Al menos cinco soldados israelíes murieron este miércoles por fuego amigo en un incidente en el norte de la Franja de Gaza, cuando un tanque israelí los confundió con combatientes, según confirmó el propio Ejército de Israel. Entre ellos se encontraba el sargento Ilan Cohen, un joven de 20 años de origen argentino.

Además, resultaron heridos otros siete soldados, todos miembros del batallón 202 de la brigada de paracaidistas.

El cuerpo militar israelí añadió los nombres de los cinco soldados muertos, todos con edades comprendidas entre los 20 y los 22 años.

El miércoles por la noche, un tanque de una unidad de blindados que operaba junto a soldados paracaidistas en el campo de refugiados palestinos de Jabaliya disparó dos obuses contra un edificio en el que se encontraban los soldados, según el ejército.

Según la investigación inicial del ejército, los combatientes de los blindados, identificaron el cañón de un arma saliendo de una de las ventanas de un edificio en la localidad de Jabaliya, por lo que procedieron a disparar dos obuses contra el inmueble,

Desde el Ejército israelí señalaron que habían avisado al personal de los blindados de que dentro del edificio había soldados.

Reunión de dirigentes árabes

La guerra en Gaza será el tema central de la cumbre que reúne este jueves en Baréin a los dirigentes árabes.

En un encuentro de urgencia convocado en noviembre en Arabia Saudita, pocas semanas después del inicio del conflicto, los jefes de Estado y de Gobierno de la región condenaron la ofensiva israelí, pero no adoptaron ninguna sanción.

El jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, dijo el miércoles que el movimiento islamista decidirá con otras facciones palestinas la forma de gobernar Gaza después de la guerra con Israel.

«Decimos que Hamás está aquí para durar (…) y corresponderá al movimiento y a todas las facciones nacionales [palestinas] decidir sobre la forma de gobierno en Gaza», declaró Haniyeh en un discurso televisado. Hamás gobierna Gaza desde 2007.

Añadió que el futuro de las negociaciones sobre un cese del fuego es incierto porque Israel «insiste en ocupar el paso de Rafah y ampliar la agresión» en el territorio palestino.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, rechaza hablar sobre la posguerra antes de que Hamás sea derrotado.

Su ministro de Defensa, Yoav Gallant, afirmó el miércoles que se opone a que su país tenga una responsabilidad militar o civil en el gobierno de Gaza tras la guerra.

Sudáfrica ante la CIJ

La Corte Internacional de Justicia (CIJ) escuchará el jueves los argumentos de Sudáfrica, que reclama el cese inmediato de la incursión israelí en Rafah, en el extremo sur de Gaza, que el país africano considera una operación «genocida» que amenaza «la supervivencia de los palestinos».

Israel, que niega las acusaciones sudafricanas, responderá el viernes.

En una sentencia dictada en enero, la CIJ ordenó a Israel que hiciera todo lo posible para impedir actos de genocidio y que permitiera la entrada de ayuda humanitaria a Gaza, pero no pidió un alto el fuego.

Netanyahu aseguró que Israel había evitado una «catástrofe humanitaria» en Rafah, afirmando que «casi medio millón de personas» habían evacuado la ciudad, donde el ejército israelí lleva a cabo operaciones desde el 7 de mayo.

Según la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa), «600.000 personas han huido de Rafah desde la intensificación de las operaciones militares».

Esta operación y sus consecuencias en los civiles preocupa a la comunidad internacional. La Unión Europea pidió el miércoles a Israel que «cese inmediatamente» su operación en Rafah ante el riesgo de «tensar gravemente» su relación bilateral.

En Cisjordania ocupada, donde la guerra en Gaza ha exacerbado la violencia, tres personas murieron a manos del ejército israelí, anunciaron el jueves las autoridades palestinas.

Por su parte, el Hezbolá libanés anunció que disparó decenas de cohetes Katyusha contra posiciones militares israelíes en represalia por los ataques aéreos nocturnos contra sus posiciones en el este de Líbano.