Llega al Centro Cultural San Martín “Buenos Aires gótica”, para aproximarse a este género tan fascinante como terrorífico. Durante febrero y marzo, habrá seminarios sobre literatura, conversaciones especiales, películas de género y hasta un recital de pintura de Lula Mari.

“El gótico es un género eminentemente transgresivo”, afirma a este diario la investigadora Valeria Castelló-Joubert y continúa: “Posee una capacidad única para manifestar los terrores ocultos, transformándolos en elementos de relatos ya de aventuras, ya psicológicos. Desde el punto de vista poético, la novela gótica suele recurrir a la alegoría para ofrecer de manera visible los impulsos reprimidos”, dice Joubert, retomando ideas desarrolladas por Rosemary Jackson en su estudio Fantasy: literatura y subversión.

Valeria Castelló-Joubert

Para hablar de este género, la investigadora se remonta al siglo XVIII. “En pleno siglo de la ilustración, con su consiguiente visión clásica del orden, la armonía, la luz y el progreso, el gótico comienza a echar una nueva mirada hacia el pasado medieval, la antigua nobleza, la caballería, y se pretende restituir, de manera por completo artificial, ese mundo y su sistema de creencias, es decir, su religión y también su superstición. De las ruinas de la Edad Media se comienza a forjar, idealizado, un acervo de ficciones dotadas de un poderoso fondo mítico. El Renacimiento había despreciado lo gótico, tildándolo de salvaje, oscuro y bárbaro, condiciones de todo aquello que debía rechazarse.

Hacia 1760, en cambio, la Edad Media comienza a resultar atractiva, sobre todo en dos sentidos: por un lado, por su capacidad de despertar terror; por otro lado, se aprecia la belleza de sus obras arquitectónicas, poéticas y pictóricas, de sus leyendas, que se recopilan cuidadosamente, y se la valora no sin cierta nostalgia por un pasado en el que Europa aún estaba unida por la cristiandad. Así, a la par del desarrollo exacerbado de la fe en la razón en el siglo dieciocho, el gótico recibe una habilitación estética, motivada por un cambio profundo en la sensibilidad”.

¿Qué resuena de todo eso en el mundo de hoy? La investigadora hace alusión al desafío que se planteaba la escritora estadounidense Edith Wharton en el siglo diecinueve para escribir historias de fantasmas cuando la luz eléctrica comenzaba a iluminar todos los rincones de las casas, que ya dejaban de ser mansiones inmensas, y empezaban a ser departamentos cada vez más pequeños.

“¿Dónde puede esconderse un fantasma? ¿Cómo hace para que no lo vean?”, dice y continúa: “El gótico, nacido del lado oscuro de la razón, con toda la carga de lo que la cultura reprime en favor de la civilización, ha enfrentado en el siglo diecinueve el escepticismo, el positivismo, el desarrollo tecnológico, pero ha sabido atraer para sí los temores concomitantes.

Las ficciones góticas ofrecen un espejo de las tinieblas que acompañan al ser humano desde el génesis. En el mundo de hoy, la matriz gótica, entendida como un acervo tenebroso que obra subterráneamente, sigue funcionando, sobre todo de manera irónica, pero también como alegoría de la violencia política y del temor por la alienación que pueden causar en la conciencia la virtualidad, la realidad aumentada, y la inteligencia artificial. El gótico, con su fuerza de transgresión, se enfrenta, además, a lo políticamente correcto y resulta, por lo tanto, hoy más que nunca, liberador”.

Cine y gótico

La propuesta comienza con un ciclo de cine, que es la única actividad arancelada ($1000 para público general y $700 estudiantes y jubilados). Tendrá lugar todos los viernes de febrero a las 22 horas. Este viernes se proyectará la película “Suspiria”, del director italiano Darío Argento. El film cuenta la historia de una joven estudiante de ballet, interpretada por Jessica Harper, que ingresa a una academia prestigiosa de baile la misma noche en que asesinan a una de las alumnas. Durante el transcurso de la historia se suceden hechos, en principio, inexplicables y el terror se va apoderando de la alumna.

El viernes 16 se proyectará «La leyenda del jinete sin cabeza», dirigida por Tim Burton. Un investigador de Nueva York (Johnny Depp) busca desentrañar la leyenda del jinete sin cabeza que asusta a los habitantes de un pueblo de Spleepy Hollow. El ciclo se completará el viernes 22 con “Los otros”, del director hispano-chileno Alejandro Amenábar.

Los otros, de Alejandro Amenábar.

Ambientada a finales de la Segunda Guerra Mundial, esta película cuenta la historia de Grace (Nicole Kidman). Los hijos de Grace sufren una extraña enfermedad por la que no pueden recibir la luz de sol y toda la dinámica de la casa se ve afectada por este hecho, pero poco a poco situaciones externas harán imposible el mantenimiento de las rutinas en un in crescendo que lleva al terror.

Más allá de las proyecciones, habrá una charla dedicada al gótico en el cine el 2 de marzo a las 18 horas, a cargo de David Obarrio, crítico de cine y programador del Bafici, y Leandro Barajas, responsable de la programación de cine de El Cultural San Martín.

El delicioso horror de la novela gótica

El ciclo de literatura estará a cargo de Castelló-Joubert y comenzará el 17 de febrero. Tendrá lugar todos los sábados a las 16 horas hasta el 23 de marzo. Serán seis reuniones que girarán en torno a “El delicioso horror de la novela gótica”, como señala el título del seminario. El castillo de Otranto, El romance del bosque, El monje, Frankenstein, Cumbres Borrascosas y Drácula, son los textos que se abordarán durante las clases. La actividad se realizará en la sala 3 del centro cultural.

Drácula, personificado por Christopher Lee.

Después de los tres primeros encuentros, se seguirán conversaciones con invitados especiales. La primera de las conversaciones, “El gótico en el siglo dieciocho: sensibilidad y terror”, tendrá lugar el 17 de febrero a las 18, donde Ricardo Ibarlucía, doctor en Filosofía e investigador principal del Conicet. Tiempo le preguntó al investigador cómo hace el gótico para despertar sensibilidad y terror al mismo tiempo.

“Se trata de una de las paradojas más importantes de la estética. Los sentimientos imaginarios, aquellos que despiertan una obra de ficción, una tragedia, una novela o un cuento de terror, pero también una pintura, por ejemplo, como la Medusa de Caravaggio o El triunfo de la muerte de Brueghel, dan lugar a un placer inexplicable, suscitado por la representación de lo más doloroso, de lo horrible, lo espeluznante, en suma, por la representación de un hecho, una acción o un objeto que en la vida real nos causaría espanto, repugnancia, abyección, pero que a través del velo que teje el arte nos fascina más que la belleza misma», dice Ibarlucía.

«Nos sentimos misteriosamente atraídos por lo oscuro, lo lúgubre, lo informe, lo que rebasa nuestra capacidad de comprensión y nos paraliza. Esta sensibilidad está en el origen de lo que Edmund Burke, filósofo irlandés del siglo XVIII, consideraba la más poderosa experiencia estética: la idea de lo sublime, Lo que llamamos «gótico», donde el horror y lo siniestro se entrelazan, es una de las formas más características de esta experiencia”, afirma.

El segundo encuentro tendrá lugar el 24 de febrero a las 18 horas. El eje girará en torno al gótico femenino. La escritora Esther Cross, autora de La mujer que escribió Frankenstein, conversará acerca de Mary Shelley con Castelló-Joubert.

Mary Shelley Gotica
Mary Shelley, autora de la novela Frankenstein.

Por último, del 17 de febrero al 2 de marzo, los sábados a las 19:30 horas tendrán lugar los «Recitales de pintura», a cargo de Lula Mari. Se trata de una experiencia singular en la que la artista se sube al escenario e intercambia una selección de cada una de sus obras sobre un atril. Mientras el público observa desde las butacas, ella decide cuánto tiempo permanece cada obra en el centro de la escena. Es una propuesta novedosa que implica desacelerar el cuerpo, suspender el vértigo de la inmediatez para abrirle nuevos caminos a la mirada.

El ciclo tendrá lugar durante febrero y marzo en el Centro Cultural San Martín (Sarmiento 1551, Capital Federal). La entrada es libre y gratuita para todas las actividades menos para las proyecciones de cine ($1000 público general y $700 estudiantes y jubilados).