El 24 de mayo de 2025 asumió como presidente para el período 25-29 Daniel Noboa, quien venía de completar el período constitucional que le correspondía a Guillermo Lasso, tras su renuncia aplicando el principio de la muerte cruzada. Es uno de los tantos esperpentos jurídicos de la malhadada constitución de Montecristi, urdida por el correato y que debe reformarse a fondo o derogarse mediante referéndum, según ofreció el flamante más joven presidente de la historia ecuatoriana desde 1979.

Mostrando grandes capacidades oratorias en un corto pero macizo discurso de inauguración, Noboa trazó los lineamientos generales de lo que se propone hacer para iniciar la reversión del “siglo perdido” que ha sido el siglo XXI para el pueblo ecuatoriano.

Esa imprescindible reversión del siglo perdido enfrenta muchos desafíos, algunos de los cuales enunciamos en esta nota.

La inseguridad es la pesadilla que diariamente viven los ecuatorianos. En una entrevista televisiva, el ex presidente Osvaldo Hurtado señalaba que en Ecuador muere asesinado un ciudadano cada hora o sea 24 personas por día. En México las cifras son de 65 asesinados diarios, pero México tiene casi 8 veces más habitantes que ecuador y proporcionalmente debería tener 192 asesinados diarios con la tasa de asesinatos del Ecuador.

Vale decir que en Ecuador la tasa de asesinatos diarios es tres veces mayor que la de México. Daniel Noboa ha enviado a la Asamblea Nacional un proyecto de ley para combatir la economía criminal que deberá ser tratado en 30 días para aprobarse, reformarse o negarse. La negativa no ocurrirá por la mayoría que el ejecutivo tiene en el parlamento. Así se atacaría el eslabón principal de la cadena de la delincuencia organizada, sea de narcotraficantes, minería ilegal, y otros muchos tráficos ilegales.

El crecimiento y el empleo formal es otro desafío que Noboa deberá enfrentar para la reversión del siglo perdido.

La confianza restaurada gracias al éxito electoral de Noboa deberá ser acompañada por el incremento de la inversión pública y privada, nacional y extranjera, para reducir la pobreza urbana y rural.  No puede el presidente Noboa permitir un nuevo decrecimiento del PIB como ocurrió en 2024.

En materia de política internacional, el gobierno ha abierto, con su reciente visita a los países árabes ricos, un polo de relación que puede resultar altamente provechoso para las relaciones económicas internacionales del país. Ahora hay que concretarlas con pragmatismo y sabiduría.

Igualmente las históricas y multifasceticas relaciones del Ecuador con Estados Unidos y con Europa, Rusia y China. Con el gigante asiático se ha firmado un acuerdo de libre comercio que puede resultar una asociación estratégica altamente beneficiosa como lo ha sido para Perú y Brasil. Hay dos asignaturas pendientes en materia internacional. Una es la estrecha relación que el Ecuador ha mantenido con Israel. Al respecto, el Ecuador debe comenzar a diferenciar al gobierno de Netanyahu y el pueblo judío, víctima del holocausto y semillero de gigantescos talentos en las ciencias y las artes. La barbarie de Netanyahu en Gaza está sembrando la semilla de un estado internacionalmente proscrito, como alguna vez lo fue Sudáfrica en el siglo XX.

Otra asignatura pendiente es la relación diplomática con México, ahora rota. No será ni fácil ni rápido restaurar esa necesaria relación. El ecuador presidido por Noboa no es ni la España acaudillada por Franco ni el Chile dictatorial de Pinochet, países con los que México no tuvo relaciones diplomáticas mientras fueron gobernados por los dos dictadores de extrema derecha.

Sin embargo, ni España ni Chile con sus gobiernos fascistas invadieron las sedes diplomáticas de México. Y ese es el escollo principal para el reestablecimiento de las relaciones méxico-ecuatorianas.

Más allá de lo que diga sobre la demanda mexicana la comisión internacional de juristas proximamente, la clave estará en la decisión que tome Noboa. Al respecto vale la pena citar a Goethe, a quien Noboa mencionó en su discurso inaugural: “El hombre con visión que admite sus errores se acerca más a la perfección”.  O también “el sentido común es el genio de la humanidad”.