El Triunvirato se siente fortalecido. El último miércoles, en el marco del plenario que se llevó a cabo en el Teatro Empire, recibió un nuevo espaldarazo al contar con el apoyo de los gremios del transporte para el paro general convocado para el próximo 25 de septiembre.
Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña también recibieron ese mismo día el respaldo de los movimientos sociales que rápidamente comunicaron su adhesión al paro convocado por la CGT y dejaron de lado la protesta que casi en paralelo llevarán a cabo las dos CTA y Camioneros.
El Triunvirato le ganó la pulseada por la CGT a Camioneros, a Hugo y Pablo Moyano, y eso difícilmente se modifique hasta que Argentina elija un nuevo presidente. Por eso, entre otras cosas, apenas una hora después de convocar al paro general, la cúpula de la CGT estaba sentada con los gobernadores peronistas, con Sergio Massa y con Miguel Ángel Pichetto.
Con la excepción de Schmid, que tuvo que atender un problema judicial por la última protesta de su gremio, en la reunión estuvieron todos los hombres de peso de la central obrera. En ese contexto, los gobernadores hicieron un lapidario diagnóstico de la realidad, incluso más pesimista que el que tiene la propia CGT, y le pidieron a la dirigencia sindical acompañamiento para intentar frenar la derogación del Fondo Federal de la Soja.
Más allá del pedido puntual y de la idea de seguir «trabajando juntos en futuras reuniones», lo que ese mismo día reconocieron tácitamente los gobernadores peronistas fue la representación formal de los trabajadores dejando de lado a Moyano. Por lo menos por ahora.
Ante este mapa de situación, desde la CGT aseguran que el primer objetivo es garantizar el éxito del paro general. Sin embargo, más allá de mirar con cierto escepticismo la política partidaria, prometieron acompañar a los gobernadores en su reclamo por el Fondo Sojero y comenzar a construir un agenda común. Lo cierto es que, pese a las frases de ocasión, la CGT no tiene decidido jugar en lo partidario. Las malas experiencias personales de Héctor Daer con Sergio Massa y de Juan Carlos Schmid con Agustín Rossi hacen que cualquier acuerdo se haga cuesta arriba.
Esto no quita que desde la CGT interpelen al sector partidario de la política para que construya una alternativa de poder en el menor tiempo posible. Algunos de los referentes de la central creen que el proceso electoral se podría adelantar de acuerdo a la magnitud de la crisis. Los dirigentes sindicales dejaron en claro en la reunión con los gobernadores que «la CGT fue clave para el retorno de la democracia y no hará nada que ponga en riesgo las instituciones». Además, resaltaron que «las medidas de fuerza, lejos de buscar la desestabilización del gobierno, buscan contener y conducir democráticamente el descontento popular».
Desde el Movimiento Evita y la CTEP comparten la visión con la CGT. Si bien los movimientos sociales estarán en las calles durante todo el mes de septiembre con un plan de lucha, la intención es contener el malestar y lograr algún paliativo para los sectores más vulnerables. «