“Siempre para adelante”, escribió en su Facebook, Tamara Fierro el 24 de mayo, horas antes de salir de su casa en Fraile Pitando (Jujuy) y desaparecer. Su ausencia fue denunciada por sus hermanas y su mamá. El lunes 26 se encontraron restos óseos en un baldío y días después desde el Ministerio Público Fiscal confirmaron que eran de Tamara. Por el crimen hay dos imputados: uno por femicidio y el otro por encubrimiento.

El de la joven mujer de 29 años, mamá de una nena, fue el tercer femicidio en 23 días en la provincia norteña. El jueves, tras confirmarse que los restos hallados eran de Tamara, el pueblo salió a manifestarse y fue violentamente reprimido. El crimen fue a días de que se cumplieran diez años del primer Ni Una Menos.

En ese entonces fue el femicidio de Chiara Páez el que terminó de despertar una furia que venía contenida por el crecimiento de la violencia contra mujeres y diversidades.  Aquel 3 de junio de 2015, por primera vez, los debates que hasta ahora circulaban en espacios feministas y LGBT reducidos fueron sacados a la luz en forma masiva. El pedido era claro: el Estado argentino debía asumir su responsabilidad para prevenir y erradicar la violencia por motivos de género.

Diez años de Ni Una Menos: hoy la tarea es unir todas las luchas
Foto: Mariano Martino
Diez años de Ni Una Menos: hoy la tarea es unir todas las luchas

Del dolor a la lucha

“Al primer Ni Una Menos me invitó Marcela Ojeda y ahí me encontré con un montón de familiares de víctimas de femicidios. Fue la primera vez que nos encontramos”, dice a Tiempo Argentino, Carola Labrador, mamá de Candela Rodríguez (asesinada en 2011 a los once años), integrante de Atravesados por el Femicidio.

En cambio, Marcela Morera, también integrante de la organización y mamá de Julieta Mena, los 3 de junio vienen después de que su hija de 22 años, embarazada, fuera asesinada. “Había visto por la tele, pero no estaba tan conectada con la violencia de género antes. Pero sí veía que mi hija estaba con persona manipuladora y obsesiva. Después aprendí mucho y me eduqué”, cuenta.

Diez años de Ni Una Menos: hoy la tarea es unir todas las luchas
Foto: Mariano Martino
Diez años de Ni Una Menos: hoy la tarea es unir todas las luchas

“Después del primer Ni Una Menos se hizo más visible y la sociedad fue tomando conciencia de lo que es la violencia de género, los abusos intrafamiliares y tantas otras clases de violencia. Ni Una Menos fue el hartazgo, el basta, el nunca más que es lo que todavía queremos todas hoy”, agrega desde Rosario Eva Domínguez, cuñada de Vanesa Soledad Celma, asesinada en 2010.

El 3 de junio Atravesados por el Femicidio instalará su muestra frente al Congreso entre las 9
y las 17. Aclararon que están a favor de que la marcha se haga el 4 de junio, pero ellos realizarán su instalación dado que la cantidad de policías que despliegan el operativo de seguridad los miércoles, obstaculizan la realización de la muestra.

La manifestación que nació para visibilizar los femicidios bajo el nombre de Ni Una Menos se convirtió en un gran movimiento que cobijó e impulsó muchos otros reclamos vinculados a la violencia machista y a la sociedad patriarcal. Fue el nacimiento de una nueva era en la conciencia social democrática argentina y la consolidación de un movimiento transfeminista que venía gestando grandes cambios, como la Ley de Protección de la violencia contra las mujeres, la Ley de Matrimonio Igualitario o la Ley de Identidad de Género.

Un puntapié para la organización

“Pasaron muchas cosas en estos años desde el primer Ni Una Menos. Por ejemplo, la consolidación de un espacio asambleario multisectorial, transversal, la aparición de colectivas feministas en todo el país, en los barrios, en las universidades, escuelas, hospitales. Es decir, un feminismo capilar extendido por todo el país”, analiza la socióloga feminista Luci Cavallero, referenta de Ni Una Menos. “Se aportó a un proceso de cambio en los umbrales de tolerancia de las violencias por razones de género, y que es un proceso de masas. Eso se tradujo en conquistas institucionales que no agotaron la agenda pero que son muy importantes, como la creación de los ministerios, la consecución de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo”, agrega.

“También hubo una serie de cambios en la arquitectura jurídica del Estado en relación a las violencias, políticas, resoluciones y normativas que trataban de hacer que el Estado se transforme o aporte a un modo de reparación de una desigualdad de género que es estructural. Hoy esa arquitectura se está atacando. Se quiere convertir al Estado por omisión, pero también por acción en un Estado cómplice que promueve y usa los más altos cargos del Estado para promover la violencia contra las mujeres y contra la población LGTBIQ+”, explica Cavallero.

Micaela Polak, secretaria de Mujeres y Géneros del Sindicato de Prensa de Buenos Aires, (SipreBA) recuerda que su primer Ni Una Menos, a pesar de la angustia de una convocatoria por femicidios, le resultó esperanzador por su masividad. Hoy, una década después, destaca, esa masividad se convirtió en organización y potencia. “Si bien en estos diez años ha habido distintos vaivenes, sabemos que la única forma y la única herramienta que tenemos es la de permanecer unidas y unides. Por eso seguimos con nuestras asambleas, como lo hicimos para el 1 de febrero. Esa fue la respuesta a un ataque directo del presidente y del gobierno a nuestro movimiento. Saben que es el que hace realmente tambalear la lógica de la crueldad, de la  miseria y del saqueo de nuestra Patria”.

Políticas violentas y negacionistas

El Poder Ejecutivo y referentes de La Libertad Avanza eligieron como enemigo a los transfeminismos. Con la excusa de que se trataban de «programas ideológicos», el 16 de mayo, el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona eliminó trece programas de género. Muchos de ellos venían desfinanciados y vaciados.

Para Cavallero, la eliminación de las políticas públicas es la última instancia de una cadena de ataques del Poder Ejecutivo hacia mujeres y diversidades sexuales. “Hay un primer paso que es el Estado y el gobierno, utilizando los cargos más altos para promover el odio, negar la brecha salarial, la brecha de género, y para decir que los homosexuales son pedófilos. Eso desinhibe una violencia social contra esos colectivos. Y después tenemos el otro elemento, que es una crisis económica muy fuerte, que particularmente está pega en las mujeres», expresa la referenta de Ni Una Menos.

«Si una persona tiene que pensar en abandonar un hogar donde hay violencia, es imposible que pueda alquilar una casa, y además tenemos los salarios que están perdiendo frente a la inflación y muchas más horas de trabajo por igual salario. Entonces esa crisis económica ya está afectando de manera muy fuerte la posibilidad de salida de las violencias. Se están incrementando las violencias. El tercer nivel, que es cuando todo eso ya pasó, ni siquiera queda un Estado que tenga algún recurso para atender y abordar las violencias por razones de género”.

Al respecto, Cavallero destaca que el programa Acompañar está básicamente paralizado. Incluso en la última resolución de Cuneo Libarona se eliminan programas que daban recursos económicos a familiares frente a situaciones de violencia extrema. O sea que el desamparo y la profundización del abandono entre quienes están pasando una situación de violencia es total».

«Como siempre durante todos estos 10 años se pone en evidencia que lo primero que aparece frente a una situación de violencia son las redes feministas, que pueden ser las promotoras de género en los barrios, pueden ser amigas organizadas a partir de la lucha contra la violencia de género. Esas redes son las que están sobrecargadas y las que están recibiendo y amortizando toda esta situación. Toda esta motosierra que no es otra cosa que descargar más trabajo sobre las mujeres y más violencia”

Polak, agrega, «no se puede negar que a partir de ese primer Ni Una Menos, hubo una elaboración de proyectos de ley que luego se convirtieron efectivamente en normas en distintos niveles. Esas leyes son resultado de conquistas populares son las que después podemos defenderlas más porque sabemos de qué se trata. Este gobierno vino por ellas porque entendió que era un paso adelante de un pueblo poder identificar cuáles son los golpes que se le da y este era uno. El impacto político y social fue muy grande pero el backlash también lo es, y por eso tenemos que seguir peleando para defender todas las leyes que conquistamos en esos momentos».

Unir las luchas

Las asambleas feministas además de espacios de discusión sirven de contención para mujeres y diversidades perjudicadas por el ajuste económico y la ausencia de políticas de género que impuso el gobierno de Javier Milei. De allí surgió que en este aniversario la marcha sea el 4 de junio para acompañar la lucha de jubiladxs.

“El mensaje político de sumarnos a la marcha de jubilados y jubiladas es una manifiesta conciencia de clases, y además, es una denuncia por aquellos cuerpos de jubilados y jubiladas que son gaseados y golpeados por las fuerzas represivas. Acompañando esa manifestación estamos también poniéndole un freno a esta política. Necesitamos un pueblo que no tenga hambre, que tenga una patria con soberanía, con independencia económica y sobre todo con justicia social. Son banderas que no vamos a bajar. Es por eso que Ni Una Menos no podía estar apartado de esa manifestación que se hace cada miércoles”, dice Micaela Polak.

Por su parte, Cavallero completa que “Es necesario pensar las tareas del movimiento transfeminista hoy, y una de ellas es abrazar la lucha de las jubiladas que están siendo reprimidas todos los miércoles. Son, además, el sector sobre el cual el gobierno quiere mostrar que no va a dar el brazo a torcer con la política de un ajuste que usa para pagar la deuda y sostener una bicicleta financiera. Ahí tiene que estar el feminismo popular, y este año lo estamos planteando como el día de la tarea de unir las luchas”. 

Aportes para pensar en diez años de NUM

Cifras. Según el observatorio Ahora que Sí, en los diez años del primer Ni Una Menos, hubo 2827 femicidios en todo el país. Fueron 2543 directos y 284 vinculados. Es decir, 1 femicidio cada 31 horas.

Por su parte, el observatorio Adriana Zambrano, de Casa del Encuentro 2931 desde el 3 de junio de 2015 al 31 de mayo de 2025. De esa cifra, 268 son femicidios vinculados. 

Presentación. A diez años de Ni Una Menos el martes 3 de junio se presenta el libro La decisión. Políticas de la intimidad en la experiencia del aborto, de la periodista Laura Rosso. A las 19 en Bartolomé Mitre 1767, CABA.