«Si la salud lo permite, Lula buscará una victoria sobre la derecha». Tal como afirmó Adao Villaverde semanas atrás, en una especie de adelanto ante Tiempo Argentino, la embestida de Donald Trump no hizo otra cosa que fortalecer la imagen de Luiz Inácio Lula da Silva. Así lo demuestra una encuesta realizada por la consultora Atlas Intel, que refleja una imagen positiva del 50,2%, frente a una negativa del 49,7%: se considera que esa alza fue directamente impulsada por la contienda con el presidente norteamericano.

Se suma la caída estrepitosa de la imagen de Jair Bolsonaro, quien va camino a ser condenado por intento de golpe de Estado, frente al implacable juez Alexander de Moraes quien, a pesar de la presión de Estados Unidos (que a través del Departamento del Tesoro incluyó al magistrado en la lista de personas sancionadas por la Ley Global Magnistsky, aplicada a acusados de corrupción o violaciones graves de Derechos Humanos), mantiene firme su convicción de avanzar en el juicio al exmandatario.

El rechazo al injerencismo norteamericano lo refleja una encuesta de Data Folha, donde se registra que el 89% de la población comprende que las medidas de Donald Trump van a afectar a Brasil, y el 57% de los entrevistados considera que el líder norteamericano está equivocado en su decisión. Lo que se correlaciona con el apoyo al gobierno de Lula, por lo que se allana el camino a su reelección, un tema que sobrevuela desde que asumió su tercer mandato presidencial.

Si bien las elecciones nacionales que renuevan al mandatario serán recién en octubre de 2026, Lula ya comienza a pensar en el escenario de reelección, en el que se coloca como primera variable su salud. En tanto que estaría rondando los 80 años, el líder sostuvo, en una entrevista que le realizó el rapero Mano Brown, que «si en el momento electoral estoy con la salud con la que estoy hoy, con las ganas que tengo hoy y con la disposición que tengo ahora, sí, seré candidato para ganar las elecciones».

Además, Lula entiende su candidatura como un compromiso al freno para un regreso de la derecha al gobierno. Días atrás, en un acto público en el estado de Ceará, Lula aseguró que «no dudaba en volver a competir por la presidencia para evitar que el país regrese a manos de quienes casi lo destruyeron en los últimos años».

Todos los indicadores afirman que sus chances electorales hoy son favorables. En todos los sondeos que se realizaron por estas horas, Lula lidera los diferentes escenarios y obtiene por primera vez desde enero una ventaja de 3,6% sobre Jair Bolsonaro. En tanto aumentó la ventaja de 4,9 a 15,5 puntos sobre Tarcisio Gomes de Freitas, actual gobernador de San Pablo. A su vez, el exobrero metalúrgico se distancia en 18,5 puntos de Michele Bolsonaro, esposa de Jair, a quienes algunos ubican como posible candidata, si como se descuenta, su esposo fuera condenado y proscripto. Estas consideraciones, en todos los casos, dejan una perspectiva de victoria en escenarios de segunda vuelta.

Apoyo partidario

Con ese panorama, el impulso a la reelección de Lula se afirma con el respaldo de la militancia del Partido dos Trabalhadores, que durante este fin de semana realiza su XVII Encuentro Nacional en Brasilia, que cuenta con la presencia de más de mil delegados surgidos del Proceso de Elección Directa de mayor participación en la historia del PT, y del que surgió como presidente Edinho Silva.

En la apertura del Encuentro, en un mensaje grabado, el líder de la Cámara Baja, el diputado federal José Guimarães enfatizó sobre la importancia de reelegir al presidente Lula en 2026. Sostuvo: “Y ahora, en esta nueva era, estaremos aún más unidos, con Edinho como presidente, preparándonos para la reelección del presidente Lula y una sólida bancada de diputados y senadores federales. ¡Vamos juntos, y viva el Partido de los Trabajadores!».

En línea a la defensa de la soberanía nacional y la democracia, el senador Randolfe Rodrígues, otro dirigente del riñón del gobierno en la Cámara Alta, criticó duramente a Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente, quien se ha dedicado a sabotear a Brasil para salvar a su padre de la cárcel. “A los señores del imperialismo del norte, especialmente al fascista ‘hombre naranja’ que gobierna el norte, les declaro contundentemente: este país fue forjado por su pueblo», replicó Randolfe. «Este país, forjado de esta manera, no tiene nada que temer de los fascistas que gritan desde el norte, ni de los traidores a la patria, playboys, que se paran allí para gritar por la salvación de su padre, a sus pies, junto al Sr. Donald Trump», declaró ante al aplauso vibrante de la militancia petista.