De la misma manera que ha ocurrido en otras crisis, la pandemia y la consiguiente suba del desempleo y la pobreza, ha hecho que las cooperativas emerjan, una vez más, como una fuente de trabajo digno y una forma de organizarse para mantener a flote proyectos laborales.

Tal es así que, de acuerdo a información del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), solo en los primeros cuatro meses de 2021 se han matriculado 263 nuevas cooperativas.

De ese total, el 95% corresponde a cooperativas de trabajo (o sea, 252 de ellas), mientras que el resto se reparte en agropecuarias (7), de vivienda (2), de provisión de servicios y apícolas (una en cada caso).

De acuerdo a dichas estimaciones, se espera que durante 2021 el total de cooperativas matriculadas (o sea, las que ya finalizaron el trámite y comienzan a operar) ascendería a más de 800.

En el año 2020, donde la pandemia empujó fuertemente hacia la creación de nuevas cooperativas, también por efecto del desempleo y el achicamiento del sector pyme, el total de nuevas organizaciones fue de 689.

El sector, vale aclarar, ya venía mostrándose como una alternativa, frente la crisis que vivió el sistema productivo en los años anteriores (2015-2019). En ese contexto, durante 2018 se inscribieron 508 cooperativas, y más de 700 en 2019.

“Tanto la crisis económica que arrastra el país, profundizada en 2019, como la pandemia, han hecho que que se pierda una gran cantidad de puestos de trabajo. Son habituales las postales de avenidas con persianas bajas y carteles de alquiler. Frente a ese panorama, una vez más el cooperativismo ha demostrado que en conjunto y con un propósito de bien común, es mucho más fácil salir adelante que en competencia con el de al lado”, señaló Ramiro Martínez, presidente de la Confederación Argentina de Trabajadores Cooperativos Asociados (Conarcoop).

“Las cooperativas aparecen, una vez más, como una alternativa real, posible, con enfoque social y mirada democrática, frente a una destrucción salvaje tanto del trabajo como de la dignidad asociada a él. La economía social goza de buen estado, más allá de los contextos de crisis, pero lo cierto es que en los momentos difíciles pasa a ser una salida esencial, una forma diferente de buscar una solución conjunta”, indicó Martínez.