La irrupción del penalista Fernando Burlando como competidor por la gobernación de Buenos Aires no estaba en el radar de las principales fuerzas políticas. Su lanzamiento está directamente vinculado a la instalación pública que tiene como representante de los padres de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado a golpes por ocho rugbiers en Villa Gesell en enero de 2020. Luego de las condenas, el abogado habló de sus ambiciones políticas y, por ahora, no aparece como aliado del diputado de ultraderecha Javier Milei pero ya concentra la atención de JxC, porque también puede restarle votos a sus candidatos.

Hasta que no defina con quiénes jugará, Burlando aparece en soledad como la cara visible del Movimiento de Integración Federal, una fuerza de derecha que tiene vinculos políticos con La Libertad Avanza, que lidera Milei. Para aplacar especulaciones, el economista dijo que no están considerando ninguna alianza con Burlando, aunque sigue sin definir un candidato a gobernador que le de volumen a su campaña nacional.

En Juntos por el Cambio ven una coincidencia entre Burlando y Milei. Ambos lanzaron sus candidaturas muy lejos de las elecciones. El penalista lo hizo esta semana. «Se equivocó de timing y terminó siendo un político más. Si hubiera esperado a junio se habría transformado en un problema», confió un integrante de JxC que está inmerso en la precampaña bonaerense, un verdadero rompecabezas que es muy sensible a los movimientos de los demás competidores por ultraderecha. Sin Milei jugando una carta fuerte en la provincia de Buenos Aires hay dudas sobre el alcance de la fuga de votos que le genere a JxC.

Burlando podría hacer lo suyo en la disputa del electorado antikirchnerista bonaerense, pero en un escenario que suma candidatos y sigue fragmentando su oferta. Milei definió ese derrotero hace diez dias cuando cerró las chances de mantener alguna negociación con JxC en la provincia y a nivel nacional ante un eventual segunda vuelta.

El anuncio del diputado de ultraderecha no ha dejado de impactar en la alianza opositora. Al cerrar los puentes con JxC desempoderó a la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, la precandidata presidencial más empeñada en mantener en pie los contactos con el competidor que más votos les drena. Cerca del diputado apuntan que también le quita voluntades al oficialismo en los grandes centros urbanos.

La tensión está en la provincia de Buenos Aires y se calienta con los primeros números de intención de voto en año electoral. En la coalición opositora circula un estudio de la consultora Federico González y Asociados donde midieron a todos los aspirantes a la gobernación bonaerense, en un momento donde la mayoría de las mediciones están bajo la lupa por los errores cometidos en las elecciones anteriores. En ese abanico Burlando tiene el 9,3% y si se postula como candidato de Milei llega al 13,1%. La encuesta muestra que el partido de Milei tiene un 6% de respaldos cuando todavía no definió candidato a la gobernación del principal distrito del país. El diputado de ultraderecha José Luis Espert llega al 8,1% si compite con Burlando y con un candidato de Milei, pero crece al 9,6% si solamente se mide con el penalista.

Por fuera de esa pelea en JxC midieron a ocho aspirantes a gobernador. La coalición llega al 28,4 de los apoyos y está por debajo del Frente de Todos que suma el 32,7%, repartido entre el gobernador Axel Kicillof, que cuenta con el 28,4% de los respaldos, y el jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, con el 4,3%.

Los números que le adjudican a JxC están divididos en el larretista Diego Santilli, que reúne el 11,7%, muy por encima del titular del bloque macrista de Diputados, Cristian Ritondo, que tiene el 4,2%. Javier Iguacel tiene el 3,5%, Martín Tetaz el 2,3%, Diego Valenzuela el 2,1%, Joaquín De la Torre el 2,4%, Néstor Grindetti el 1,1% y Gustavo Posse 1,1%.

Si esa tendencia se mantiene, el candidato a gobernador de JxC sería Diego Santilli, la apuesta del alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta en su carrera presidencial. Este domingo también se juega otro termómetro en las PASO de La Pampa (ver página 7), porque el aspirante del PRO, Martín Maquieyra, es su candidato en esa provincia y se medirá con el radical Martín Berhongaray, que tiene amplias chances de mantener el predominio de la UCR dentro de JxC.

Cuando se haya cerrado el telón de las primarias pampeanas comenzará la medición de los impactos internos en la coalición opositora, donde comienzan a definirse otros alineamientos. Esta semana el senador y exgobernador mendocino Alfredo Cornejo confirmó que peleará por un nuevo mandato en las elecciones de este año. Mendoza tiene primarias el 11 de junio y generales el 24 de septiembre. Su decisión deja sin precandidato a vicepresidente a Bullrich, que apostaba a una fórmula con él y que implicaba una división dentro del radicalismo.

Así como a Cornejo lo corrían los tiempos para definir sus aspiraciones porque dentro de cuatro meses tiene primarias, a Bullrich ahora la apura el reloj para reformular su armado ante la contienda interna que tendrá con Rodríguez Larreta.

Macri sigue sin decir si se presentará o no, pero el radicalismo ya salió a pedirle que apriete el tranco y diga finalmente qué hará. Crecen las sospechas de que lo haría y en ese contexto la fundadora de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, dijo que será precandidata presidencial para medirse en las PASO de JxC. Otro cambio provisorio en el esquema de competición opositor que parece destinado a condicionar a Macri y también a Bullrich y fortalecer a Rodríguez Larreta.

La movida también tiene un motor orgánico para la Coalición Cívica. Necesitan obtener más lugares en las listas de aspirantes a la Cámara de Diputados para evitar que se les achique el bloque en un año donde renuevan seis de las 11 bancas que tienen. Lilita podría deponer su candidatura cuando se acerquen las negociaciones, pero hasta que lo haga, terciará con fuerza en la interna de JxC con resultados impensados, como la aparición de Burlando.