En este 2020 se da la paradoja de que, tras el regreso de un gobierno que acompaña y reivindica la lucha de los organismos de Derechos Humanos, y comparte su visión sobre la última dictadura cívico-militar, no será posible la anhelada movilización del 2 4 de Ma r zo, que muchos sentían como una descarga necesaria tras cuatro años de negacionismo, destrato y desinterés por la agenda de lesa humanidad. Para las mujeres que desde hace 43 años vienen luchando en las calles, que denunciaron a la dictadura cuando pocos se atrevían, se acostumbra ron a golpear puertas sin encontrar respuestas y decidieron marchar todos los jueves incansablemente alrededor de la Pirámide de Mayo, este presente distópico, esta película de ciencia ficción es dolorosa. Algo muy difícil de digerir. Pero cuando la decisión fue procesada y asimilada, se decidió convertirla en fortaleza.
Alinearse con el discurso del #quedateencasa, cuidarlas a ellas, que en su mayoría rondan los 90 años de edad, entender la excepcionalidad de este momento histórico, fue el camino elegido. Salvando las distancias, para Tiempo Argentino también lo es. Su nacimiento como cooperativa se produjo un 24 de Marzo, el de 2016, también en la Plaza. Ese vínculo estrecho con el día de la Memoria, la Verdad y la Justicia continuó año tras año como una cita de honor con los 30 mil detenidos desparecidos, y a la vez con los lectores con quienes nos veíamos cara a cara en los gazebos.

Este suplemento especial es nuestra manera de salir a la Plaza. Mientras los organismos preparan el documento que leerán y difundirán a través de las redes sociales y los medios que quieran transmitir el mensaje el martes a las 19:30, avanza la convocatoria a un activismo virtual y doméstico que intentará compensar la ausencia en las calles. Los protagonistas serán los dispositivos tecnológicos y la creatividad popular, y el objetivo: convertir esa memoria en un acto colectivo. (Ver agenda)

De eso saben los argentinos. El rechazo al 2×1 que intentó imponer el gobierno macrista a poco de asumir, acaso
fue el mensaje más contundente recibido por un gobernante sobre los límites que esta sociedad
no admite que se transgredan.

Esta vez, el pueblo argentino ratificará que aquel masivo acto de resistencia fue apenas un piso. Y tal vez, como dice la Madre de Plaza de Mayo Vera Jarach en la entrevista publicada en esta edición especial, estas circunstancias extremas dejen –como
todo en la historia– un mensaje: “No a los contagios de esta enfermedad pero sí a los contagios de la esperanza, sí
a los contagios de hacer algo y romper los silencios”. «