La cultura continúa en estado de alerta y movilización por las medidas de recorte del presupuesto. En la Dirección General de Promoción del Libro, Bibliotecas y la Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (espacio que nuclea el Programa Cultural en Barrios y el Circuito de Espacios Culturales, entre otros programas afines) hubo un recorte del 20% del presupuesto, lo cual afecta las horas cátedras de los docentes y se traduce en cierres de talleres y el consecuente despido de muchos profesores.

A su vez, se informó de manera inconsulta con la comunidad educativa, el pasaje de talleres que funcionaban con modalidad virtual a modalidad presencial, sin tener en cuenta que la virtualidad permite a estudiantes con imposibilidades físicas acceder a las clases.

Tiempo conversó con Sol Copley, delegada general de la Dirección de Promoción del Libro, Bibliotecas y la Cultura e integrante del Consejo directivo de ATE Capital, además de docente de Flamenco y de Historia. “Hay más de mil docentes que trabajamos en más de 40 espacios culturales, en los que dictamos talleres de las disciplinas más variadas. Este recorte lo sufrimos cerca de un 100% de los docentes de los programas”, expresa. 

El estado de precarización de los docentes del Programa Cultural en Barrios siempre fue de un grado alto en comparación con otros docentes del sector cultural. “Por un lado, la hora cátedra está completamente desactualizada, nosotros cobramos la mitad que un docente de Educación con la misma cantidad de antigüedad y con la misma cantidad de horas cátedra, y menos de la mitad que un docente de cultura de otras direcciones. El programa que más se parece al Programa Cultural en Barrios es Educación No Formal, pero cobran el doble porque ellos se rigen por la paritaria de Educación y nosotros nos regimos por la paritaria de la Carrera Administrativa de Ciudad, que no tiene nada que ver con nuestra tarea».

«Pero además de eso, nuestra planta se crea en el año 2005 como planta transitoria y sigue exactamente igual hasta hoy. O sea, podés haber trabajado 20 años en el programa y aún así no cobrás un centavo de antigüedad”, dice y agrega que desde ATE Capital se presentó un proyecto de ley en la Legislatura. “Pero el macrismo se negó sistemáticamente a tratarlo. Se cayó ese proyecto, se volvió a presentar y sigue sin ser tratado en la Legislatura que es lo que nos permitiría tener una cierta estabilidad porque si no nos pasa esto que quedamos a merced de cualquier “cambio de gestión”. Lo digo entre comillas, porque en realidad es la misma gestión, pero bueno, ya sabemos que hace lo que quiere con nuestras horas cátedra, con nuestro trabajo”, señala.

Esto se suma a una seguidilla de ataques que viene sufriendo el sector. “No hay un proyecto cultural artístico de diseño detrás de todo este recorte que impone Hacienda. Por supuesto que este no es el único recorte en cultura, pero en este caso se están metiendo con uno de los hilos más débiles: somos docentes de un programa que es uno de los más precarizados. A los docentes que tenían cuatro horas cátedra (es decir, que van una vez por semana a dar su taller) ya ni les conviene ir a dar clases. Con el aumento del colectivo, con lo que cobrás por dar el taller cambias la plata. Hay un montón de docentes que viven en Provincia. Si el docente tiene que pagar, por ejemplo, dos colectivos, después ya no le queda resto de sueldo”. 

Además, hay faltante de materiales para dictar las clases. “No tenemos insumos para trabajar, no tenemos equipos de música, no tenemos colchonetas. Eso se paga con el aporte del propio alumnado. Supuestamente son talleres gratuitos, pero no nos proveen de todos esos materiales para que funcionen los talleres”, dice.

Desde ATE Capital vienen teniendo reuniones con distintos representantes del Ministerio de Cultura de Ciudad. “El discurso unánime es ‘el recorte vino arriba, no depende de nosotros’. Hace un mes más o menos que empezamos las conversaciones y todavía no hay ninguna solución.

Este viernes habrá una Asamblea en la puerta del Ministerio, para llevar nuestros reclamos. “Lo que nosotros queremos es brindar más y mejores disciplinas a los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires, que no atenten contra el acceso a la cultura de miles de vecino”, cierra Copley.