Nadie puede hacerse el distraído. El anuncio de cierres de grados en primarias junto a la reforma educativa de Jorge Macri fueron las iniciativas más criticadas por un sector importante de la comunidad educativa porteña. Reclamos que en reiteradas ocasiones se replicaron en Tiempo. Resulta que en los últimos días, en vísperas de Navidad y Año Nuevo, el gobierno local informó a varios establecimientos educativos que el ciclo escolar 2026 inicia las clases con la eliminación de secciones en primarias.
Si bien el Ministerio de Educación se niega a brindar información precisa sobre la cantidad de escuelas que se verán afectadas con estos cierres, un off de la cartera educativa advirtió a este medio que podrían ser entre 100 y 120 establecimientos educativos de un total 460 (aproximadamente) de escuelas públicas en todo el distrito. “Pero la situación podría evaluarse una vez que tengamos los datos definitivos de la inscripción on line”, señaló.
En la última semana, docentes y familias de las escuelas N° 8 DE 15 Jorge Ángel Boero, la Primaria N° 1 del Distrito Escolar 15, y la N° 20 D.E. 2 Rosario Vera Peñaloza de Almagro fueron notificados del cierre y fusión de varios grados.
La administración macrista argumenta que estos cierres se deben a la baja demanda de vacantes, debido al cambio demográfico sufrido en la Ciudad por la baja natalidad. Tiempo dialogó con especialistas que rechazan esta medida, advierten un mayor deterioro en la calidad educativa y un número indetemrinado de docentes sin empleos.
“La fusión de grados revela algo que se ve desde 2007 en la ciudad: una falta total de imaginación para pensar soluciones a problemas concretos de enseñanza y aprendizaje. En vez de aprovechar la baja en la matrícula para extender la pareja pedagógica, para hacer un seguimiento más profesional a casos complejos con más personal, ese personal queda en disponibilidad (o sea, le siguen pagando el sueldo), o se le recargan las tareas con más alumnos por curso”, explico Manuel Becerra, docente de historia en nivel secundario, formador de docentes y director del portal GloriayLoor
Para el especialista, cuando se habla de «políticas basadas en evidencia”, para el macrismo hay evidencias que juegan y otras que no.
“Para el PRO, la de reducir la ratio alumnos/docentes parece que se las pasan por alto. Se podrían pensar muchísimas intervenciones sobre problemas concretos que tiene hoy el nivel primario, pero se vuelve a elegir (como siempre en el PRO) la lógica del Excel por sobre el derecho a la educación de los chicos. Más alumnos con curso, con casos complejos, es un empeoramiento de la enseñanza y los aprendizajes, y si eso se arrastra también pasará al nivel secundario donde ya vemos un montón de déficits”, advirtió Becerra.

Por su parte, la pedagoga Roxana Perazza señaló que le resulta difícil tener una posición general y única frente a una propuesta de cierre de grados y/o escuelas; ya que hay que analizar cada situación en particular.
“Creo que cuando un gobierno toma esta decisión, lo que hay que analizar en primer lugar es el trabajo previo, cómo se llegó a la decisión, con quiénes se tomó la decisión, cómo se llegó a determinados acuerdos para trabajar con los chicos, con los docentes y con las familias. Creo que eso es parte del proceso de una medida de cierre y que ahí hay que mirar un poco cómo este gobierno lleva a cabo estas decisiones”, sintetiza Pedrazza.
Sin embargo, la pedagoga cree que en algunos grados que cuentan con pocos chicos y chicas, quizá una buena alternativa es sumarlos a otro grado de esa misma escuela y hacer grupos un poco más grandes.
“Creo que el tamaño en el sentido de que si son pocos chicos y chicas, eso no va necesariamente unido a la calidad educativa. Pero sí me parece que hay que poner una luz roja cuando tenemos grados de más de 22 niños. Porque la experiencia indica que es necesario que podamos acompañar los tiempos que estos procesos implican de cada uno y cada una. Y eso es muy difícil hacerlo con 25 chicos a cargo de un solo docente”, agrega.
–¿Hay menos chicos en las escuelas?
–El descenso de la natalidad no es un problema que afecta al mundo, y es muy marcado en todo el país, y se nota fuertemente en la Ciudad en los últimos diez años. Casi 40% menos de nacimientos anuales que, lógicamente, implica menos demanda de educación, menos ingresantes cada año. Pero ¿eso habilita un ajuste feroz en la educación pública?
En diálogo con Tiempo Leandro Bottinelli, docente e investigador de la Universidad Pedagógica Nacional (UNIPE) analizó: “El sistema educativo tiene la oportunidad de aprovechar este contexto para mejorar la condiciones generales de enseñanza. También para reducir las desigualdades que, en el caso de CABA, siguen siendo importantes entre el corredor sur. Más allá de la discusión sobre las fusiones de cursos creo que es importante que los actores y la sociedad en general sigan de cerca cómo evolucionan los indicadores de desigualdad educativa para ver si la gestión actual aprovecha esta situación para mejorar las condiciones de enseñanza para reducir las brechas con el resto de la Ciudad”.
Para Botinelli, sería muy valioso que gobierno publicara los datos abiertos de la inscripción en línea y las vacantes asignadas por comuna y escuela. “Necesitamos saber, por ejemplo, si las familias están pudiendo acceder a vacantes en la primera o segunda escuela que solicitan. Hace diez años que esa información existe pero no se publica en formato de datos abiertos para que toda la sociedad pueda verificar si se están mejorando las condiciones de acceso a las escuelas y aprovechando la oportunidad que da la menor demanda educativa”, termina.