“No, vos no extrañás a Mark Fisher. Nunca lo conociste. Dejá de alimentar tus ‘esperanzas perdidas’ de un futuro mejor en el nicho de autores teóricos”. El meme me lo pasó un amigo. Le había contado que estaba leyendo Deseo postcapitalista, el libro publicado recientemente por Caja Negra Editora. La obra recupera el curso de posgrado que Fisher se encontraba dictando durante el año académico 2016-2017 en Goldsmiths, Universidad de Londres, al momento de su muerte.

Y sí, qué problema hay: extrañamos a Mark Fisher. ¿Cómo no hacerlo en este miserable presente? Lo hacemos sin culpa. El sol negro de la melancolía ilumina posibles escapes, salidas de emergencia, senderos que se bifurcan y trifurcan para dejar atrás el capitalismo. En estos tiempos de giro neoliberal, individualismo, política meme y falsos libertarios, sus ideas potencian la bella y combativa política plebeya, la lucha sin tregua contra las distintas formas de opresión, la conciencia de clase, raza y género. Fisher da cátedra.

Docentes en lucha

Las clases del autor de Realismo capitalista, Los fantasmas de mi vida y la trilogía K-punk no son otro intento académico cínico de fracasar mejor, sino de dar pelea para ganar. “Indagar de qué manera podemos contrarrestar o dar cuenta éticamente de estas críticas, implementando una contralibido frente al deseo capitalista”, es el principio rector del curso, destaca Matt Colquhoun, alumno y discípulo, en la ejemplar Introducción del libro. “¿Existe realmente el deseo de algo más allá del capitalismo?”, la pregunta que formula Fisher en la mañana del lunes 7 de noviembre de 2016 sigue rebotando en nuestras cabezas. ¿Queremos ir más allá?

Deseo postcapitalista permite conocer otra cara de Fisher. Ni ensayista, ni escritor, ni militante, ni bloguero: docente en lucha. El aula como espacio de encuentro con sus estudiantes, de “diálogo profundo” diría una amiga, para reflexionar sobre el pasado, el presente y el futuro imperfecto. “Un pensador brillante abriéndose camino a través de la historia de la clase trabajadora, los movimientos libidinales contraculturales y la alta teoría en un esfuerzo inquebrantable por encontrar un escape del capitalismo”, afirma el escritor y académico canadiense Nick Srnicek.

Un patchwork de periodismo, crítica cultural y política. La escasez del tiempo libre, las redes sociales, la horizontalidad del feminismo, el rol de los sindicatos, la economía comunitaria…Retazos de Marcuse, Freud, Lyotard, Deleuze, Guattari, las contraculturas, la izquierda, los Beatles, Lady Gaga, David Fincher y quién sabe qué más. Clases magistrales, manual de supervivencia, work in progress de su último cross a la mandíbula: Comunismo ácido.

Lunes otra vez

Fueron sólo cinco clases de las 15 que incluía el programa. Fisher se suicidó el 13 de enero de 2017. Sus estudiantes siguieron utilizando el aula del seminario en el mismo horario de los lunes para juntarse, charlar y recordar a su profesor. Fue la semilla de un grupo de lectura público, bajo el nombre de “De nada a algo”.

Cuentan que el primer lunes sin Fisher, pibes y pibas escucharon una playlist que había armado y subido el profesor a su mítico blog K-Punk. Se titula “No más mañanas de lunes deprimentes”. Hoy no es lunes, escribo estas líneas en la tarde de un jueves de miedo y asco en la Argentina que escupe los venenos de Milei. Las canciones que eligió Fisher son un buen antídoto. Será cuestión de darle Play.