente. Planteando las contradicciones de la Argentina, tratando de saldar los desaguisados económicos, con desendeudamiento. Yo entiendo al peronismo como derechos en ejercicio y por eso el kirchnerismo es el peronismo en ejercicio.

–¿Los jóvenes siguen militando en La Cámpora?

–Muy a pesar de lo que decían algunos periodistas, que esperaban su final en diciembre de 2015 sigue muy vigente. Están los ejemplos de La Emilia, de todas las unidades básicas, que siguen abiertas gracias al esfuerzo de los compañeros. Demostramos que una organización tiene conciencia y está asentada sobre el terreno fértil de las ideas no depende del Estado.

–¿Es posible una interna del PJ porteño que incluya al massismo?

–Nosotros somos el Frente para la Victoria. Tenemos bien claro qué queremos, la gente sabe qué hemos hecho en la Argentina. Experimentar un armado con un partido que cogobernó con el macrismo y le facilitó la aprobación de leyes perjudiciales para el pueblo nos desperfila. Cristina es líder y otros dirigentes son sólo dirigentes. La Ciudad no tiene un problema de ingeniería electoral, es un tema de análisis del electorado.

–¿Se arrepiente de no haber apoyado a Lousteau en el balotaje?

–Estábamos en una situación muy difícil. Creo que si hubiésemos apoyado a Lousteau, hubiera sacado menos puntos de los que sacó. Dentro del porcentaje que sacó, seguro que hubo mucha gente que nos votó a nosotros. Nosotros dimos libertad de acción. Todos queríamos que perdiera Horacio Larreta y buscamos la mejor estrategia.

–Cristina planteó armar un frente lo más amplio posible para la Ciudad. ¿Cómo viene ese armado?
–La amplitud de espacios y sectores siempre ha sido una característica del kirchnerismo. Científicos, docentes, profesionales, del ámbito deportivo. Pero repito que no creo que sea un tema de ingeniería electoral.

–En el macrismo aseguran que Macri y Vidal van a ser las figuras de la campaña. ¿Cristina va a ser candidata?

–Cristina ejerce su liderazgo político con mucha nitidez, pero más allá de eso tenemos que ver si sirve. Si tiene que ser ahora o no. No creo eso de que «no hay 2015 sin 2017». Hay muchos casos para refutar eso: a algunos les fue muy bien en 2013 y muy mal en 2015. A nosotros en 2009 nos fue mal y después ganamos con el 54% de los votos. «