Un informe realizado durante la pandemia en la Ciudad de Buenos Aires indica que la pobreza alcanzó el 27% y que las zonas más afectadas son las del sur, donde más de la mitad de los hogares tienen ingresos inferiores a la canasta básica. Además, en esos barrios los índices de conectividad son bajos por lo que no se pudo garantizar la educación virtual a todos los y las estudiantes. En contraposición, el trabajo revela que los presupuestos destinados a las políticas sociales y de educación fueron subejecutados durante el primer trimestre del 2021.

El relevamiento hecho por el Centro de Estudios Metropolitanos indica que durante el 2020 la pobreza aumentó 2.5 puntos porcentuales en los hogares y 3.6 en personas. La desigualdad también se ve a nivel territorial, el ingreso promedio es de 53.783 pesos, pero existe una gran diferencia entre a zona norte (Recoleta, Belgrano y Palermo) donde el salario llega a los 67.537 pesos, y los barrios del sur (La Boca, Villa Soldati y Villa Lugano) en donde promedia los 38.010. El estudio, realizado por  Mariana Sosa e Ignacio Smith, hace referencia a la falta de respuesta del gobierno porteño y sostiene que “las erogaciones presupuestarias destinadas a áreas sociales como Desarrollo Social, Vivienda y Educación, muestran una baja de los montos reales asignados y una marcada subejecución durante el primer trimestre de 2021”. Uno de los ejemplos citados es el del Programa Ciudadanía Porteña de asistencia a familias en situación de vulnerabilidad social que en los primeros tres meses del 2021 tuvo una ejecución de solo el 14%.

Uno de los grandes temas de debate durante la primera parte del año fue el regreso a la presencialidad impulsado por Horacio Rodríguez Larreta y la ministra de Educación, Soledad Acuña. Desde los gremios docentes advirtieron sobre el riesgo sanitario de la vuelta a las aulas y pidieron garantizar la educación virtual. Según el estudio, el 12% de los niños, niñas y adolescentes en edad escolar no tiene computadora en sus casas, una problemática que se profundiza en las comunas del sur y en las villas donde alcanza el 43,8%. El legislador del Frente de Todos y director del CEM, Matías Barroetaveña, denunció la falta de políticas públicas para garantizar este derecho. “La pandemia visibilizó la desigualdad en el acceso a un servicio básico como es la conectividad. Uno de cada 4 niñes y adolescentes que viven en la zona sur y uno de cada dos que viven en villas no tienen computadora en su casa. Frente a este escenario la Ciudad discontinuó el reparto de dispositivos”, le dijo a Tiempo Argentino.

A principios de este año, se desfinanció el Plan Sarmiento, que garantizaba el acceso a computadoras de estudiantes de escuelas públicas. La administración porteña redireccionó partidas para las escuelas privadas. En enero, el Ministerio de Hacienda desvió 370 millones que restaba ejecutar los fondos asignados a ese programa para 2020, a la órbita de la Dirección General de Escuelas de Gestión Privada (DGEGP).

“No se realizaron esfuerzos para garantizar iguales condiciones de acceso a computadoras y a internet para los niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad. Desde el punto de vista territorial continúa expandiéndose la brecha de desigualdad, especialmente desde el 2018 en adelante. No existe un gobierno local presente que redistribuya la enorme riqueza que produce la ciudad”, afirmó el coordinador del área de Trabajo y Producción, Darío Romano.

Otro de los ejes es la situación de las mujeres ante estos indicadores. Son las más perjudicadas: en los hogares encabezados por mujeres la incidencia de la pobreza es de 21,1%, mientras que en los encabezados por varones es de 18,4%. “Las mujeres cobran en promedio un 13% menos de ingresos que los varones, pero si además son jóvenes y viven en la zona sur de la ciudad cobran en promedio 17.765 pesos, una quinta parte que el ingreso de un varón adulto de zona norte. En la ciudad no existe ninguna política para acompañar a este sector de la población que además tiene a su cargo el trabajo no remunerado en el hogar”, afirmó Barroetaveña.

Es decir, que las más desfavorecidas en términos de ingresos son las mujeres jóvenes de la zona sur y los más favorecidos los varones adultos de la zona norte.