Caracas no es la postal que repiten los grandes medios*. En la capital venezolana hay movimiento, actividad económica y una vida cotidiana que sigue su curso, aun con las dificultades que impone el bloqueo. Esa es una de las primeras conclusiones que surgen del Congreso Internacional de Latinoamérica, el Caribe y el Mundo de la Clase Obrera en Defensa de la Paz, que se desarrolla esta semana en Venezuela y reúne a 96 delegaciones de 30 países.
Hasta allí viajaron representantes de distintos sindicatos argentinos: Claudio Sfara y Jorge “Tano” Pisani, de Metrodelegadxs; Nacho Cámpora, por ATE Capital; compañeros del sindicato de canillitas, delegaciones de la CGT regional oeste y otros gremios del país. El objetivo es claro: contar lo que realmente sucede en Venezuela y romper con el relato único que imponen los medios hegemónicos.

En los días previos al encuentro internacional se realizó un Congreso Nacional de la Clase Obrera venezolana, donde los sindicatos locales debatieron cambios necesarios en sus propias estructuras, revisaron políticas hacia los trabajadores y trabajadoras y, sobre todo, expresaron un rechazo contundente al bloqueo económico que sufre el pueblo venezolano.
El congreso internacional puso el foco en otro punto central: la denuncia a la agresión del gobierno de Estados Unidos, que en las últimas semanas incrementó su presión sobre Venezuela, incluyendo el envío de barcos al Mar Caribe y al mar venezolano. Para las organizaciones sindicales presentes, se trata de una amenaza directa a la paz regional.

Delegaciones de América, África, Asia y Europa coincidieron en un planteo común: Venezuela tiene derecho a la autodeterminación, a decidir su rumbo político, económico y social sin injerencias externas. Ese principio, básico del derecho internacional, es el que hoy se ve vulnerado por las sanciones, el bloqueo y la presión militar.
Quienes están en Caracas remarcan algo que contrasta con el discurso dominante: Venezuela no está aislada. Se puede llegar al país, incluso por vía aérea, aunque con mayores dificultades producto del bloqueo. La economía funciona, con problemas reales, pero lejos del escenario de colapso total que se intenta instalar desde afuera.
Desde Caracas, el mensaje es claro: defender la paz, denunciar la agresión externa y sostener la solidaridad internacional entre trabajadorxs.
* Esta nota fue escrita por la Comitiva de Metrodelegadxs presente en Caracas, Venezuela.