“De esta fábrica me sacaron el 5 de abril de 1976, de la oficina en la que trabajaba. Me metieron en el baúl de un auto y ese auto salió de la fábrica sin ninguna interrupción, sin que nadie interviniera. Cuando hablamos de responsabilidad empresaria hablamos de eso: de una empresa que permite que haya personas de civil en la planta y que secuestre a sus trabajadores”, dijo María Beatriz Horrac, durante la señalización de la planta de la empresa Propulsora Siderúrgica (hoy Ternium) del Grupo Techint, en Ensenada, una empresa de la que fueron secuestrados 19 trabajadores y asesinados otros seis durante la dictadura cívico militar.

La señalización fue realizada en el ingreso a la planta de Ternium, donde la Secretaría de Derechos Humanos de la Municipalidad de Ensenada, junto a la Secretaria provincial, familiares de las víctimas y ex trabajadores reunidos en el “Colectivo Propulsora”, colocaron un cartel que señala la comisión de delitos de lesa humanidad en ese lugar.

Con las tres columnas blancas con las palabras “Memoria, Verdad, Justicia”, el cartel instalado a metros del nombre de la empresa indica: “Aquí se cometieron delitos de lesa humanidad durante el terrorismo de Estado.  Desde finales de 1975 y con mayor intensidad a partir de la última dictadura cívico militar (1976-1983) trabajadores de esta planta fueron secuestrados por miembros de las fuerzas armadas y de seguridad con participación de la empresa”.

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(Foto: Prensa Ensenada)

En la señalización participaron, además de ex trabajadores y familiares de las víctimas, el intendente de Ensenada, Mario Secco, y el secretario de derechos humanos local, Carlos Dabalioni, el candidato a intendente por el Frente de Todos de Berisso, Fabián Cagliardi, y representantes gremiales de la región.  “Si a nuestros compañeros se los llevaron porque eran buenos militantes, hay que hablar de política. Cuando los trabajadores entren a trabajar a la empresa van a ver el cartel”, apuntó el intendente.

Tras descubrir el cartel, hablaron los ex trabajadores  Roberto Lopresti, Daniel De Santis y Beatriz Horrac, quienes recordaron la organización gremial de los trabajadores y los conflictos que enfrentaron en los años previos al golpe de Estado, y denunciaron la complicidad empresaria con la dictadura cívico militar y la colaboración con el plan sistemáticos de secuestro, asesinato, tortura y desaparición de personas.

“Propulsora no sólo fue la vanguardia en la región, sino también en la provincia y el país. Los integrantes de la comisión interna éramos todos militantes organizados. Tenemos que reivindicar la militancia en las organizaciones, tenemos que reivindicar la unidad y la democracia”, dijo De Santis, quien junto a Lopresti integraba la Comisión Interna que la empresa reconoció luego de una toma de la fábrica en 1974.

También hablaron Carlos De Laturi, hijo del militante sindical Abelardo De Laturi Zapata asesinado el 13 de enero de 1976, y Alejandra Esponda, hija del trabajador de propulsora Carlos Enrique Esponda, secuestrado el 29 de junio de 1977.

“La empresa entregó información, entonces a los compañeros que no fueron detenidos en su puesto de trabajo los secuestraban en sus casas. Hay testimonios que indican que había camiones en la planta (de Propulsora) que eran camiones que iban pasando por distintas fábricas levantando compañeros”, denunció Esponda en la señalización.

Propulsora siderúrgica comenzó a funcionar en 1960 y empleaba aproximadamente 1500 trabajadores. Las condiciones laborales generaron que en 1973 militantes sindicales del peronismo, comunistas y socialistas conformaran la Lista Blanca que representaba la unidad de los reclamos de los trabajadores. El 23 de mayo de 1974 comenzó una toma de la fábrica, famosa porque llegó a durar tres meses y que fue apoyada no solo por sus trabajadores, sino también por la comunidad de la región de La Plata, Berisso y Ensenada, y que consiguió que la Comisión Interna fuera reconocida por la empresa.

La sindicalización y movilización de los trabajadores los hizo blanco de la represión de la Triple A y la CNU antes del golpe y recrudeció luego en la dictadura. El saldo fue de seis trabajadores asesinados, diecinueve desaparecidos y decenas de detenidos y exiliados.

El intendente Mario Secco cerró la señalización y apuntó al gobierno nacional y provincial, a quienes convocó a derrotar en octubre. “Nunca me vieron sacarme una foto con (María Eugenia) Vidal ni con (Mauricio) Macri. Decían que yo no era muy educado. Y es que nunca fui educado con estos liberales de mierda, que han destruido todo y lastimado al pueblo argentino”.

“Hay que reconstruir. Hay que ganar y convencer al que todavía les cree a los amarillos”, agregó.  Y finalizó: “Cuando rendimos homenaje a los compañeros tenemos que pensar que si ellos vivieran estarían poniéndole el cuerpo a estas ideas”.