La felicidad puede ser una larga noche inolvidable. Así lo sienten los grupitos de pibas y pibes que acampan frente al Monumental en la previa del Día T. Son un centenar de swifties, les fans de la cantante norteamericana Taylor Swift, que ranchean hace meses a pasitos del macizo riverplatense. Con paciencia ejemplar, cuentan horas, minutos, segundos, hasta que el estadio abra sus fauces este jueves a las cuatro en punto de la tarde y se desate el carnaval popero que esperan hace añares. Les swifties saben que deben sobrevivir esta noche. También, que nadie muere en las vísperas de ser feliz.

La avenida Figueroa Alcorta y sus calles vecinas parecen un corralito diseñado por Domingo Cavallo. Todo vallado. Los laburantes de seguridad comienzan el turno poco antes de medianoche. “Le meto hasta mañana, derechito. Son tres días full, full, jefe. El ambiente es tranquilo, como Coldplay, sin bardo. No es más la época de los tramontinazos y las corridas. Esto está súper organizado. Nosotros cuidamos y ellos disfrutan”, dice un grandote con cara de muchos amigos a pasitos del campamento T.

Una espera de meses frente al Monumental.

«Es como estar enamoradas»

Las primeras en la fila son Julieta, Delfina y Zoe. Comparten un curtido colchón en la vereda. Un manto de estrellas las cubre en el cielo. Cinco meses llevan en la dulce espera las tres estudiantes. Por el acceso al banquete de Taylor pagaron más de $ 80 mil por cabeza. “Hago cualquier cosa por Taylor. Por mi familia no acampo tantos meses ni en pedo”, confiesa Delfina con honestidad brutal. ¿Y a qué se debe tanta pasión? Julieta no duda: “Creo que nos sentimos identificadas en sus letras, es la más escuchada del mundo, y también tiene una buena estrategia de marketing con el fandom. Ella sabe cómo mantenernos siempre atentas a lo que hace. Sentimos todo eso y más. Es como estar enamoradas”. Dylan decía que es difícil estar enamorado y cuerdo al mismo tiempo. Cuánta razón.

Letras blancas sobre fondo rosa rococó. El mensaje es clarito: “Swiftie no vota a Milei. #MileiEsTrump”. Los afiches pueden verse cerca del Monumental. La taylormanía no ha sido ajena a la tórrida primavera electoral. “Es que Taylor impulsa valores, principios como la igualdad, el respeto de las minorías, la no violencia. Lo dijo en la peli Miss Americana, cuando se le plantó a Trump. Ella jamás votaría a un tipo como Milei. Las swifties acompañamos”, confiesa la marplatense Rocío, punta de lanza en la fila del campo VIP. La cajera de supermercado promete agitar a la masa durante el show: “Ni lo dudes, vamos a cantar ‘el que no salta, vota a Milei’. Voy a arrancar yo”.

Paciencia zen, merchandising y felicidad en la fila.

Todo por la nena. Carlos es un padre estoico que peina pocas canas a sus 51 pirulos. Le guarda el lugar a su hija Milagros, 17 años y fanática desde la cuna de la cantante gringa. Don Carlos se gana el mango como operador telefónico del gobierno porteño. Al alba, parte directo al yugo laboral. Moneda por moneda juntó las 40 lucas del ticket para el campo. La otra mitad, aporte de la mamá. “La vemos feliz, lo demás no importa nada. Me quedo hasta las cinco, que viene mi hija. Así son las pasiones. Alguna vez hice doce horas de cola para ver un partido de fútbol, que es mi perdición. Por ahí dicen que estamos locos. Pero ya sabés, cada loco con su tema.” Al despedirse, cuenta que no conoce ni un tema de la Swift, toca alguno de oído por la banda de sonido que suena a diario en su casa en Monte Castro. Prefiere a los Rolling Stones. Quizá esta larga noche lo acune “Gimme Shelter”. La voz de Jagger pidiendo refugio. Hasta que llegue Milagros.

Carteles cerca del estadio.

Diversidades

Una patrulla perdida de swifties disidentes arranca los carteles contra el loco de la motosierra y el blondo Trump cerca del cruce de Figueroa Alcorta y Monroe. “No nos parece mezclar política y música. Además, se habla de Derechos Humanos, y Trump ni un misil tiró en su gobierno, es cero violencia”, repite a coro el ala derecha swiftie. Después, interrogan a este cronista: “¿Usted es peronista?”. Periodista, señoritas.

Milton y Alejo dicen que Taylor tiene una canción para todo: “Cuando estás mal, cuando estás bien, cuando no sabés cómo estás. Siempre encuentro respuestas en sus temas”, dice Alejo, empleado de un local de ropa deportiva llegado desde Burzaco. Completa Alejo, sabio panadero: “Con todo esto de las elecciones, también encontramos respuestas. Cómo vamos a votar a un homofóbico, que no respeta las diversidades, que atrasa… Sin dudas, Taylor no vota Milei”.