Luego de Melodía baldía, su sexto álbum, el pianista Sebastián Macchi está girando con su espectáculo “Canciones últimas y otras cositas”, con la participación especial del guitarrista bonaerense Eze Burin y la cantante uruguaya Cecilia de los Santos. En este show, el compositor reúne una serie de canciones inéditas que recorren universos van desde la música instrumental hasta la copla, desde la improvisación hasta los aires folclóricos, mostrando toda su gama de colores que sus dedos recorren en el piano. Se presenta este jueves y planea más fechas, aprovechando que De los santos esta de este lado del río. “Algo va a aparecer mientras practico. Soy fanático del ensayo. Para mí es tan importante y especial como lo que pasa en el escenario”, cuenta.
El paranaense tiene muchas canciones. Es prolifero porque le gusta experimentar. “Me gusta compartir con otros músicos. Hay magia, siempre es inspirador”. Macchi a veces está al piano y lo instrumental gana, pero admite que “la canción me trae de la oreja y me dice ‘no te olvides de mí’. Hay un diálogo entre lo instrumental y la canción con palabras, y estoy en esa búsqueda. Estoy ligado a Paraná, Entre Ríos, por su belleza pero también por sus dificultades, que para los músicos también son carne para morder”. Las quemas de las islas, las fumigaciones no son temas ajenos a este joven autor. “Es parte del paisaje cotidiano, aunque muchos no quieran verlo. La naturaleza es hermosa y el río es exuberante. Todo eso se refleja en mis canciones. Me vinculo con las tradiciones y la música del lugar. Y me gusta mostrarlo”
Para Sebastián, la música es una manera importante de comunicación: “Es un relato, desde una perspectiva distinta, desde el corazón. Para poner la sensibilidad en acción, creo. Para mirar no solo desde lo intelectual las problemáticas, o lo que nos pasa en la vida. Cómo nos atraviesa la realidad y los interrogantes que nos pasan por arriba todos los días”. Macchi cree más allá de lo laboral, para los artistas lo peor de estos tiempos es lo que pasa con la sensibilidad humana. “Estamos en un momento reaccionario, donde el sentimiento se aleja y todo se pone rígido, insensible. Para los que hacemos arte es feo, porque uno busca estar vinculado con esa pulsión vulnerable del sentir. Es duro ver como se desconecta la sociedad de las redes, como proliferan las intolerancias y el odio a otros”. Pero no es todo negativo; hay salidas. “Siento que es una oportunidad hermosa para la cultura. Nos obliga a volver a lo más primitivo. A reunirnos. A dejar las pantallas y vivir cosas juntos. El tiempo adverso quizá fortalezca a la cultura, desde una ronda donde escuchando música puedan salir cosas nuevas”.
Con el Quinteto El baldío Macchi están trabajando un repertorio nuevo con intenciones de grabar algo. “La música me mantiene activo, con ganas y es un sostén anímico. Creo que mi convicción es hacer todo lo que se pueda. Compartir con todos los que pueda. Salgo solo y el músico hace su rol. Esta es una pasión que no se entiende si no se vive. Pero es como el que le gusta escuchar, es similar”.
Al piano llegó inspirado por Charly y Fito Páez. “A los quince me acerqué a Carlos Aguirre, conocí la música de Chacho Muller, Aníbal Zampayo, Ramón Ayala. Y ahí fui metiéndome en ese terreno. El piano me atrapó y estuve muy estudioso: lo clásico, lo Europeo. Pero todo alentó mi curiosidad . Es algo que sigo teniendo. Me gusta investigar sobre todo las rítmicas que se pueden ofrecer. Hay muchos universos por investigar. Veremos que nos trae el desitino”, define.
Sebastián Macchi
Presenta Canciones últimas y otras cositas, con la participación especial de la cantante uruguaya Cecilia de los Santos y el guitarrista Eze Burin. Jueves 22 de febrero a las 21 en Nempla, Guevara 402.