Algunos analistas insisten con la idea de que el PRO dejó de existir. Otros, que los amarillos se convirtieron momentáneamente en violeta. Y el resto, off the record, asegura que no creen en una ni en otra premisa. En medio de tanta presumida interna, tironeos y tensiones entre ambas fuerzas políticas, fueron muy pocos los que desde un principio sostuvieron que, “más allá del circo mediático”, el PRO y LLA caminaban juntos a la par.
Una semana después de las elecciones de CABA del pasado 18 de mayo, Tiempo publicó en su edición impresa, algunos de los puntos de una inminente alianza entre el PRO y LLA en la Ciudad, que girarían en torno a un mayor ajuste, recortes y despidos. También que, más que una coalición entre ambas fuerzas, sería un cogobierno entre los libertarios y los amarillos, y que esta situación dejaría en evidencia que detrás de LLA siempre estuvo el macrismo.
Desde LLA y el PRO coinciden en recortar parte de la planta laboral del Estado. Desde los amarillos aseguran que los cambios se producirían antes del 2027. “No lo tenemos definido pero estimamos que reorganizaremos puestos de trabajo y habrá una reducción de entre un 12 y un 15%”, consideró un asesor de la jefatura de gabinete.
En el sector educativo analizan con realizar transferencias presupuestarias de los Institutos de Formación Docente a la UniCABA. “No hay cifras definidas todavía, pero ambos espacios coincidimos que varios de los recursos de los profesorados pasarían a la Universidad de la Ciudad. Tenemos una casa de altos estudios que hay que robustecerla”, adelantó la misma fuente. Por último, en materia sanitaria, desestimaron que contraten mayor cantidad de personal de enfermería y diferentes profesionales; uno de los reclamos más fuertes de los hospitales públicos porteños. “Vamos a trabajar con los recursos humanos que tenemos y, por el contrario, hablamos sobre la posibilidad de efectuar una baja de contratos en algunos sectores”, argumentó.
Tres meses pasaron desde la aparición de algunos indicios de un cogobierno porteño entre ambos. Y todo indica que nada cambió más allá de los ruidos que aparecieron en todo este tiempo.
“Recuerdo que dije que teníamos una batería de proyectos para presentar en la legislatura y varias propuestas políticas que había que implementar rápidamente, y que van desde retiros voluntarios y despidos en varios ministerios, congelamiento paritario como hacemos en Nación y recortes en dos áreas específicas: salud y educación”, repitió casi de memoria un asesor de LLA en CABA que responde abiertamente a Karina Milei.
Si bien la alianza entre estas fuerzas políticas comenzó mucho antes de las elecciones presidenciales de 2023, la coalición conformada en la Ciudad (y en provincia) para las próximas elecciones, blanquea definitivamente la intención primogénita entre ambos espacios.
El 27 de julio pasado, Tiempo publicó otro informe donde reiteraba las dudas sobre si la interna entre ambos sectores era real o fingida. Es que varias definiciones de armadores y asesores de un lado y el otro, daban lugar a esta incertidumbre y obligaba a la pregunta si Mauricio y su primo estaban desdibujados en la alianza, o si todo esto era parte de la estrategia para gobernar desde otro lugar los destinos de la nación.
Una fuente del riñón amarillo manifestó, en tono de pregunta retórica en esa oportunidad, si no resultaba “llamativo el cierre en provincia y que acá (en CABA) todo explote?”, y recordaba: «En Vicente López cerramos con más del 70% de candidatos propios y hubo alianza”.
Mientras la supuesta interna transcurría mediáticamente, en CABA Jorge Macri seguía hablando don fuerzas políticas que integraban Juntos por el Cambio, como la Coalición Cívica y la UCR. “Tras el cierre de la alianza electoral sería ideal que vuelvan a sumarse. Nuestro límite es Larreta que traicionó al PRO, pero igualmente todo se habla con un café en la mesa”.
El miércoles 4 de junio pasado, Jorge Macri reconoció, casi cándidamente, que se venían fuertes cambios en su gobierno y basó los mismos en un Estado más liviano. “Escuchamos el mensaje de los vecinos. Para nosotros empieza una nueva etapa. Vamos a ordenar, reformar y modernizar lo que haga falta para estar más cerca y cuidar mejor. Para esto vinimos”, dijo el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en una reunión de Gabinete ampliado en el auditorio de Belgrano (Comuna 13).
Ajuste en educación, salud, restricciones en subsidios habitacionales (casi a la mitad) y control de varias licitaciones públicas supeditadas a posibles cancelaciones. Estas son otras de las medidas que irán tomando forma tras las elecciones en la Ciudad si la victoria de la alianza es contundente en las nacionales. “La idea es plasmar lo mismo que venimos haciendo en Nación y queremos hacer en la provincia, que es seguro que vamos a ganarla”, sintetizó el armador Karinista porteño a este medio y adelantó: “Nosotros somos coherentes con la disipación del Estado en todo el país. Apuntamos a eso desde un principio y el PRO, más allá de algunas diferencias, también quiere algo similar”, lanzó.