No afectó que en 12 meses haya subido su precio un 44%, tampoco la crisis socioeconómica ni los efectos que puede generar en la salud: la pandemia fue más fuerte y, entre otras consecuencias, también provocó que cuatro de cada diez fumadores aumenten el consumo de cigarrillo. En muchos casos, quienes habían logrado dejar, volvieron a fumar, a lo que se suma el peligro de ser otra posible vía de contagio de Covid 19.

El encierro, la angustia y la incertidumbre sobre el futuro inmediato, son factores que incrementaron el uso de tabaco desde el año pasado. Así se desprende de un relevamiento elaborado por ARESCO-CIENTA bajo el título “Estudio de opinión sobre hábitos y tabaquismo en tiempos de cuarentena”, y que pone un alerta rojo acerca de la cantidad de personas que utilizaron esta adicción para intentar apaciguar el contexto. Según el estudio, el 40% de las y los fumadores consultados de todo el país “reconocieron estar fumando más que de costumbre”. La encuesta señala que de 3418 individuos mayores de 16 años encuestados, “el 20,8% fumaba, de los cuales el 16,1% eran fumadores habituales y el 4,7% restante lo hacía ocasionalmente”.

A propósito de cumplirse mañana el Día Mundial Sin Tabaco, desde la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR) advierten que fumar duplica el riesgo de desarrollar un caso grave de coronavirus y necesitar hospitalización. «Todo indica que es más fácil contraer Covid si se es fumador”, aporta Daniel Buljubasich, médico neumonólogo y ex presidente de la AAMR. Explica: «El que fuma se saca el barbijo para fumar y al parecer el virus viaja mucho más lejos en el humo del cigarrillo, puede llegar hasta 6 u 8 metros”.

Según Buljubasich, lo que está comprobado es que las personas que fuman y se infectan tienen una evolución más grave con mayor índice de entrada a asistencia respiratoria mecánica y uso de respirador. Incluso si el fumador ya fue inmunizado con la vacuna tiene un riesgo mayor frente al virus en comparación a una persona que no consume tabaco: “Todo esto está enfocado desde el punto de vista estrictamente médico, pero hay otra realidad, que es la situación angustiante que estamos viviendo que hace que al fumador le cueste mucho más abandonar esta adicción”.

El informe de ARESCO indica que se registró un mayor nivel de tabaquismo en el interior del país, donde llegó al 22,9%, en comparación con el AMBA, en el que un 16,3% manifestó haber fumado más. Buljubasich vive en Rosario. Destaca que es notorio el incremento fuera de Capital y GBA. El relevamiento agrega que del total de los fumadores solo un 30% intentó dejar, pero sin éxito; un 48,1% lo pensó, aunque no lo intentó, y un 14,5% ni siquiera lo intentó. De estos números se desprende que casi el 80% de los fumadores tiene intención de abandonar el cigarrillo. ¿Pero se puede dejar de fumar en este contexto? “Hay un gran porcentaje de personas que quieren dejar de fumar, pero lamentablemente no pueden hacerlo, y hay otra realidad: se incrementaron todas las adicciones que una persona tenía”, responde a Tiempo la doctora María Inés Medin, coordinadora de la sección Tabaquismo y Epidemiología de la AAMR. “Pero si la pregunta es si se puede dejar de fumar, la respuesta es que sí”, agrega. Y señala, con certeza: «Yo llevo adelante un tratamiento personalizado con 26 pacientes a lo largo de todo este último año de pandemia, bajo la modalidad virtual, y los 26 pacientes han logrado dejar de fumar”. La especialista destaca que es importante motivar a las y los fumadores a dejar de fumar lo más rápido posible, pero siempre con la ayuda de un médico especializado en la materia porque “somos los que manejamos métodos de eficacia comprobada”.

El consumo de tabaco por año provoca el fallecimiento de casi 6 millones de personas, una cifra que según las previsiones aumentará a 8 millones en el 2030 si no se toman las medidas necesarias para contrarrestarlo. Más allá del Covid, desde la AAMR aseguran que los fumadores tienen cinco veces más probabilidades de desarrollar influenza y dos veces más probabilidades de neumonía. Este año se dispuso que el lema para celebrar el Día Mundial Sin Tabaco sea: “Comprometete a dejarlo durante el Covid 19”. El objetivo principal es concientizar e informar acerca de los efectos nocivos y letales de su consumo (así como el de las pipas de agua, cigarrillos electrónicos o vapeadores) y de la exposición al humo pasivo, sobre todo en esta época de pandemia . «

«Volví al pucho después de 4 años. Fui a lo fácil»

Alberto C. vive en Banfield. Junto a un socio amigo de la infancia eran dueños de una librería escolar ubicada en el centro porteño, en una zona rodeada de colegios privados y estatales. Él fue una de las tantas personas que sufrieron los avatares cotidianos provocados por la pandemia: “Mi rubro fue uno de los primeros a los que afectó la pandemia porque las clases estuvieron entre lo primero que se suspendieron, y sin estudiantes las ventas cesaron”, comienza Alberto con el relato. Y continúa: «Más tarde, con las restricciones, ya no pude pagar el alquiler y mantener el local. Ahí comencé a fumar nuevamente después de 4 años de no probar un pucho. Fui a lo fácil”. El caso de Alberto sirve a modo de ejemplo y corroboración de lo que marcan los especialistas: al igual que con otras adicciones, la incertidumbre (en este caso económica y laboral) es uno de los factores del incremento del consumo de tabaco. “Es más, te digo, cuando fumaba, lo máximo a lo que llegué era un atado diario, hoy pueden ser más de dos y ya no me está gustando. Por suerte pude poner en funcionamiento otro negocio, pero no pude abandonar el cigarrillo, al menos por ahora”.

Según los especialistas hay una salida con técnicas, nuevos hábitos y herramientas diversas para dejar de fumar, aún en pandemia, pero el primer paso es tomar la decisión para hacerlo.