En el estudio de televisión, el reconocido periodista le habla a la cámara con el tono de los retos escolares. “La serie, interesante –empieza diciendo–. Pero ahora, un mensaje para los creadores. Traten de ponerle límites a la brutal utilización que están haciendo de la serie –mueve las manos para enfatizar la gravedad del asunto–, como puedan”.

En contraposición al debate, inasible, que enardeció al periodista, el servicio de streaming Netflix difundió algunos datos más tangibles: la producción de El Eternauta contribuyó con 41millones de pesos a la economía argentina; 2900 personas participaron como elenco, extras y dobles de acción; otras 400 integraron el equipo de producción y unas 25 hicieron posible los escenarios virtuales. El éxito –global– de la serie reveló la capacidad de la industria audiovisual local con un dato que suma orgullo: muchos de esos talentos son profesores, graduados y estudiantes de universidades públicas del Conurbano.

“Entré a la producción para hacer Digital Twin (replica virtual de un objeto) pero después empecé con el modelado 3D. En el día a día no te dabas cuenta de la dimensión de lo que estábamos haciendo porque era todo nuevo, nunca se había hecho algo así en la Argentina. Después, cuando veías el escenario con la nieve y compuesto con los actores sabías que estaba quedando increíble. Al mismo tiempo me pasaba que no podía creer donde estaba. ¿En serio estoy trabajando en El Eternauta?”, recuerda, con la alegría intacta, Marina Dumont, formada durante cuatro años en la carrera de Animación 3D y Efectos Visuales en la Universidad de San Martín (UNSAM).

Marina todavía estudiaba en el Colegio La Salle cuando una de esas rutinarias charlas vocacionales que se les dan a los estudiantes cercanos a egresar la convenció de probar suerte en la UNSAM. “Haber estudiado en la ‘facu’ me dejó muchísimo porque es una carrera que incluye todas las áreas para trabajar, te da un abanico de posibilidades muy grande. Sin la UNSAM yo no hubiera llegado a donde estoy hoy”.

Del Conurbano al mundo: la presencia de las universidades públicas en El Eternauta

El lugar que hoy ocupa Marina es el de responder los pedidos de entrevistas (“Nunca estuve tan expuesta”) y con esa promoción inspirar a otros jóvenes suburbanos a permitirse imaginar un futuro de trabajo y reconocimiento a escala mundial.

“Le pusimos mucho laburo durante meses, pero valió la pena y todo el equipo (donde se cuentan varios compañeros de estudio y profesores) está recontra orgulloso. Siempre tiramos para el mismo lado y eso fue lo lindo. Esa pavada de la competencia entre nosotros no existió. La importancia de lo colectivo que transmite la serie se reflejó en nuestro trabajo”.

Orgullo

A fines del 2019, con el flamante diploma del secundario bajo el brazo, Ignacio Espinosa comenzó a explorar de forma autodidacta el mundo del 3D. Buscando en Internet opciones académicas para especializase descubrió que la UNSAM ofrecía una carrera con contenidos orientados a la animación y los “VFX” (siglas en inglés de Efectos Visuales). El plus, con seguridad determinante, fue que la Facultad le quedaba cerca de la casa.

“La oportunidad llegó a través de LinkedIn, donde me contactó Ignacio Pol, quien además de ser el supervisor de VFX y virtual Production del proyecto, también es docente en la UNSAM. Aunque no había cursado con él, ya lo conocía del ámbito académico. Cuando me contó de qué se trataba el proyecto, no dudé ni un segundo en sumarme”.

El rol de Ignacio en El Eternauta fue el de modelador 3D y texturizador a cargo de la creación de objetos y escenarios virtuales basados en las locaciones reales, utilizando herramientas digitales. “El área de Digital Twin nos proveía fotogrametrías (modelos 3D a partir de fotografías) de las calles de Buenos Aires, lo que nos permitió trabajar con mayor precisión en proporciones y escalas”, detalla.

Con su equipo, además, creó una librería de assets argentinos, que incluía elementos como tachos de basura, luminarias, carteles, entre otros, que luego se usaron para poblar y ambientar los escenarios virtuales de forma realista.

“Con este proyecto –dice– se demostró que en Argentina hay talento para hacer este tipo de producciones con este nivel de calidad”, y agrega: “Me genera orgullo que haya gente muy capacitada, particularmente, de la carrera que cursé salieron y siguen saliendo muchos profesionales que trabajan en la industria. Experiencias como El Eternauta demuestran que es posible llevar adelante proyectos de gran envergadura con calidad internacional. Espero que resultado de nuestro trabajo promueva el uso de estas tecnologías en futuras producciones nacionales”.

«Uno aprende a resolver»

“Netflix exige un nivel de precisión muy alto. Todas las cosas que uno hace pasan por un técnico que se encarga del quality check. Si ve un pixel mal, te lo rebota. Sin embargo, es esa minuciosidad la que te hace crecer y saber que estás trabajando en una mega producción como es El Eternauta”, le contó a la Agencia de Noticias Científicas Leandro Díaz, graduado de la carrera de Artes Digitales de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ). Leandro reconoce que la universidad pública lo formó como profesional. Después de El Eternauta, donde se dedicó al recorte de personajes y objetos y la limpieza de elementos indeseados, comenzó a trabajar en una producción para Disney. “La UNQ me dio todas las herramientas académicas, mucho conocimiento técnico y bagaje. En la licenciatura, se realizan infinidades de trabajo en equipo y, al ser una universidad del conurbano, uno también aprende a resolver en función de la urgencia y con las herramientas que se tienen”.