Thiago Correa tiene 7 años y pelea por su vida en el hospital Balestrini, de La Matanza, luego de recibir el miércoles último un disparo en la cabeza. Thiago quedó en medio del fuego cruzado entre un grupo de delincuentes y un policía, en el marco de un intento de robo. Una bala del policía Facundo Daniel Aguilar impactó en su cabeza, cuando él se encontraba sentado sobre los hombros de su padre. De manera milagrosa, no hubo que lamentar otras víctimas civiles.
No pasaron ni 48 horas del hecho, pero la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, ya resolvió el caso, actuando como juez y jurado. Al menos, esto se desprende de la conferencia de prensa ofrecida por la ministra, este viernes.
Bullrich sostuvo que la acción del policía en cuestión «fue de legítima defensa» y que los cuatro delincuentes involucrados «son los culpables» de que Thiago recibiera un disparo en la cabeza de parte del oficial.
En el mismo sentido, la ministra responsabilizó al gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y dijo que «se tiene que hacer cargo«, en un intento por delegar la responsabilidad en su rival político.
La conferencia de Bullrich sobre Thiago
«Este hecho no se trata de una casualidad, hubo una causalidad. La causa por la que Thiago está en esa situación es porque estos cuatro delincuentes salieron a robarle la vida. La acción de los ladrones es de agresión», añadió la funcionaria.
Bullrich indicó que pedirá a la Justicia que modifique la carátula de la investigación a tentativa del homicidio: «Es la posición del gobierno nacional».
La calificación del caso actual es «tentativa de robo por ser en el lugar poblado y en banda y por el empleo de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no puede darse por acreditado, sumado a homicidio y lesiones graves».
Sin mostrar mucha empatía por la grave situación de Thiago, la ministra consideró que «el ayudante Aguilar estaba preparado para usar su arma reglamentaria», por lo que, de acuerdo a su relato, «está claro que, al haber utilizado la pistola y uno de los delincuentes terminó muerto y otros dos heridos, es porque el policía tenía las condiciones concretas de tiro para no dejar que esos delincuentes se fueran impunemente como si nada hubiese pasado».
El ladrón asesinado fue identificado como Brandon Corpus, de 18 años, mientras que su compañero, Uriel Leiva, fue baleado a la altura del abdomen y su pronóstico es reservado. Además, el delincuente Uriel Montenovo, de 21 años, resultó herido en la pierna derecha.
La investigación quedó en manos de la UFI Temática Homicidio Departamental y el fiscal dispuso la aprehensión del efectivo Aguilar por el delito de exceso de legítima defensa.