Es muy angustiante porque tiene que ver con un golpe de Estado que encierra un despojo brutal a los sectores populares. Un robo tan escandaloso que hacen sin mosquearse.

Uno de los ítems más significativos tiene que ver con la privatización de las riquezas del país, un verdadero asalto. Una tarea cultural de muchos años, ahora redondeada por Milei, como podría haber sido cualquier otro, aunque nunca una persona bien plantada. La privatización de las empresas es vendida como algo necesario, imprescindible para poder sacar el país adelante. Tan falso y absurdo. La cantinela, el verso que usan para estafar una nueva vez a la Argentina.

Julia Strada, siempre tan inteligente, hace unas horas, explicó de maravillas cómo las empresas que ahora mandan a privatizar no son deficitarias: “Dentro de la ley ómnibus, el presidente envía 41 empresas para privatizar. Por ejemplo: YPF tuvo en el 2023 una ganancia de U$S 3 mil millones sólo en tres trimestres. ¿Por qué es importante tener una petrolera en el sector público? Primero, para explotar Vaca Muerta siendo soberana, manejada por los argentinos, utilizando el gasoducto Néstor Kirchner. Segundo, para tener el precio de la nafta más barato de lo que es precio internacional. La razón para venderla no es que sea deficitaria. Tiene que ver con la apropiación de los capitales privados de estas petroleras, en especial con el interés de Paolo Rocca, que no sólo fabrica tubos sin costura, o chapa en Siderar, sino que tiene a Tecpetrol, que compite con YPF por el yacimiento”.

Un recurso estratégico con claro impacto en la vida cotidiana: hasta lo reconoce la prensa conservadora internacional, como por caso, El País de España, pero la mafia de Clarin, siempre enemiga de la gente, es parte de ese grupo que desaforadamente participa del desguace. Hacen negocios, ellos y sus amigos, mientras en los supermercados se vende carne para perros para que se sea consumida por personas.

Vamos al caso de Aerolíneas Argentinas, la más vapuleada de las empresas. Ya estuvo en manos privadas. Fue una estafa que costó cárcel a quienes la destruyeron, vendieron los aviones, la arruinaron. Strada lo explica con elocuencia: “Se habló un montón sobre el déficit de AA. La curva es muy descendente hasta 2023, cuando fue superavitaria por U$S 24 millones, sin recibir un peso del sector público para sostenerla. Y hay que ver la conectividad con las diferentes localidades del país, unas 40 mil que sólo están conectadas por los viajes que hace Aerolíneas”.

¿Ustedes piensan que el Banco Nación es deficitario? Pues no: “¿Cuánto le aporta el tesoro nacional para mantenerlo? Cero peso. Al contrario: genera ganancias. Este 2023 tuvo una rentabilidad de $ 70 mil millones. Con 6 millones de clientes nuevos, y el 20% de los depósitos y la billetera digital con más usuarios (10 millones) del mercado financiero. El Banco Nación creció tres veces en términos reales”. Por todo eso lo quieren con avaricia.

Vayamos finalmente a Arsat: “Tiene cuatro negocios: internet satelital, internet terrestre con conexión de fibra óptica por todo el país, el de data-center a 50 empresas privadas de todo el país y la TDA. Arsat gana plata: en 3023, U$S 7 millones. Pero tiene una abierta competencia con Starlink, la empresa de Elon Musk que, claro, no va a tener un fin social, no le va a dar internet a 5000 escuelas de todo el país, muchas de ellas, rurales, que no tienen otra manera de tenerlo”. 

Es la lucha depredadora de una élite dominante, sumamente mafiosa, que se llevó adelante a la democracia, y que puso a personajes como Macri en su momento, esbirro del poder real, y ahora conductor en las sombras del títere presidencial que pusieron en la Casa Rosada. Detrás del muñeco están la AEA, la UIA, tipos como Magnetto, Rocca, Galperín, Musk y muchos de sus amigos, los remarcadores de precios, los que acentuaron esta crisis estrambótica para quedarse con el país. Una banda que sale a robar, desatada, tan demencial como Macri, con el mismo espíritu de destrucción. Mientras, una parte de ese sector se da el lujo de reivindicar a Videla, a Menem, a Cavallo…

Al mismo tiempo, llega la promesa del presidente de que las mejoras se verán en 15 años. Es tomarnos el pelo, no tener el más mínimo respeto por la inteligencia, o es él quien la carece. En un mundo tan cambiante e interrelacionado, no se depende de uno mismo, de un solo país, siquiera de un solo continente. No es serio. ¿Los jubilados se van a quedar 15 años esperando? ¿Cómo se miden esas cosas? ¡Cómo nos puede cargar de ese modo!

Fue tapa de la mafia de Clarín. Les parece bárbaro que haga esa promesa enloquecedora. Es criminal: les tomaron el tiempo al gobierno anterior, les tiraron por la cabeza todos los pecados política y económicamente cometidos y ahora son cómplices del hundimiento del país para transformarlo en eso siempre quisieron.

Por supuesto que sí reflejan las barbaridades que hace y dice Patricia Bullrich, pero no que justamente los médicos residentes de Inglaterra realizan la huelga más larga en la historia del sistema de salud por la pérdida de poder adquisitivo: allí hay un gobierno muy conservador pero igual pueden realizar duras protestas, caminar por las calles, cortarlas, hace piquetes, evidenciar su bronca.

Eso es el mundo. Si no miren a Lula. En su Brasil, las tarjetas de crédito no pueden poner los niveles de intereses que se les antoja. Les pone límite a los bancos, lo contrario de lo muy doloroso que ocurre en esta Argentina. Donde también la cultura está en peligro: fue tan emocionante ver y escuchar a miles, artistas y ciudadanos de a pie, de la mano, en la calle, el último jueves.

Todo se cae a pedazos. Si sale este enero como ellos quieren, cambiarán el país por muchísimos años. Una refundación neoliberal de la república. Cuesta explicar de la que hacen gala. Y lo que será cuando en marzo el año se ponga en marcha definitivamente. Nafta, colegios, comida, salud, desocupación…

Es la gran estafa de una Argentina con una decadencia imposible que hicieron posible. No es Milei. Él es sólo una continuidad del fraude.