Algunas de las principales espadas parlamentarias, tanto del oficialismo como de los partidos de la oposición, concluirán su mandato el próximo 10 de diciembre. Entre los principales nombres que deben dejar sus bancas están Máximo Kirchner, Axel Kicillof, Leonardo Grosso, Graciela Camaño, Facundo Moyano, Emilio Monzó, Mario Negri, Nicolás Massot y Federico Pinedo, entre otros. Algunos de ellos buscarán renovar, otros se postularán para cargos en el Poder Ejecutivo y algunos otros deberán buscarán nuevos horizontes en la actividad política. 

Más allá de los nombres propios lo cierto es que un triunfo en las elecciones por parte del oficialismo no sólo le habilitará, como es obvio, un nuevo período al frente del Ejecutivo sino que podría darle por primera vez la posibilidad de contar con quórum propio en la Cámara Baja. En Diputados, Cambiemos y sus aliados cuentan con 111 de las 257 bancas. El oficialismo en términos generales arriesga el 41% de sus bancas, 46 de las 111 que ostenta en la actualidad. Entre las espadas de Cambiemos que concluyen su representación están el senador Federico Pinedo, Pablo Tonelli, Emilo Monzó, Nicolás Massot y Mario Negri.

En la actualidad el conjunto de la oposición cuenta con 146 bancas y serán 82 los que deban dejar sus bancar a fin de año. Así las cosas la oposición pone en juego el 56% de sus lugares en la Cámara Baja.

Por su parte, el kirchnerismo pone en juego 38 de sus 65 escaños, casi el 60 por ciento. Dentro de ese espacio La Cámpora verá finalizar el mandato de 20 de sus 25 diputados. Entre ellos Máximo Kirchner, Andrés Larroque, Eduardo «Wado» de Pedro, Rodolfo Tailhade, Áxel Kicillof y Mayra Mendoza.

La masiva finalización de los mandatos de los representantes de la agrupación kirchnerista tiene que ver, como es lógico, con el armado de las listas en 2015. Quienes ingresaron a la Cámara Baja ese año deberán abandonar sus bancas en diciembre de este año.

En los pasillos del Congreso se especula con que sólo unos pocos referentes de la otrora organización juvenil renovarán sus bancas. El resto podría recalar en legislaturas provinciales.

En tanto el Frente Renovador conducido por Sergio Massa pone en juego 12 de las 15 bancas que tiene. Graciela Camaño, la exministra de Trabajo de Duhalde es una de las que terminan su mandato y ya anunció que no peleará por renovar su banca. En este caso y, también, más allá de los nombres, el resultado de las elecciones y, en particular, la confección de listas podrían marcar la extinción del Frente Renovador dentro del Congreso. Por eso, en el caso de Massa, más allá del acuerdo en lo más alto de las listas, la tensión generada en la previa a un posible acuerdo servirá para negociar la supervivencia de los nombres propios en el ámbito parlamentario.

En una situación similar está el flamante bloque que conduce Felipe Solá, Red por Argentina, que contiene al Movimiento Evita. En este caso serán ocho de las diez bancas las que tendrán que renovar. Algunas de sus figuras nacionales pasarán al ámbito de sus provincias. Por ejemplo, la santafesina Lucila De Ponti dejará su lugar en el Congreso de la Nación y ya dio a conocer la decisión de ir a disputar una banca en la Legislatura de la Provincia de Santa Fe.

El interbloque Argentina Federal pone en juego 16 de sus 34 escaños. Es decir, poco menos de la mitad.

Cambiemos y sus aliados, como dijimos, arriesgan poco a fin de año. Por ejemplo, el bloque Coalición Cívica-ARI, liderado por Elisa Carrió, tiene diez diputados y sólo dos terminan su mandato. El radicalismo, en cambio, renueva 16 de sus 40 escaños y el PRO 27 de 54. La suma muestra que el oficialismo pondrá menos de la mitad de sus bancas en juego.

En el Senado de la Nación la oposición también es la más comprometida ya que pone en juego el 40% de sus lugares. El oficialismo sólo el 20.

Tan sólo cinco de los 25 senadores del oficialismo terminan su mandato. En tanto, el PJ que comanda el rionegrino Miguel Ángel Pichetto, renueva siete de sus 22 bancas. Por su parte, el kirchnerismo tres de sus nueve representantes en la Cámara Alta. «