El Consejo de Seguridad de la ONU, tras tomar nota de la promesa de Israel de abrir más cruces para que entre la ayuda humanitaria en Gaza, pidió este jueves que se haga «más» ante la amenaza de «hambruna inminente» en el territorio palestino.

Los miembros del Consejo manifestaron su «profunda preocupación por el coste humano del conflicto, la catastrófica situación humanitaria y la amenaza de hambruna inminente» y pidieron «la eliminación inmediata de todos los obstáculos a la entrega de ayuda humanitaria» a la población civil.

En la declaración emitida el jueves aseguran que han «tomado nota del anuncio de Israel de que abriría el paso fronterizo de Erez y autorizaría el uso del puerto de Ashdod para la ayuda a Gaza, pero subrayaron que debe hacerse más» para suministrar auxilio humanitario capaz de hacer frente a la «magnitud» de las necesidades de los gazatíes.

Asimismo, insisten en la «necesidad de aplicar esta decisión de forma inmediata y completa de manera sostenible».

La semana pasada, tras una seria advertencia de Washington, Israel anunció la apertura del paso fronterizo de Erez y el uso del puerto israelí de Ashdod (sur), situado a 35 kilómetros al norte de Gaza.

Pero estas medidas aún no se han aplicado. El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, aseguró el miércoles al Consejo que las medidas estaban en preparación.

El Consejo también subrayó la necesidad de que se realice una «investigación completa, transparente y exhaustiva» sobre la muerte de siete trabajadores humanitarios de la ONG World Central Kitchen, en un ataque del ejército israelí a principios de abril.

También condenó la muerte de «al menos 224» trabajadores humanitarios desde el inicio del conflicto en Gaza, así como «toda la violencia y las hostilidades contra civiles».

La guerra estalló el 7 de octubre, cuando comandos de Hamas infiltrados desde la Franja de Gaza llevaron a cabo un ataque sin precedentes en el sur de Israel, que causó la muerte de 1.170 personas, la mayoría civiles, según un informe de AFP basado en datos oficiales israelíes.

En represalia, Israel prometió aniquilar a Hamas, a la que considera una organización terrorista, al igual que Estados Unidos y la Unión Europea.

Su ejército ha lanzado una ofensiva que se ha cobrado hasta ahora 33.545 vidas en Gaza, la mayoría civiles, según el Ministerio de Sanidad de Hamas.