El ciudadano ruso Andréi Kovalchuk, denominado «Señor K» por el Ministerio de Seguridad, fue detenido en Alemania acusado de ser el presunto líder de la banda de narcotraficantes que tenía doce valijas con 389 kilos de cocaína en la Embajada de Rusia en Buenos Aires.

La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, aseguró que el hombre detenido es «el dueño, el cerebro, el jefe de la organización narcocriminal» que planeaba traficar esa cocaína a Rusia y afirmó que, con esta detención, la banda «está totalmente desarticulada».

Bullrich explicó que «en todas las investigaciones en el marco de esta causa, que duraron un año y dos meses, él (por Kovalchuk) aparece como el cerebro» de la organización delictiva, y aclaró que, como existen dos investigaciones paralelas (una en Argentina y otra en Rusia), el detenido será extraditado a pedido de la justicia rusa.

«El juicio a Kovalchuk va a ser en Rusia, pero eso no quiere decir que la Justicia argentina no pueda pedir información o cruzar datos con la justicia rusa para avanzar en la investigación que se sigue en nuestro país», dijo la funcionaria nacional en declaraciones al canal de noticias TN.

Días atrás, el denominado «Señor K», quien es representante de una empresa de habanos, había asegurado a través de su abogado Zherebenkov que era víctima de una «provocación» y que las fuerzas de seguridad argentinas y de Estados Unidos le «pusieron» la droga para acusarlo.

«Todos los narcos dicen que ellos no son y que hay un complot contra ellos. No sabemos quién es así que no tenemos ninguna razón para querer involucrar a una persona porque sí», aclaró Bullrich.

Respecto al origen de la droga, la ministro de Seguridad señaló que provenía de Colombia y dijo que una posibilidad es que haya ingresado al país también con valija diplomática».

«La droga consideramos que vino de Colombia, con lo cual uno puede imaginar que pudo haber salido de ese país con valija diplomática y uno imagina que pudo haber entrado de la misma manera. Es una hipótesis de la investigación», dijo, tras lo cual aseveró que con la detención de Kolvalchuk «esta banda estaría desarticulada en la Argentina».

Según surge de la investigación, en la que interviene la Procuraduría contra la Narcocriminalidad( Procunar), Kovalchuk habría ingresado las valijas a la embajada en complicidad con Ali Avuanov, ex administrador económico de la sede diplomática, que se jubiló en julio de 2016.

La intención de la organización, con ramificaciones en Rusia, Alemania y Países Bajos, era sacar la droga camuflada con algún cargamento lícito que la embajada debía enviar a Moscú, el cual, al tener carácter de envío diplomático, no iba a ser sometido a controles aduaneros.

La existencia de la banda narco fue dada a conocer por Bullrich, quien dijo que el 13 de diciembre de 2016, el embajador ruso en Argentina, Viktor Koronelli, se comunicó con ella para denunciar la presencia de doce valijas con un contenido sospechoso dentro del colegio adjunto a la embajada, situada en Posadas 1663.

Alertado del hallazgo, el juez federal Julián Ercolini ordenó que Gendarmería revisara el contenido, que resultaron ser 389 kilos de cocaína, pero como se quería detener a toda la banda, se cambió la droga por harina comprada en el Mercado Central y se montó un sistema de monitoreo y rastreador satelital de las valijas.

Luego de que la banda intentara sacar la droga de la sede diplomática, sin chances, en diciembre último se realizó una «entrega vigilada» de la cocaína cuando un alto funcionario ruso estuvo en Buenos Aires y se subieron las maletas al avión que lo trasladaba.

Cuando las valijas llegaron a Moscú, fueron detenidos los dos hombres que se presentaron a retirarlas, Ishtimir Khudzhamov (Timur) y Vladimir Kalmykov, mientras que Avyanov, que se cree que fue quien permitió el ingreso de la droga a la Embajada, fue apresado en su departamento de esa ciudad.

En tanto, el miércoles de la semana pasada se detuvo en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza al subinspector de la Policía de la Ciudad Iván Blizniouk, de origen ruso que también trabajaba como empleado de seguridad en la sede diplomática.

El mismo día fue apresado en su casa del barrio porteño de Saavedra el presunto cómplice, Alexander Chikalo, quien se habría encargado de la logística para el traslado de la droga.