La lluvia cae sobre Paris de manera pausada. Son unos minutos de intensidad y luego para. La gente abre y cierra los paraguas y da la sensación de que estan llevando a cabo una coreografía. Lo mismo hace ese grupo de casi treinta personas que a las 19 quedó en juntarse en la esquina de la Embajada Argentina con carteles e imagenes. Todos tienen la misma frase: “¿Dónde esta Santiago Maldonado?”

Para no perder la costumbre, el encuentro se realiza unos minutos más tarde que las 19, tal como se había pactado en las redes sociales unos días antes para pedir por la aparición de Santiago Maldonado a un mes de su desaparición. Facebook fue la plataforma que dio el puntapié inicial a este evento al cual se adhirireron más personas en forma cibernetica que en presencia. Para colmo, las discusiones a través de los teclados se hizo presente: “no utilicemos políticamente el tema”, “pidamos también por Julio Lopez”, “no quieran ensuciar al Gobierno”, decían algunas frases que iban y venían en contra del evento que se había armado en un grupo cerrado de argentinos viviendo en Paris. 

Eso no importó y la convocatoria se realizó igual. El lugar es la esquina de la Embajada, en Avenue Kleber y Rue Cimarosa. Pasados los minutos aparecen tres personas de gran contextura que cortan la circulación por la vereda para llegar a la puerta de la Embajada. Están vestidos de civil y no portan ninguna identificación. Tampoco hablan español. A media cuadra se ve una camioneta de la policía en el cual descansan varios uniformados.  

“Disculpen pero no pueden pasar para la Embajada”, dice en un francés perfecto uno de los civiles de unos cincuenta años que trabaja para Prefectura. “Pero es solo una foto con los carteles nada más, no hay movilización ni nada por el estilo”, dice una argentina que llevaba colgando en su pecho la imagen de Santiago Maldonado. “Imposible”, remata otro de los civiles.  

La foto con la imagen y la frase de “Donde esta Santiago Maldonado” no se puede hacer por pedido de la Embajada que se encargó de que haya gente para cuando lleguen los “manifestantes”. 

Francia, al estar en estado de alerta máxima debido a los atentados que sufrió los últimos años, solicita que se dé aviso una semana antes para realizar una manifestación. Sin embargo, este grupo de argentinos esta en su totalidad en una esquina. Solo quire sacarse una foto en la puerta de la Embajada para demostrar su apoyo a la distancia y entregar un petitorio al embajador con la firma de todos los que piden por el esclarecimiento del caso. 

Nada. Ni una señal. Solo los tres civiles que se enojan cuando un fotógrafo empieza a tomar fotos. 

Dentro del grupo que decidió ir a la convocatoria se encuentra una miembro de HIJOS Paris. Dice que las últimas reuniones con el embajador fueron en vano. El último 24 de marzo no hicieron ningun acto al respecto y tampoco colaboran con la causa que habían emprendido por la búsqueda de niños apropiados que pueden estar en el exterior. 

Pasado los cuarenta minutos y una vez que uno de los muchachos dejó el petitorio en la mesa de entrada de la Embajada, los mismos oficiales de civil los obliga a “desconcentrar”. A que se vayan del lugar. Que ya sacaron la foto y consiguieron lo que querían. Todo con un tono altanero y siempre en frances, por más que uno de ellos haya dicho que se encargaba de “los temas latinoamericanos”. 

El grupo decide ir a Trocadero para sacarse una última foto con la Torre Eiffel de fondo. Todos de acuerdo. Todos menos el oficial de civil, que dice que si vamos todos juntos para allá, pueden pedirnos documento y que si no lo tenemos podemos ser demorados en la comisaría. Una amenaza penosa para un grupo de argentinos que a la distancia pide de forma pacífica la aparición con vida de un ciudadano del cual el Estado parece no hacerse responsable. 

Varios reporteros franceses se acercan para conversar con los oficiales. Uno lleva la remera de un partido de izquierda de Francia. Otro cubre el caso para un portal frances. Otro más joven sigue gatillando su camara para captar los rostros de cada uno de los que esta ahí, bajo la lluvia, con sus carteles que se van estropeando por el caer del agua.  

La ida a Trocadero, plaza que tiene una gran vista de la Torre Eiffel, se hace en grupos. Para que no sea considerado una manifestación, la gente sale de a cuatro o cinco personas para que, a las 20:20, todos se encuentren ahí. En el camino se conversa sobre politíca y sobre sus vidas en Paris. Varios son estudiantes de licenciaturas y posgrados. Otros solo trabajaban y viajan por Europa. Los más grande ya llevan viviendo varios años en Francia por diferentes circunstancias de la vida. Todos piden por la aparición de Santiago Maldonado. 

La foto en Trocadero se hace sin problemas. En el camino se sumaron algunas personas más. Bajo una lluvia molesta, se sigue conversando sobre el tema de la desaparición de Maldonado. Sobre el actuar de la Gendarmería. Sobre el rol del Estado. Sobre la declaración de los funcionarios públicos. Sobre el discurso de algunos medios de comunicación para sacar de foco el tema. 

A los diez minutos llega una camioneta de la policía del cual bajan tres uniformados. El grupo se “desconcentra” y comienza a partir para diferentes lados. Se saludan a las aparudas y algunos se pasan sus números para seguir en contacto. Eso sí, todos se van con la sensación de que todavía siguen estando en Argentina.