Después de imponerse en las primarias del domingo pese a la sorprendente ola de extrema derecha, Axel Kicillof analizó en las últimas horas con su vicegobernadora, Verónica Magario, y con el gabinete, los números de Unión por la Patria para fijar los objetivos de lo que será la segunda parte de la campaña. La meta electoral más importante es subir la participación del electorado, confrontar modelos con la oposición y salir a la caza de los votos «huérfanos».

El mandatario buscará un nuevo mandato en octubre. Resultó el ganador de las PASO en la Provincia de Buenos Aires, uno de los ocho distritos que La Libertad Avanza no pudo pintar de violeta en el país. En Buenos Aires, UP ganó tanto en la categoría para presidente como para gobernador. Kicillof obtuvo casi 2,9 millones de votos y se quedó con el 36%, mientras que los dos rivales de Juntos, Diego Santilli y Néstor Grindetti, obtuvieron 2,6 millones de sufragios y obtuvieron 32%. La diferencia entre Juntos y UxP fue de 277 mil votos. Los libertarios, con la candidata Carolina Piparo, quedaron en tercer lugar con el 23% de los sufragios.

Kicillof analizó el desempeño electoral de cada municipio.

El desempeño en cada sección electoral y en los municipios fue parte del análisis que compartió Kicillof con su gabinete, con Magario y también en reuniones con intendentes. Y hubo coincidencia en que el resultado es «un piso». Es la base de votos para crecer hacia octubre, garantizar la reelección y empujar la candidatura de Massa para entrar al balotaje.

El gobernador lo advirtió el domingo en el complejo C de Chacarita al hablar ya con los números del recuento provisorio. «Ganamos, pero estamos lejos del resultado que necesitamos», señaló. Y advirtió que el objetivo «no es ganar la provincia de Buenos Aires mientras el país retrocede; nadie se salva solo».

¿Cómo conseguir más votos? El primer punto que marcaron los presentes fue la participación. A nivel provincial, el domingo fue a votar el 66,4% del electorado, un porcentaje similar al de las PASO legislativas de 2021 cuando estaba terminando la pandemia. El objetivo es lograr que en las generales crezca ese número, como ya pasó hace dos años cuando subió 4 puntos. También fue claro en esto el gobernador: «Prefiero bonaerenses votando críticamente que bonaerenses quedándose en su casa», señaló el domingo.

El oficialismo irá a buscar el voto «huérfano» que dejó el precandidato de Juntos por el Cambio, Horacio Rodríguez Larreta, y las expresiones minoritarias del peronismo y la izquierda que no superaron el piso y se quedaron camino a octubre. «Los votos están en todos lados. Tenemos que ser muy amplios y dar el debate como corresponde», señaló el jefe de Asesores del gobernador, Carlos Bianco, en declaraciones a Radio Provincia, quien además consideró que el voto a Milei fue un «voto bronca» y de «último minuto». Y consideró que «a partir de ahora tenemos que contraponer modelos y proyectos» y poderle explicar a los bonaerenses «las consecuencias» que podrían tener en la vida cotidiana las propuestas de la derecha, ya sean de Javier Milei o de Patricia Bullrich.

En busca de subir la participación, el gobierno también pondrá énfasis en la campaña que viene en buscar el voto de los extranjeros que viven en la provincia. Ese padrón, que tiene casi un millón de electores, creció 40% en los últimos cuatro años. Sin embargo, el domingo sólo participaron 293 mil empadronados. Cabe aclarar que los extranjeros sólo votan cargos provinciales y municipales, pero no nacionales. Esto explica, según remarcaron en Gobernación, la diferencia de 60 mil votos entre Massa y Kicillof en la elección del domingo.

Durante la reunión de gabinete, Kicillof delineó con sus ministros los «hitos de gestión» en los 135 municipios y la agenda de trabajo en materia de educación, trabajo, salud, y seguridad de los próximos meses, que serán claves para la campaña que arrancará en septiembre. En principio y hasta la veda de gestión, habrá inauguraciones y recorridas con fuerte presencia del mandatario, como ya ocurrió antes de las PASO.