Después de una campaña intensa, el gobierno pone todas sus fichas en una elección que determinará las bases y condiciones de los acuerdos que los armadores de La Libertad Avanza sellen con el PRO en la Provincia de Buenos Aires. Con Manuel Adorni a la cabeza, el oficialismo nacional apuesta a romper con la hegemonía que Mauricio Macri custodia hace casi dos décadas en la Ciudad y sueña con dejar relegado al expresidente como un actor secundario en la lucha personal que mantienen contra el peronismo.

El sueño libertario de triunfar en territorio porteño acarrea su voluntad de imponerse como el único antagonista al kirchnerismo, un mote que hasta la irrupción de Javier Milei en la política nacional cabía sólo para el espacio amarillo. Los arquitectos del relato oficialista entienden como condición sine qua non la consolidación de un escenario de abrumadora polarización, donde la vieja condición del bipartidismo funcione como garante de la potente imagen presidencial. Todo mientras el resto de los actores políticos se pliegan detrás del líder renunciando a todo su fuego político. Milei al gobierno y al poder.

Esta cláusula fue –es– la que hizo chocar los intereses de los potenciales aliados al gobierno nacional, encabezados por un cada vez más ofuscado Mauricio Macri. El expresidente, que en los albores del mileísmo se ilusionó con la posibilidad de concretar su segundo tiempo usando al libertario como testaferro en la Rosada, no comulga con la idea de ceder su capital al primer mandatario. Pese a haber instruido a Cristian Ritondo a no abandonar las negociaciones y encontrar un punto en común entre ambos espacios, quienes lo conocen afirman sin rodeos que el ingeniero tiene la paciencia colmada. Y la culpa, dicen, es toda del Triángulo de Hierro.

El bostero no sólo reniega de la voluntad expresa del asesor Santiago Caputo de querer extirparlo del mapa político. La decisión de Karina Milei de competir con sello violeta en el bastión amarillo por excelencia desencadenó la furia de Macri, que desde ese momento decidió dinamitar todos los puentes con el presidente y su hermana. “Nos clavan una boleta propia pero después nos vienen a llorar en el Congreso”, refunfuñaba por entonces un macrista de la primera ola.

Ni los descontentos públicos ni las quejas en privado movieron un ápice la voluntad de la hermana presidencial. Dispuesta a cumplir su cometido de teñir de violeta el país, El Jefe instruyó a su legisladora y mano derecha, Pilar Ramírez, a coordinar una campaña lo más amable posible para un vocero que nunca gustó de ser candidato. Unidos por el desprecio al ingeniero, Karina decidió apaciguar las internas por el bien común y sumó al equipo a Macarena Alifraco y Lucas “Sagaz” Luna, miembros de la mesa chica del asesor. Un homenaje al «Friends will be friends» que entonó el presidente.

Con reuniones diarias y comunicación continua a través de un concurrido grupo de WhatsApp, los coordinadores desplegaron una estrategia poco común para un candidato. Analizando al máximo las exposiciones mediáticas, Adorni redujo sus apariciones como portavoz y ofreció escasas entrevistas a medios, principal diferencia con la táctica que desplegó Silvia Lospennato, que encabezó un raid mediático que se incrementó en las últimas dos semanas con la caída del proyecto de Ficha Limpia.

Pese al discurso incisivo que el PRO buscó imponer para convertirse en acreedor de la indignación social que podría causar la denuncia sobre un supuesto pacto entre el gobierno y el peronismo sintetizado en Cristina Fernández de Kirchner, las mediciones que llegaron a Casa Rosada pincharon la burbuja del sueño amarillo. Según afirman dentro del oficialismo, el impacto sobre la caída de este proyecto entre los votantes que ambos espacios se disputan fue prácticamente nulo.

Sin propuestas concretas ni un plan de proyectos a presentar en la Legislatura, Adorni circunscribió su campaña a posicionarse como “la voz de Milei en la Ciudad”. Con la figura de la motosierra como principal aliada, los equipos libertarios buscaron consolidar un traspaso de votos que el presidente supo consolidar en territorio capitalino. La misma estrategia se impuso al momento de decidir afiliar a Patricia Bullrich a LLA en un escueto acto en Recoleta, donde la ministra de Seguridad aún custodia un importante caudal de adeptos a su figura.

Tanto el presidente como el Gabinete tuvieron un rol preponderante en la campaña. Semana a semana, la plana mayor del gobierno nacional encabezó recorridas y reuniones con vecinos en un acto de militancia coordinado inédito para el oficialismo. La decisión del equipo de campaña violeta de hacer bajar al territorio al presidente se acordó tras las alertas que se encendieron luego de los números que arrojaron los últimos sondeos privados que llegaron a Casa Rosada. Las mediciones expusieron que gran parte del electorado violeta todavía veía a Ramiro Marra, eyectado de La Libertad Avanza por estricta decisión de Karina, como el candidato de Milei.

Pese a su salida, el legislador, que buscará renovar su banca ahora bajo el sello de la UCEDE, mantuvo un discurso llamativamente similar al que utilizó el candidato oficialista. Abrazado a la idea de pelear contra “la casta” y sus privilegios, el líder de Bull Market desplegó una serie de propuestas dignas de un alfil del presidente que chocaron de frente con los planes oficialistas. “No pasa nada, si todos los traidores se van con Marra”, se entonaba en los actos violetas para intentar contrarrestar el impacto.

Con la esperanza de obtener más de diez puntos de diferencia con Lospennato, el presidente, quien decidió suspender su viaje al Vaticano para acompañar a su candidato en la jornada electoral, votará este domingo cerca de las 11 de la mañana en la sede de Almagro de la UTN. Lo propio hará Adorni pasado el mediodía en el Instituto San Judas Tadeo en Pompeya. Luego, todo el oficialismo esperará los resultados en el búnker montado en el Hotel Libertador, donde se espera que tanto Milei como su candidato ofrezcan un discurso ante los presentes luego de conocerse los resultados que marcarán el inicio de una nueva etapa en la discusión con el PRO . «