El renunciamiento del presidente Alberto Fernández a pelear un segundo mandato en las próximas elecciones no movió el avispero en Juntos por el Cambio. El giro oxigenará al oficialismo y le permitirá intentar un reordenamiento de sus precandidaturas sin usar las PASO. La principal coalición opositora todavía no llega a ese punto y su conducción colegiada brilla por la ausencia. Sus dirigentes han buscado guardar silencio ante la centralidad que ganaron los problemas y errores del FdT.

El derrotero caliente empezó con el ataque que afrontó Sergio Berni, luego del asesinato de un chofer de colectivo, hasta la renuncia de Antonio Aracre a su puesto en la Presidencia y el empoderamiento del ministro de Economía, Sergio Massa.  En JxC buscan diferenciarse con escaso éxito. La interna que se cocina a fuego fuerte se los impide y, quizás por eso, la intención apunta a fragilizar al gobierno todo lo posible para que no queden las costuras propias al desnudo.

Los errores no forzados del panperonismo y el impacto de la inflación en el malhumor social le dejan el camino libre a la oposición para poner sus crujidos en segundo plano. Sin embargo la corrida cambiaria de esta semana y la eyección  del ex CEO de Syngenta de la jefatura de Asesores de la Presidencia también dejaron en evidencia que los principales aspirantes opositores no tienen un programa claro para salir de la crisis. También que aquellos que aparecen favorecidos en las encuestas no convencen al establishment y, en algunos casos, lo atemorizan.

Al diputado nacional de ultraderecha Javier Milei, candidato de La Libertad Avanza, no le fue bien en el Foro de Llao Llao que reúne a empresarios y lobbystas una vez por año en el clásico y exclusivo hotel de Bariloche. El economista era uno de los precandidatos más esperados, pero fue uno de los más denostados por su exposición. Los asistentes al encuentro se encargaron de filtrar a la prensa que tuvo serias dificultades para sostener las medidas de un eventual gobierno y, en especial, fue inconsistente para hablar de su plan para dolarizar la economía.

«El balance es muy bueno, pudo explayarse sobre su plan de dolarización, es lógico que no todos queden conformes», retrucaron en el entorno de Milei ante las consultas de Tiempo. La autopercepción del equipo de La Libertad Avanza no asume que el diputado exhibió los límites y las fallas de su comunicación en Llao Llao y también en los debates con otros colegas del mismo arco ideológico, como el ultraliberal Roberto Cachanosky. La idea de dolarizar la economía nacional comienza a instalarse en el debate preelectoral e incomoda a todos los equipos de campaña de los candidatos de derecha. Se trata de otra contienda feroz en la zona donde se fugan los votos de JxC por ultraderecha. Las falencias de Milei en la materia que más lo diferencia de los demás no atentan, por ahora, con el alto caudal de intención de voto que cosecha en las encuestas, pero la exhibición pública de su inconsistencia política amenaza con debilitarlo frente a su núcleo más duro y ante los indecisos que le prestan atención.

No es lo que piensan dentro del PRO. En su entorno advierten que la exgobernadora María Eugenia Vidal cree que Milei puede ganar las elecciones porque sigue creciendo su intención de voto. Por eso esta semana propuso que todos los aspirantes de JxC bajen sus candidaturas para barajar y dar de nuevo. Nadie tomó el guante y Vidal quedó sola en su planteo, pero el movimiento despertó sospechas. En su partido creen que está buscando la forma de bajar su precandidatura presidencial y alimentar, de a poquito, la posibilidad de pelear por la jefatura porteña. En el despacho de Vidal lo niegan, dicen que lo único que cambió es que antes esa posibilidad no existía y ahora aparece en el radar. «Sólo lo haría si ve en riesgo que el candidato o los candidatos del PRO en la Ciudad puedan perder con (el senador nacional de Evolución Radical Martín) Lousteau».

La frase que murmura el vidalismo concide con las dudas que deslizan cerca del alcalde Horacio Rodríguez Larreta sobre la capacidad de Jorge Macri para instalarse. Es ministro de Gobierno capitalino e intendente en uso de licencia de Vicente López, pero el apellido no le estaría alcanzando para posicionarse en la Ciudad. Así como Vidal le suma una ficha a pelear en la arena porteña, esta semana en el gobierno de la Ciudad confirmaron que habría dos candidatos del PRO en las PASO, tal como anticipó este diario en su última edición dominical. Rodríguez Larreta no resigna a su ministra Soledad Acuña como sucesora, pero a la vez refuerza al ministro de Salud, Fernán Quirós, como el contendiente más corrosivo para Macri y  Lousteau. En el macrismo porteño advierten que no está todo dicho y creen que es una demostración del mal momento que vive el alcalde porteño con el expresidente. «Me cuesta mucho pensar en una pelea abierta entre Jorge y Horacio  en las PASO porque ahí hay riesgos para todos», lamentó un larretista que pasa sus días entre la campaña nacional y la rutina municipal.

Cuestión de confianza

Rodríguez Larreta no se fue de Llao Llao como Milei. Los voceros del establishment que estuvo en el encuentro patagónico lo volvieron a ratificar como su candidato preferido. Consideran que es el más adecuado para afrontar una eventual transición hacia un gobierno de derecha. La exministra de Seguridad, Patricia Bullrich, también fue invitada pero, al igual que Milei, no convenció a los magnates que querían escucharla hablar de Economía. Le cuestionan su acercamiento con el líder de la Libertad Avanza y las coincidencias que exhibe con Macri cuando ya está fuera de juego. En ese contexto, el alcalde porteño es el único del PRO que suma adhesiones empresariales sin lograr su correlato en votos. Le pasó lo mismo en las exposiciones que ofrecieron los precandidatos en la Sociedad Rural. Ante ambos auditorios salió fortalecido el jefe de Gobierno porque se muestra como una continuidad sin grandes sobresaltos, aunque tampoco detalla con claridad un plan de gobierno. Hace equilibrio pero sigue sin repuntar en las encuestas.

En respuesta a esa tensión interna, Bullrich volvió este sábado con su plan de shock económico en caso de ganar las elecciones. Esta vez habló de «un proyecto que le da a una sociedad una política más contundente, un shock que permita ordenar realmente a la Argentina». En el equipo de campaña de la exministra de Trabajo de la Alianza sostienen que «siempre es la política la que ordena a la economía, pero que es vital contar con un diagnóstico de la crisis e ir a fondo. Nadie dice que sea sencillo, pero ella es la única que podría aplicarlo», justificaron en diálogo con Tiempo.

El titular de la UCR, Gerardo Morales, tampoco no se privó de hacer campaña ante los magnates, pero lo hizo con una demostración de fuerza hacia JxC. El Comité Nacional del partido cuestionó los guiños de Macri y Bullrich a Milei con un pronunciamiento. «La salida  para la Argentina se dará a partir de un programa económico consistente y serio. Con firmeza, convicciones y diálogo. Sin sangre ni dinamita. Sin histeria ni salidas perturbadas, perturbadoras, delirantes e irreversibles», dice el texto sin poner nombres. «Es que en medio de las crisis aparecen los desquiciados, los extremistas que prometen dolarizar para licuar los salarios, que sostienen que los órganos pueden comercializarse como un paquete de azúcar, que creen que la solución a la inseguridad es montar una guerra cotidiana en donde los ciudadanos anden armados», lanzó la conducción de la UCR y actualizó el nivel del debate interno de JxC.

El mensaje no sólo alcanza al fundador del PRO, que dijo que había que dinamitar todo, y a Bullrich, sino también al economista y diputado de ultraderecha José Luis Espert. Sus negociaciones se aceleran para sumarse a JxC y pelear en las PASO como precandidato presidencial, pero el planteo radical podría frenar ese plan. El exsocio electoral de Milei también reclama que su inclusión implique un frente más amplio contra el peronismo. También espera que la coalición opositora modifique su marca y que lo incluyan en una Mesa Nacional que lleva meses sin poder ordenar las internas provinciales. El exministro y diputado nacional Ricardo López Murphy había pedido lo mismo cuando se sumó a JxC y sigue sin tener la representación que exige.

La multiplicidad de candidatos dentro de JxC se repite en la discusión económica. Surgen coincidencias para pactar candidaturas competitivas en Santa Fe, con Carolina Losada a la cabeza, o en Córdoba, con Luis Juez, pero no asoman pactos de gobernabilidad. Algunos vuelven a la vieja máxima que dijo Carlos Menem y también Mauricio Macri antes de llegar al poder. «Si decimos lo que haríamos no nos votan», bromeó un macrista que defiende a Bullrich. En los tres mayores partidos de JxC aseguran que el plan económico tiene demoras desde el año pasado pero que ya está casi cerrado. Lo mismo decían en diciembre.